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    EL MUNDO - Jueves 23 de mayo de 2002 - Número 94  
     
  TECNOLOGÍA |  


  Siete mil conductores vizcaínos reciben cada día a la hora que ellos fijan información sobre la ruta más idónea que deben tomar, los sevillanos pueden consultar en páginas web diseñadas a su medida el estado del tráfico en su trayecto. Son dos de los proyectos españoles más avanzados para combatir los problemas del tráfico. Internet y la telefonía móvil son las armas contra el atasco.

TRÁFICO
Guerra total a los atascos de tráfico

 
  MIGUEL ÁNGEL CRIADO  
 
  
Los mensajes al móvil regulan el tráfico de Vizcaya. Los que vayan de Santurce a Bilbao, por ejemplo, pueden suscribirse a una red de alerta que les mantiene informados del estado de la vía. El automovilista puede adaptar el servicio a su gusto. Ya prefiera ir por la autopista A-8, en la margen izquierda, o por la Bi-637, en la derecha, le basta indicar los días y franja horaria a un centro de control. Éste le tendrá al tanto de atascos y accidentes mediante el envío de mensajes SMS. Aún en pruebas, manda 7.000 avisos al día. Otras ciudades están ensayando planes similares. De Sevilla a Barcelona, todas cuentan con complejos sistemas de recogida de datos. Sólo falta ponerlos al alcance del conductor y que él decida. La tecnología les dice cómo hacerlo.

El Departamento de Obras Públicas y Transportes de la Diputación Foral de Vizcaya está ensayando un proyecto para mejorar los accesos a Bilbao. La red de carreteras de alta capacidad tiene sensores cada 500 metros, unidos entre sí y con el centro de control por fibra óptica. Hasta aquí nada nuevo, todas las ciudades tienen estos centros. Pero en el caso bilbaíno, los automovilistas pueden acceder a los datos. “Se trata de que la gente tome una decisión responsable en función de la información que le damos”, dice Valentín García, técnico de Lantik, la empresa encargada del plan.

Para ello, el sitio Bizkaimove muestra un mapa del estado de las carreteras que se actualiza con cada accidente, embotellamiento o incidencia meteorológica. Puede consultarse por teléfono móvil o agenda personal. Pero la perla del sistema es el envío de mensajes SMS.

Más al sur, el plan de Sevilla se apoya en las cámaras situadas en las calles. Los conductores dicen al centro de control su ruta habitual y éste les diseña un web específico con las imágenes de las vías por las que van a circular.

Madrid y Barcelona están más retrasadas. Ambas han puesto un mapa urbano en el web municipal. En el de la ciudad condal, puede verse parte de las 69 cámaras que vigilan el tráfico. En el sitio madrileño, hay datos de la congestión del tráfico. Este verano, los 80 monitores municipales estarán en la Red. “El siguiente paso es ofrecer esta información al usuario en movilidad”, dice Sebastián de la Rica, del Servicio de Circulación del Ayuntamiento.

“El problema no es nuestro, podemos dar la información pero falta el medio para llegar al usuario”, opina Federico Fernández, de la DGT. Los centros de control de tráfico rebosan de datos recogidos por diversos medios: sensores en la carretera, cámaras y los propios agentes. Pero, ¿cómo enviarlos al conductor en marcha? Hay dos tecnologías: la radio digital y el UMTS. La radio digital, de banda ancha, permite mandar alertas locales o consultas en Internet. Sin embargo, aún no hay receptores en España. Del retraso de la telefonía de tercera generación, mejor ni hablar.
 
 

GESTIÓN DE FLOTAS
Un ojo en el cielo de atenas

De cara a los Juegos Olímpicos de 2004, Atenas ensayará un plan para que los 10.000 coches oficiales pasen olímpicamente del caos circulatorio de la ciudad. Su nombre: “Ojo en el cielo”.

Gedas, perteneciente al grupo Volkswagen, ha desarrollado el sistema FCD (Floating Car Data), verdadero corazón del proyecto. Los vehículos de la flota olímpica irán equipados con este software recogiendo todo tipo de datos como la velocidad, las paradas o el recorrido. La información se envía al centro de control de tráfico municipal mediante las redes de telefonía GSM de forma constante. Cuando uno de los vehículos cae en un atasco, manda un aviso y se pone en marcha el mecanismo de respuesta. La víctima está siempre controlada gracias a un receptor GPS. Una vez localizado el coche, un dirigible se traslada a la zona para tomar fotografías. El centro de control vuelca todos los datos sobre un mapa digital de la ciudad y, de forma automática, ofrece una solución. Se podrá cambiar la frecuencia de los semáforos o recomendar itinerarios alternativos, por ejemplo.

El plan, en el que participan nueve empresas griegas y alemanas, cuenta con el patrocinio de la Unión Europea con vistas a su aplicación en otras zonas del continente. En las ciudades que no tengan un Zeppelin, éste puede ser sustituido por cámaras o sensores en el asfalto.

 
 

SERVICIO PÚBLICO
GPS hasta para la grúa municipal

Las autoridades municipales siempre aconsejan dejar el coche en casa y usar el transporte público. Pero, ¿cómo coger un autobús que nunca se sabe cuándo llegará? Para mejorar el servicio, varias empresas están instalando sistemas que ajustan la puntualidad de los vehículos y, sobre todo, mantienen informados a los usuarios.

“Es un fenómeno psicológico, no es lo mismo esperar sabiendo cuánto falta para que llegue el próximo autobús que no saberlo”, dice Fernado de la Cruz, director gerente de AUVASA, compañía de transportes urbanos de Valladolid. Esta empresa fue la primera en España en instalar un sistema avanzado de gestión de su flota.

El plan tiene un doble objetivo: control sobre los autobuses e informar a los usuarios. Para lo primero, la cabina del conductor lleva un receptor GPS. Conocer la posición de cada autobús permite al centro de control supervisar la situación de cada línea. Así, si un vehículo va retrasado, el operador le indica que acelere. Otra parte del sistema está formada por sensores instalados en cada coche que miden datos como el número de pasajeros. De esta manera, si un autobús va lleno, se puede enviar otro de refuerzo.

En ensayo. Un segundo elemento es el servicio al viajero. La combinación del GPS, sensores y la comunicación por radio del centro de control con la cabina mantiene informado al usuario. Para ello, en cada parada hay un panel que indica la frecuencia de paso y el tiempo que falta para el próximo autobús. También los coches llevan estos paneles. El sistema está teniendo tal éxito que otras ciudades ya lo han instalado o piensan hacerlo. Barcelona, Logroño, Murcia o Las Palmas de Gran Canaria son algunas. En Madrid se está ensayando en una línea.

“El sistema tiene muchas otras posibilidades”, asegura Pedro Sorriguieta, director de GMV Sistemas. Esta división del grupo GMV –empresa participante en el proyecto de navegación por satélite Galileo– se ha encargado de instalar el sistema de comunicaciones y la central de control en las ciudades mencionadas. Entre las otras posibilidades, menciona los casos de Protección Civil de La Rioja y de EMITRA, la empresa encargada de la retirada de vehículos en Madrid. Las grúas municipales incorporan un receptor GPS. Cuando se produce un accidente o, lo que es más habitual, un aparcamiento en doble fila, la policía puede saber cuál es la más cercana y solicitar su asistencia. Para desgracia del infractor y ventura del conductor bloqueado, cada grúa lleva sensores que indican si va cargada o está libre.

 
 
     
 

 
     
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