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EL MUNDO - Jueves, 15 de marzo de 2001 - Número 37 SOFTWARE | VIDEOJUEGOS |
Su desarrollo le ha costado a la empresa española Rebel Act unos 200 millones de pesetas y cuatro años de trabajo. Tiene su dosis de sangre y violencia (es para mayores de 18 años), pero sorprende por su gran calidad gráfica
BLADE |
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CHECHU LÓPEZ ASENJO | |
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Es muy difícil que un videojuego desarrollado íntegramente por programadores españoles tenga buena aceptación fuera de España. Más aún, que llegue a ser número uno en las listas de ventas. El único en conseguirlo ha sido Comandos, de la mano de Pyro Studios. Sin embargo, Los chicos de Rebel Act aspiran a conseguirlo con Blade. Éste es el primer proyecto de la compañía y les ha llevado cinco años ponerlo en la calle y unos 200 millones de pesetas de inversión. En total han trabajado en su desarrollo unas 20 poersonas entre programadores, diseñadores, animadores, músicos... La parte del león se ha ha llevado la creación de un motor gráfico totalmente nuevo, el Rebel One. ILUMINACIÓN. Su éxito radica, no tanto en el género de la aventura en sí manejar un héroe para liberar al mundo del dominio al que está sometido por las fuerzas de la oscuridad, sino en el cuidado tratamiento otorgado a todo el concepto. Empezando por los gráficos, apartado que ha sido alabado casi unánimemente por toda la crítica. Aquí, la novedad más importante se encuentra en unos efectos de iluminación nunca vistos con anterioridad en una aventura en 3D. Además de este factor, con el motor gráfico Rebel One se ha dotado a Blade de un juego de luces y sombras en tiempo real que infunde una sensación de realismo increíble. En un mundo donde impera la oscuridad, es fascinante ver cómo responden las sombras de los personajes en concordancia absoluta con sus movimientos y en función de la posición que ocupen en el entorno los puntos iluminados, ya sean antorchas o la propia luz solar. También se aprecia el especial cuidado a la hora de reflejar los entornos sobre las superficies líquidas que abundan en el juego, tales como lagos o charcos. Incluso la fluidez de la sangre que brota de los enemigos tiene un parecido asombroso con la realidad. La única pega en este apartado estriba en algunos aspectos en los que no han sido tan cuidadosos. Así, el indeseable efecto de clipping surge en las ocasiones en las que el héroe interactúa con los elementos del entorno, como cajas, camas o rocas. Por otro lado, los movimientos de los personajes a veces resultan un tanto bruscos. Claro está, que esto no ocurre durante los combates. En esos instantes es posible apreciar una enorme variedad de movimientos, todos con una fluidez exquisita, en función de la ejecución de uno u otro golpe de ataque. Y es que, si por algo destaca el desarrollo del juego, es por la gran cantidad de combates que hay que superar con éxito hasta un total de 16 niveles. SANGRIENTO. Con todo, el verdadero protagonismo de Blade se lo lleva la espectacularidad de sus violentos combates. Porque no en vano el juego está catalogado para mayores de 18: miembros amputados y sangre en abundancia y muy real a un ritmo vertiginoso. A pesar de ello, y como nota positiva, existe la opción de disminuir la dosis de violencia del juego insertando un código en sus opciones. En suma, Blade va a dar mucho que hablar. No sólo por lo maravilloso de su apartado gráfico, sino también por su alto grado de violencia.
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