La hazaña norteamericana vista por la prensa española

ENRIC PASTOR

Veintiuno de julio de 1969. Después de una larga noche pegados al televisor, los españoles mojaban el churro con las portadas de la prensa nacional. Armstrong y Aldrin habían alunizado a las 3.56 del día 21 horario español, más de doce millones de españoles habían seguido sin pestañear sus evoluciones juguetonas en la Luna y, al día siguiente, las cabeceras más mañaneras anunciaban el paso cumbre en la evolución de la Humanidad.

Con letras mayúsculas y sorprendentes fotografías en blanco y negro que muchos lectores no sabían si ubicar en la Luna o en unos estudios de Hollywood la incredulidad sobre la llegada era casi unánime y aún sobrevive, la segunda edición del periódico vespertino Informaciones dedicaba toda su portada a la hazaña: «Toda la Tierra mira a la Luna», anunciaba.

Con una perspectiva mucho más humana, el ultraderechista El Alcázar titulaba: «El hombre piso la Luna». Y su subtítulo añadía, en tono retador: «A las 3.56, Armstrong puso el pie izquierdo en el Mar de la Tranquilidad. ¿Qué hace la nave soviética?». Mientras, Pueblo se dedicaba a tranquilizar a sus lectores: «Un paisaje cruel, un cementerio de peñascos, un mar de gravilla: Eso es lo que hay». Ni extraterrestres, ni paraísos perdidos, ni sorpresas, es decir. Y el periódico Madrid atacaba por el lado imperialista: «La Luna ya es del hombre».

En los deportivos Marca y As, Armstrong compartía protagonismo con Eddy Merchx, el corredor belga que venció en el Tour de Francia.

Y el día 22 llegaron el resto. La Vanguardia y ABC, próximos a la Iglesia, no se olvidaban de Su Santidad el Papa Pablo VI y su interés por la ciencia y reproducían su primer plano observando por un telescopio la zona en la que iba a posarse el Eagle. «El Papa ha contemplado la obra de Dios por medio de la mirilla del progreso», comentaba ABC. Y Arriba, previendo que la competencia se repetiría en sus titulares, buscaba la exclusividad con un «Vuelven a la Tierra».

Aquel 22 de julio sólo una preocupación robaba columnas a la hazaña espacial: el mensaje de Franco a las Cortes donde seguramente propondría su sucesor en la Jefatura del Estado.