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EL MUNDO - Jueves, 3 de diciembre de 2000 - Número 23 BIÓNICA | AVANCES |
Philip Moss ya puede jugar con su consola como cualquier niño, sólo que su mano derecha está movida por motores que responden a los impulsos de su cerebro. Se la debe al equipo del profesor David Gow. Dentro de poco, gracias a los avances de la biónica, contaremos con chips integrados en personas que les devolverán el movimiento, la vista o el oído.
INVESTIGACIÓN |
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ÓSCAR MENÉNDEZ | |
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Una mano artificial para un niño es la más reciente muestra del papel de la biónica para mejorar las posibilidades del cuerpo mediante aportes artificiales. La imagen del pequeño británico Philip Moss jugando a dos manos una de ellas artificial con una consola de videojuegos, ha vuelto a destacar la importancia que tiene la biónica. La prótesis ha sido desarrollada en el hospital público de la ciudad británica de Nottingham y es la primera destinada a un niño. Con su simulación, en una especie de guante relleno de silicona, el miembro artificial permite que los más pequeños puedan realizar toda clase de actividades, desde montar en bicicleta hasta cortar papel con una tijera. En su interior, una serie de electrodos hacen posible la transmisión de movimientos hasta los minúsculos motores y sistemas de engranaje, que a su vez son responsables de la apertura y cierre de los dedos pulgar e índice. Meses de ensayo. El éxito de este dispositivo, que ha demostrado su eficacia en ensayos durante seis meses, evidencia el buen hacer de los tres ciber-investigadores que lo han desarrollado. Aunque esta mano artificial del hospital de Nottingham es la primera específica para niños, ya a finales de 1998 un equipo del hospital ortopédico Princess Margaret Rose de Edimburgo completó e instaló el primer brazo artificial a un hombre. El EMAS en inglés, Sistema de Brazo Modular de Edimburgo, dirigido por el prestigioso profesor David Gow, sigue investigando en la actualidad en la mejora de ese ingenio, que también está acabado en silicona y que incorpora motores de diferente tamaño, mínimos en el caso de los dedos índice y pulgar y de mayor tamaño en el caso del hombro, codo y muñeca. Otros centros, europeos y de Estados Unidos, cuentan con equipos de investigación dedicados a la creación de miembros que puedan reproducir fielmente los movimientos . El principal reto de estos artilugios no reside tanto en la fidelización de los movimientos, que se soluciona más o menos con ciertas dificultades con los mencionados sistemas de motorización, como en la reproducción de las señales que provienen de las terminales nerviosas de los pacientes y su correspondiente traducción a movimientos mecánicos. Conexión. En el Centro de Tecnología de la Comunicación Neuronal de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, se acaba de descubrir un método destinado a realizar la conexión física entre una terminación nerviosa humana y unos electrodos. Son nervios biónicos, que utilizan materiales como el oro o el iridio, compatibles con el tejido nervioso, junto a sustratos de silicona. La importancia de esta interacción se ha demostrado en el proyecto europeo Levántate y anda que permitió, mediante la estimulación eléctrica de determinados miembros, la restauración de movimientos en un grupo de lesionados modulares. También con fondos de la Comisión Europea, diferentes grupos del Viejo Continente se afanan en la creación de biomateriales que puedan sustituir y reparar de manera efectiva huesos, piel e incluso tejidos dañados de órganos como el hígado o los riñones. Sentidos como el de la vista o el oído tampoco quedan ajenos a estas nuevas técnicas. Mientras en Italia durante este año se ha implantado un oído biónico a un niño de cuatro años, en Estados Unidos varios centros de investigación han creado un retina artificial que permite trasladar a los nervios cerebrales del invidente, si no imágenes completas, sí el rastro de movimientos y formas. Pero la biónica tiene su principal reto en la implementación de chips en personas. Aunque esta posibilidad se encuentra todavía más cerca de la ciencia ficción que de la realidad, en el próximo año 2001 se va a realizar una de las pruebas más ambiciosas para su desarrollo. David Warwick, profesor de la británica Universidad de Reading y uno de los gurús de esta ciencia, insertará en su propio organismo, mediante una operación con anestesia local, un chip que se conectará mediante señales eléctricas a un ordenador. Camino inverso. El objetivo de Warwick es averiguar si es posible trasladar los impulsos nerviosos haciendo el camino inverso, de tal manera que una orden de una computadora pueda hacer mover los dedos de su mano. Pero su experimento va más lejos: quiere instalar otro chip en el organismo de su esposa y conectar ambos a través de Internet.
ISABEL PÉREZ GARCÍA
Cibermonos Un chip muy vivo |
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ARIADN@ | |
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