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| EL
MUNDO - Domingo 5 de septiembre de 2004 - Número 198 | |
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VOTO ELECTRÓNICO ¿Estará
listo para la constitución europea? Zapatero
lanzó la idea en pleno verano y todos, desde los socios del Gobierno hasta la
oposición, apoyan la idea: para el referéndum sobre la Constitución europea habrá
voto electrónico. Pero, ¿estamos a tiempo? La tecnología está lista, aunque hay
que darse prisa. | | | MIGUEL
ÁNGEL CRIADO | | |
El
9 de agosto, el presidente del Gobierno salió del Palacio de Marivent tras su
despacho semanal con el Rey y anunció que el Ejecutivo estaba estudiando introducir
el voto electrónico en el próximo referéndum sobre la nueva Constitución europea.
Aún no hay fecha exacta para la consulta, pero marzo es el mes elegido, dentro
de seis meses. En medio año da tiempo para muchas cosas pero quizás no para que
el deseo de Rodríguez Zapatero se convierta en realidad. El Gobierno
parece decidido a luchar contra el fantasma de la abstención, que en las pasadas
elecciones europeas fue del 54%. Para rebajar estas cifras, el Ejecutivo socialista
confía en el voto electrónico. Antes de que Zapatero hiciera el anuncio, ya había
encargado dos informes sobre la viabilidad técnica y jurídica de sus planes. Los
informes aún no están cerrados, pero ya empiezan a trascender algunas conclusiones.
Si se quiere que se pueda votar por Internet o usando el teléfono móvil, hay que
cambiar la legislación electoral. Todos los partidos políticos han mostrado su
apoyo a la reforma. El problema es que hay que hacerlo ya. Los técnicos
de las empresas tecnológicas consultadas dicen que la tecnología está lista. Pero,
con la boca pequeña también dicen que “hay que correr mucho” si lo que se quiere
es implantar el voto electrónico en todo el país y no sólo hacer experimentos
locales. “Elijan el sistema que elijan hay que fabricar miles de urnas o expedir
millones de certificados”. Cuando se habla de voto electrónico en
realidad se está hablando de varios sistemas muy distintos entre sí. Cuatro son
los ensayados hasta ahora: la urna electrónica, la pantalla táctil y el voto remoto,
ya sea por Internet o mediante el teléfono móvil. Cada uno tiene sus ventajas
e inconvenientes. La ventaja que todos comparten es la rapidez en
el recuento de los votos. En el caso de la urna electrónica, un escáner lee el
contenido de la papeleta cuando se emite. Al cierre de la jornada electoral, el
escrutinio es instantáneo. Este sistema es, en opinión de los expertos, el que
menos desconfianza ofrece a los votantes. Pero también es uno de los más complicados
de implantar. En las pasadas elecciones generales del 14M se repartieron por los
colegios 223.673 urnas. Aunque para un referéndum se necesiten menos, como mínimo
harían falta las 65.000 que se usaron en los comicios europeos de junio.
Indra y Demotek ya cuentan con este tipo de urnas y las han usado en varias elecciones.
“Técnicamente estamos preparados, pero habrá que fabricarlas”, dicen en Indra.
Otro sistema es el de la pantalla táctil. Usadas en muchos estados
de Estados Unidos o en las últimas elecciones venezolanas, las pantallas funcionan
de forma similar a un cajero automático. Tras identificarse el votante, se despliega
un menú que se activa con la mano. A la celeridad en el recuento, esta tecnología
suma el ahorro de papel al prescindir de las papeletas. Pero su proceso de fabricación
es aún más laborioso que el de las urnas electrónicas. El voto a
distancia, además de ahorrar papel y de permitir un escrutinio instantáneo, parece
ser el único capaz de combatir la abstención. “Poder votar en cualquier
momento sin tener que desplazarte hasta el colegio electoral o tener varios días
para hacerlo, como sucede con los votantes por correo, favorecería una mayor participación”,
comenta Olivier Jacob, de Scytl, empresa barcelonesa dedicada a crear sistemas
de protección del voto on line. Pero el gran problema aquí es el
de la identificación del votante. El anunciado DNI electrónico será el medio para
darnos a conocer en la Red, pero quedan años para su implantación generalizada.
A día de hoy, sólo existe un medio eficaz de identificación, la firma digital.
Pero no parece que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre sea capaz de emitir
tantos certificados digitales como electores censados hay . A esto se le une que
no todo el mundo tiene acceso a Internet. “Hay que reconocer que tenemos el tiempo
justo, pero si se trabaja con celeridad daría tiempo”, asegura Jacob.Tanto Indra
como Scytl coinciden en que “el problema no es técnico sino legal”. Y añaden:
“Habrá que esperar y ver qué deciden”. PROBLEMA LEGAL. “Aún
no hay nada decidido”, comentan fuentes del Ministerio de la Presidencia. Cuando
los informes estén concluidos y el Gobierno se decida por una opción u otra, debe
enviar el proyecto de ley al Congreso, que estos meses andará muy ocupado con
el debate de los Presupuestos Generales del Estado. Aun encontrando un hueco para
aprobar la reforma por el procedimiento de urgencia, como sugirió un miembro del
PP, después se tendrá que sacar a concurso público. Finalmente, la empresa adjudicataria
tendrá que fabricar e implantar el sistema de cibervoto escogido. Aún faltan seis
meses para ver en qué quedan las palabras del presidente. | |
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