04 DE NOVIEMBRE DE 1999 JUEVES CIENTÍFICO  
    
EL PERSONAJE

Linus Torvalds, la única sombra del imperio de Bill Gates

Este programador finlandés creó hace nueve años un sistema operativo para ordenadores con una filosofía distinta: sería gratuito y cualquiera, a través de Internet, podría perfeccionarlo

AMAYA LARRAÑETA
El sistema operativo de un ordenador, para que nos entendamos, es un programa que traduce las aplicaciones más comunes, como el procesador de textos o el navegador de Internet.

El protagonista de hoy es un programador que durante su etapa de estudiante, en Helsinki, ideó un sistema operativo con una filosofía propia. Bajo el nombre de Linux, este software tenía lo que se dio en llamar código abierto. El nodo central del producto lo ideaba Torvalds pero, cualquier aficionado a la programación podía entrar a modificar o a completar las características. ¿Cómo? A través del más rápido método de comunicación: Internet.

La llamada cibercultura y sobre todo los hackers fueron los primeros en apuntarse a completar Linux. En parte porque lo preveían tecnológicamente superior y también para dar en las narices al macroimperio monopolista del sistema Windows de Microsoft.

Así, durante casi una década miles de personas han colaborado gratuitamente en el perfeccionamiento de un procedimiento operativo que también está disponible a coste cero.

Según los últimos cálculos, entre cinco y ocho millones de ordenadores funcionan ya con esta estructura. Y no sólo se trata de los ordenadores anti sistema sino que grandes compañías informáticas han hecho suyo a Linux. Los efectos especiales de Titanic se sirvieron del programa y Silicon Valley, la meca del avance informático, en California, se ha rendido a sus pies.

La filosofía informática del pingüino, la mascota logotipo de Linux, contempla la formulación de una diferente programación para cada ordenador. Es totalmente adaptable a cada usuario. No es imprescindible tener un Pentium para usar Linux.

Torvalds ha llevado la revolución anticomercial a la informática. Es la antítesis del multimillonario y triunfador Bill Gates.