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Impresiones cubanas
Odios
o pasiones. Con Cuba no caben medias tintas. Algo
así les ha ocurrido a los nueve estudiantes de Agrónomos
que han realizado prácticas en la isla durante dos
semanas. En su caso, la balanza se ha inclinado
hacia el segundo sentimiento, tanto que quieren
ampliar los lazos con la Universidad de La Habana.
Pero su espíritu
crítico no lo han abandonado: opinan que lo que
allí se vive es una dictadura, aunque sea de un
color diferente. Eso sí, muchos de los
prejuicios con los que llegaron a la isla se van
venido abajo: «Pensaba que me iba a encontrar
con mucha miseria, y no la hay, aunque tampoco
ves riqueza», asegura Ana, miembro de ISF. En
cuanto a la educación que allí se recibe, Alex,
otro de los viajeros, manifiesta que es «buena»,
pero «muy adoctrinante». «Me sorprendió ver que
el mejor de la clase siempre ayudaba al resto
y también que, en la biblioteca, todos estudiasen
en equipo», completa Irene. En un primer momento,
tanta generosidad resultó chocante. Luego descubrieron
el mundo de los incentivos. «Por cada actividad
social que hacen, reciben incentivos, utilizados
para promocionarse, conseguir un buen trabajo,
etcétera, por lo que no sabemos hasta qué punto
ayudan por solidaridad o por un futuro beneficio
propio».
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