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  Ariadna
El suplemento para comprender el mundo digital
 
    EL MUNDO - Domingo, 3 de abril de 2005 - Número 228  



  EL PRIMER PROCESADOR DE INTEL, EN 1971, TENÍA 2.250 TRANSISTORES; EN 1978 LLEVABA 29.000; EN EL 89, 1.180.000 Y LOS DE HOY, MÁS DE 100 MILLONES. HACE 40 AÑOS, EL 19 DE ABRIL DE 1965, GORDON MOORE EXPRESÓ ESA PROGRESIÓN EN SU FAMOSA LEY: CADA 18 MESES SE DOBLA EL NÚMERO DE TRANSISTORES QUE SE PUEDEN INTEGRAR EN UN PROCESADOR
La Ley de Moore, cuarentona
Revolucionó el mundo de la informática en 1965 y, con retoques, sigue vigente
 
  NATALIA HERRERO  
 
  Gordon Moore en una foto reciente. Arriba, en 1965, cuando publicó su artículo.
Hace 40 años el ingeniero Gordon E. Moore, director de investigación y desarrollo de la empresa Fairchild y cofundador de la multinacional Intel, publicó un pequeño artículo en la revista Electronics para conmemorar el trigesimoquinto aniversario de la publicación. Su observación empírica: cada 12 meses se dobla el número de componentes que pueden integrarse en un procesador por un coste mínimo. Su predicción: para el año 1975, los ingenieros serian capaces de integrar más de 65.000 componentes en un procesador. Se acercó bastante, y ese acierto convirtió su observación en algo parecido a un dogma de fe para la incipiente industria de la microelectrónica. Años más tarde Carver Mead, un profesor del Instituto Tecnológico de California, bautizó esta tesis como la “Ley de Moore”, un término que ha quedado ligado para siempre a la historia de la informática.

UNA LEY REVISADA. En realidad, los cálculos originales sólo contemplaban el crecimiento exponencial durante los primeros 10 años. Se dice que no existe un pilar más sólido en todo el mundo de la informática, pero lo cierto es que la Ley de Moore ha sido revisada, corregida y distorsionada de forma constante en las décadas de los 80 y los 90. El propio Gordon Moore cambió los míticos 12 meses por 24 en el año 75 —ninguna de las dos cifras explicaría el número de transistores que hoy tiene un procesador de PC— y la formulación original de la ley cambió a principios de los años 90 para centrarse únicamente en el número de transistores que podían integrarse en un chip, una cifra que se dobla cada 18 meses. Algunos estudiosos del fenómeno, como Ilkka Tuomi, van más allá y consideran que la Ley de Moore “jamás ha predicho con exactitud ningún desarrollo en el campo de la microelectrónica” y que se trata en realidad de un mito y una atribución sin sentido, dado que varios científicos de la época conocían también este crecimiento exponencial y predijeron con mayor exactitud los futuros niveles de integración. Más que una ley, se debería hablar de una tendencia.

Pero independientemente de la justicia en la atribución o la exactitud de la afirmación original, lo cierto es que la famosa ley se ha convertido, durante estos últimos 40 años, en la impulsora de la industria informática, un objetivo autoimpuesto por los fabricantes como Intel o AMD a la hora de desarrollar sus productos. También se ha aplicado a todo tipo de componentes informáticos, no sólo a los procesadores. Se ha comprobado, por ejemplo, que este mismo crecimiento exponencial está presente en la capacidad y velocidad de los chips de memoria RAM, en la capacidad de almacenamiento en disco duro por dólar invertido, el tamaño y coste de las pantallas de TFT.

Ahora, en su 40 cumpleaños, esta ley atraviesa uno de sus momentos críticos. La empresa Intel, líder en el sector de procesadores para PC, considera que los niveles de integración se mantendrán hasta el año 2015, pero reconocen que el silicio, el material con el que se fabrican los actuales procesadores, tendrá que sustituirse tarde o temprano para seguir miniaturizando los transistores. No es la primera vez que se hace esta predicción. El paso a la tecnología de fabricación CMOS en 90 nm, la que utilizan actualmente los Pentium 4, se consideraba imposible hace solo unos años, y sin embargo los ingenieros han conseguido ya fabricar en 65 nm —los primeros procesadores con este tipo de tecnología llegarán a lo largo de este año—, 45 nm —llegarán en el año 2007—, 35 nm —para 2009— e incluso 20 nm, el límite actual para este versátil material.

NUEVAS ARQUITECTURAS. Aunque el nivel de miniaturización no pueda mantenerse indefinidamente, hay otras formas de integración que pueden doblar la potencia de los ordenadores al ritmo esperado. Los procesadores de doble núcleo, que llegarán a lo largo de este año a los equipos portátiles y sobremesa o las nuevas formas de conectar los transistores para ahorrar espacio y evitar perdidas de calor —una arquitectura diferente a CMOS, llamada Tri-gate que podría comenzar a utilizarse en torno al año 2010— son un buen ejemplo.

Si todo falla y el silicio deja de ser un material válido, hay alternativas. Durante la última feria Intel Developer Forum, celebrada en San Francisco a principios de marzo, la compañía mostró algunos de los posibles sustitutos que podrían utilizarse en la segunda década del siglo XXI, como los nanotubos de carbono. Aunque aún se trata de tecnologías en fase experimental, la compañía está segura de que gracias a ellas se podrá mantener vigente la Ley de Moore durante muchos años más.
 
 


Cronología

1971
El primer procesador de Intel llegó seis años después de la publicación del artículo de Moore. Era el 4004 y en su interior se apilaban 2.250 transistores.

1978
El primer microprocesador para PC con una arquitectura parecida a la que hoy en día tiene la mayoría de los ordenadores, el 8086, tenía 29.000 transistores.

1989
El Intel 486 fue el primer procesador para PC doméstico que superó la barrera del millón de transistores integrados. Albergaba en su interior 1.180.000.

1993
El primer Pentium estaba construido con 3.100.000 transistores. Hoy en día en el interior de un Pentium 4 Prescott, hay más de cien millones de transistores.

 
 
 
     
 

 
     
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