SOCIEDAD
La polémica de las matrículas

DAVID SANZ
La necesidad de adoptar un nuevo sistema de matriculación para los vehículos desembocó en uno de los debates políticos más polémicos de este año. Ante la oposición de los partidos nacionalistas, el PP se apoyó en su mayoría absoluta para sacar adelante su propuesta. Las placas de matrícula que se habían empleado hasta septiembre agotaron sus posibles combinaciones y el Gobierno se vio obligado, finalmente, a elegir una alternativa tras varios años en los que se había estado discutiendo sobre ese tema y aplazando su solución definitiva. El 15 de septiembre, el Ejecutivo aprobó una orden ministerial con la que decretaba la implantación del modelo de matrícula recomendado por la Unión Europea.

A pesar de que la Comisión todavía no ha impuesto de forma obligatoria estas placas, la mayor parte de los estados miembros ya las ha incorporado para fomentar la integración europea. De hecho, los coches de 11 países, incluido España, circulan en estos momentos con chapas similares a la propuesta comunitaria.

La principal novedad de las nuevas matrículas es la incorporación en su extremo izquierdo de una banda vertical de color azul en cuyo interior figura el símbolo de la Unión Europea, una circunferencia formada por 15 estrellas amarillas, y la sigla distintiva de España, representada por una letra E de color blanco. A continuación se inscriben dos grupos de caracteres estampados en color negro sobre fondo blanco: un número de cuatro cifras y una combinación de tres letras en la que no figuran vocales, para evitar la formación de palabras o siglas, ni tampoco las letras Ñ y Q por su parecido con la N y el número 0 respectivamente.

Con este nuevo sistema de matrículas, los conductores españoles que circulen por algún otro estado de la Unión Europea no necesitarán añadir, en la parte trasera de su coche, el adhesivo blanco con forma ovalada en el que se especifica el país de procedencia mediante siglas homologadas internacionalmente y que es obligatorio cada vez que un conductor sale al extranjero con su vehículo. Sin embargo, la característica más polémica de las nuevas chapas es que en ellas no se incluye ningún tipo de distintivo autonómico o provincial.

Algunos de los países que siguen el modelo europeo de matrícula, como Irlanda o Alemania, decidieron incorporar en la placa algún tipo de referencia regional o territorial, además de la banda azul comunitaria. Esta ausencia en la chapa española dio lugar a reacciones de signo opuesto. Los partidos nacionalistas, sobre todo los catalanes, criticaron con dureza la falta de una marca autonómica en las nuevas matrículas. Por su parte, los vendedores de coches de segunda mano y los fabricantes de las propias placas mostraron su satisfacción por esa ausencia.

El 19 de septiembre, tres días después de que se aprobara la orden ministerial, el grupo parlamentario de CiU presentó en el Congreso una proposición no de ley para intentar que las nuevas matrículas incluyeran también una marca autonómica. Todos los grupos de la Cámara, incluido el PSOE que respaldó una petición personal del presidente del PSC, Pasqual Maragall, apoyaron la iniciativa nacionalista. Sin embargo, el Partido Popular hizo valer su mayoría absoluta y la proposición fue finalmente rechazada.

Los nacionalistas catalanes no se dieron por vencidos, a pesar de su fracaso en el Congreso. Varios de sus líderes animaron a los conductores a utilizar un adhesivo similar a la banda azul comunitaria de las matrículas, pero con la abreviatura CAT —distribuida gratuitamente algunas revistas y asociaciones catalanas— en lugar de la E de España. Aunque el Reglamento General de Vehículos prohíbe manipular el contenido de las placas, la propia Generalitat colocó adhesivos similares en los coches oficiales de la Administración regional, eso sí, en el exterior de las chapas, y anunció que los Mossos d'Esquadra cumplirían con el reglamento pero no se esforzarían en sancionar a los conductores que colocaran las pegatinas.

En cualquier caso, las nuevas matrículas, tal y como las aprobó el Ejecutivo central, ya están en las carreteras. Un vecino de Vitoria estrenó el 18 de septiembre el sistema al rematricular en Alava, primera provincia española por orden alfabético, un Mercedes 230 SL que procedía de León. Ese mismo día fueron expedidos otros 10.000 certificados de matriculación en las jefaturas provinciales de toda España. Tráfico estima que este nuevo sistema tardará unos 25 años en agotar los 76 millones de combinaciones que permite aproximadamente.