El suplemento para comprender el mundo digital

EL MUNDO - Jueves, 1 de marzo de 2001 - Número 35
NAVEGANTE |
EL DEFENSOR
La utopía del plan Info XXI

Gonzalo Álvarez Marañón

Entre chiflos y campanillas, se ha inaugurado recientemente en Vitoria el flamante Plan de Acción Info XXI del Gobierno, cuya actuación se articula en torno a tres grandes ejes: Administración electrónica, España en la Red y ciudadanos y empresas. El Plan aglutina más de 300 iniciativas encaminadas a consolidar el desarrollo e implantación de la Sociedad de la Información en España: impulso de la e-Administración, Internet de banda ancha en las escuelas, nueva Red Iris 2 para el fomento de la investigación y la difusión de contenidos digitales, alfabetización digital de los ciudadanos, acceso a la Sociedad de la Información para todos... Sobre el papel con membrete ministerial, las cosas lucen muy bonitas. La realidad, sin embargo, tendrá otro rostro.

De entrada, el plan se presenta con más de un año de retraso desde que fuera aprobado en el Consejo de Ministros en diciembre de 1999. ¿Es que no saben que en Internet el tiempo no corre, sino vuela? Lo que hoy se considera tecnología punta, mañana queda obsoleto. Estos retrasos se pagan. Por otro lado, de la partida presupuestaria de 825.000 millones para los próximos tres años, 600.000 se destinarán a la digitalización de la Administración: ventanilla única, DNI electrónico, seguridad en las comunicaciones entre Administración y ciudadano, tramitación de pagos de impuestos, registros y peticiones a través de Internet, etcétera. ¿Se quedará ese dinero en una mera renovación del parque informático de la Administración, nuevos y mejores PC, y ya está? ¿O se llegará realmente a los ciudadanos, como se hizo con éxito en la declaración de la renta?

Algunas actuaciones se antojan insuficientes, como la formación de sólo 14.000 nuevos profesionales de las TIC, cuando el déficit actual se cifra en 10 veces más. Otras son utópicas, como el llegar con banda ancha a las escuelas, ya que exigiría una fuerte inversión por parte de las operadoras. Otras más parecen improbables sin la participación de la iniciativa privada, que sólo recibirá un cuarto del presupuesto destinado al plan y cuya forma de implicación en el mismo no ha quedado del todo clara. En definitiva, se trata de una hermosa declaración de intenciones, que, de llevarse a la práctica en el plazo previsto de tres años, reconfiguraría el panorama español de Internet. Sin embargo, la falta de profesionales cualificados, el lento despliegue de infraestructuras de telecomunicaciones y nuestro retraso atávico en tecnología, arrojan negras sombras sobre las luces del plan.

Gonzalo Álvarez Marañón es doctor ingeniero de Telecomunicaciones del CSIC. Edita la web www.iec.csic.es/criptonomicon/.


ARIADN@