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    EL MUNDO - Jueves 31 de enero de 2002 - Número 78  
     
  INTERNET |  


  “Gane una fortuna”, “pierda 10 kilos” o “conozca jovencitas” son algunos reclamos del ‘correo basura’. El año pasado se enviaron 750.000 millones de mensajes no solicitados, un crecimiento del 500%.


Correo basura para todos

 
  Miguel Ángel Criado  
 
  Samford Wallace, conocido como ‘el rey del spam’.
Más de 450 mensajes de correo basura y algo de imaginación bastan para escribir un poema. La neoyorquina Anna Lee acaba de ganar el 2º certamen anual poético de la revista SatireWire. Las bases del concurso especificaban que sólo podían utilizarse frases de mensajes comerciales no solicitados.

El año pasado más de 750.000 millones de ellos sirvieron de inspiración a Lee. Porque 2001 ha sido, entre otras cosas, el año de la democratización del correo basura, también conocido como spam. Según Gartner, su tráfico se ha multiplicado por cinco.

Y eso que la eficacia de estas campañas es marginal. Provocan enfado antes que interés y las empresas de prestigio abandonaron estas tácticas hace años por otras menos agresivas. Los daños económicos son difíciles de calcular, aunque un informe elaborado el año pasado por la Unión Europea los cifró en 10.000 millones de euros. Además del tiempo dedicado a borrarlos, aumentan la factura telefónica y usan ancho de banda.

Sin embargo, nadie ofrece soluciones. Los usuarios se quejan a los proveedores de acceso (ISP). Éstos acusan a las empresas. Y ellas miran para otro lado. “Hay que diferenciar entre negocios lícitos y outsiders”, dice Miguel Pérez de la Asociación de Usuarios de Internet. Los últimos son comerciantes sin escrúpulos capaces de cualquier cosa por vender.

REY DEL ‘SPAM’. Sanford Wallace fue uno de los pioneros. Llamado el Rey del spam, llevó esta forma de hacer dinero a su edad industrial. Wallace, que ya había usado el fax para hacer de las suyas, leyó en 1996 un libro que cambiaría su vida. Su título, Cómo hacer una fortuna en las autopistas de la información, lo dice todo. Escrito por los abogados Canter y Siegel, explicaba cómo robar direcciones en Internet e inundarlas de mensajes publicitarios. Wallace compró una línea de alta velocidad (T1) y montó su propio servidor. Creó dos programas, uno para robar direcciones de correo y otro capaz de enviar 30 millones de e-mail diarios.

Pero una serie de juicios con proveedores como AOL o Compuserve lo sacaron de la circulación. El fenómeno Wallace provocó una reacción contra el spam que casi acaba con él. Las quejas de los usuarios impidieron que ningún ISP se atreviera a darle conexión. Y las empresas comprobaron que estas tácticas podían volverse en su contra.

Sin embargo, la crisis económica y los atentados del 11-S han dado alas al correo basura. Muchas puntocom han vendido al mejor postor sus bases de datos de clientes para pagar deudas. Además, la tecnología actual permite enviar 250.000 correos diarios con un simple módem. Por 250 euros, empresas chinas o rusas, como Henxin y Lucifersoft, ofrecen un extractor de e-mail y un programa capaz de enviar 1.000 mensajes por minuto. Nunca había sido tan fácil hacer una campaña publicitaria.

La reina del spam durante el pasado año fue Viagra. Pero el contenido de estos mensajes no deseados cubre todo el abanico de las debilidades humanas. Frases como, “Gane una fortuna sin salir de casa”, “Pierda 10 kilos a la semana sin cansarse” o “Conozca a las jovencitas más calientes” son el asunto de buena parte de los e-mail. Lo perverso del spam es que traslada el coste de la campaña del promotor al cliente.

Decidir qué hacer con un mensaje no lleva más allá de 10 segundos. Pero si multiplicamos esta cifra por los 3.800 mensajes que, según Jupiter, recibirá cada internauta al año en 2006, tenemos que cada uno dedicará 10 horas anuales.

El proveedor de acceso es otro de los damnificados. Transportar millones de mensajes cuesta ancho de banda. Según la organización SueSpammers, los ISP dedican entre el 10% y el 20% de sus costes operacionales a luchar contra el spam. AOL, por ejemplo, cuenta con un equipo de 15 personas dedicadas exclusivamente a esta tarea. Eresmas asegura estar trabajando en una aplicación que permitirá a sus clientes evitar los mensajes no deseados. “Es un problema del usuario pero sobre todo del servidor”, dice Manuel Cornejo, ingeniero de Symantec, firma que ha desarrollado herramientas para el filtrado de contenidos.

En el frente legal, la futura Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), identifica en la práctica spam con el correo no solicitado. El abogado Javier Cremades, en una ponencia que presentará en la próxima Expo Internet, asegura que “su objetivo último es erradicar la práctica del envío indiscriminado de mensajes publicitarios”. Para ello, el borrador exige el consentimiento previo del receptor.

Esta postura, aplaudida por las asociaciones de internautas no gusta a todos. Iñaki Uriarte, asesor jurídico de la Asociación de Comercio Electrónico cree que la LSSI “va a limitar nuestra libertad de acción”. Además, advierte de que “no afectará a las grandes compañías, que tienen otros medios, pero las Pymes no adoptarán Internet como canal de marketing”. Uriarte afirma: “Dado su ámbito de aplicación nacional, no va a frenar a los spammers”. No le falta razón, el 80% de los mensajes viene de Estados Unidos y allí no hay LSSI. En el país de la libertad de mercado, son las empresas las que se imponen a sí mismas normas de buen uso del correo comercial de cumplimiento voluntario.
 
 

CONSEJOS PRÁCTICOS
Cómo defenderse del ‘spam’

Combatir el correo basura no es fácil. Ocultar la dirección de correo electrónico no resulta sencillo y además puede ser contraproducente. En cualquier caso, éstos son algunos consejos:

1) No responder. La dirección para desinscribirse suele ser falsa, cuando no un medio para comprobar la validez de nuestro e-mail.

2) Comunicárselo al proveedor de acceso y las organizaciones que, como MAPS, combaten el spam.

3) No dejar dirección de contacto en la página personal. Es el primer sitio donde miran los spammers para obtener nuevas víctimas.

4) Configurar el gestor de correo para que elimine mensajes de direcciones con antecedentes.

 
 
     
 

 
     
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