05 DE NOVIEMBRE DE 1999 VIERNES CULTURAL  
    
CARMEN MARTÍN GAITE

"Los chavales están aburridos de decir Vale, tío"

Dice que, aunque es vieja, gusta a los jóvenes porque les cuenta "historias bien contadas". También les encanta porque va por la vida mirando las cosas con ojos de niña. Carmen Martín Gaite acaba de publicar una colección de sus mejores cuentos, que Austral ha incluido entre sus lecturas recomendadas para los estudiantes

PALOMA CORREDOR
Los niños quieren que les cuenten historias. Y, cuando llegan a la adolescencia, lo que quieren es ser ellos quienes las cuentan. Mediante la palabra, el niño se convierte "en adulto". Así lo cree Carmen Martín Gaite. El problema es "que no siempre podemos contar las cosas que queremos a la persona adecuada. A veces no queda más remedio que inventarse un interlocutor. De esa necesidad surge la literatura", dice.

Carmen acaba de publicar una selección de sus mejores cuentos, editada por Austral, que la ha incluido en sus selección de Lecturas recomendadas para los escolares. Seguro que ellos estarán encantados de sumergirse en el mundo de fantasía de esta encantadora niña grande que viene vestida con falda gris hasta los pies, boina blanca, flor y mariposa rosas prendidas en el pelo. Ella es consciente de su tirón entre el público joven: "¿Por qué me leen tanto, siendo yo tan vieja? Pues porque quieren oír historias bien contadas y con un lenguaje rico. Cuando yo era pequeña, la gente del campo utilizaba un vocabulario muy amplio, con muchas metáforas diferentes para expresar una única cosa. También a los jóvenes de hoy -a los que son reflexivos e inteligentes, claro- les gusta la palabra cuidadosa".

Carmen recuerda una anécdota que sucedió una noche que se fue de vinos con un grupo de amigos, "con nosotros se encontraba el actor Agustín González, que habla muy bien. Nos pusimos a contar cosas en un rincón del bar y, al rato, teníamos un corro de chicos sentados alrededor escuchándonos embobados. Lo que les pasaba es que estaban aburridos de tanto decir vale tío". No es la única vez que ha tenido público en un bar, porque ha ejercido de cuentacuentos en varias ocasiones y su audiencia era, sobre todo, gente joven.

A Carmen le encanta hablar. Pero también escuchar: "Soy tan habladora como escuchadora. A veces cojo un autobús y me voy a sitios que no conozco para observar y escuchar a la gente. Yo lo llamo tomar calle, como quien toma una aspirina". Lo que no hace es escribir sobre sus propias experiencias, "aunque todo el mundo se empeñe en identificarme con mis personajes". Y, desde luego, tiene una curiosidad casi infantil. "Lo que más me llama la atención son cosas como la naturaleza, el lenguaje, el modo en que nos comunicamos a través de él. Para saber hay que mirar, captar la enorme riqueza que hay alrededor. Cuando tú estás abierto, las cosas te entran solas. Las buenas y, claro, también las malas".

La diferencia entre los chicos de hoy y los de su época está muy clara para ella: "En mis tiempos no había televisión. No digo que mi generación fuera mejor ni peor, sino que no había televisión. No me canso de decirlo, porque era todo tan diferente. Todos los de la casa hablaban y se contaban sus historias. Hoy en día se debería afilar el lenguaje, que se empobrece a causa de las malas traducciones televisivas o de los políticos, que hablan fatal. Ya que mienten, podían hacerlo con gracia. No me meto con ella, pero lo cierto es que la tele no permite que respondas, comentes ni asimiles lo que dice. Y con los libros no pasa eso".

LIBROS

Dos maneras distintas de descubrir a la autora

S.M.B.
Caperucita es un clásico de la literatura sobre la iniciación a la vida adulta, sobre los peligros a los que hay que hacer frente y la exigencia de hacerlo en libertad y en soledad. La autora lo escribió en 1990. El libro de la derecha, Cuéntame, es una serie de relatos y ensayos que escribió entre 1953 y 1997. En ellos Carmen pone de manifiesto que el niño y el adolescente captan lo que se les cuenta, y en algún momento toman conciencia de que ellos pueden contar a otros lo que les ocurre o lo que creen que pudo ocurrirles.

Y ADEMÁS

SU VIDA
Nació en Salamanca el 8 de diciembre de 1925. En 1949 se licenció en Filología Románica. Tuvo como compañeros a Ignacio Aldecoa y Agustín García Calvo, entre otros. En 1950 se traslada a Madrid, comienza a escribir y se casa con el escritor Rafael Sánchez Ferlosio. Ha recibido numeros premios a lo largo de su carrera literaria.

LA OBRA
Carmen Martín Gaite pertenece a la Generacion del 50 o de Medio Siglo. No ha dejado de escribir nunca: cuentos, novelas, ensayos, investigaciones históricas, crítica literaria, artículos periodísticos, poemas, prólogos a obras de otros autores... hasta guiones de televisión. Su última obra es Irse de casa.