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EL MUNDO - Domingo, 5 de noviembre de 2000 - Número 264 CONOCER | LA AUTOMEDICACIÓN SE DISPARA |
La toma indiscriminada de fármacos, especialmente de los que se venden sin receta, ha multiplicado el consumo de Gelocatil, el analgésico que ha destronado a la mítica aspirina. Las ventas de productos sin prescripción superan ya los 79.000 millones.
Deme un Gelocatil, por favor |
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PACO REGO | |
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La primera vez que me la tomé fue en el trabajo. Tenía un dolor de espalda tremendo y un compañero me ofreció una pastilla de Gelocatil. Yo, la verdad, no tenía ni idea de lo que estaba tomando». La señora se despide y sale de la farmacia con un par de cajas en la mano. «No me pregunte por qué tiene tanto éxito», contesta sorprendida la farmacéutica. «Sólo le puedo decir que la gente lo pide mucho más que cualquier otro medicamento».
Es la primera vez que un analgésico de uso común le arrebata el trono a la mítica aspirina -una de las sustancias que los astronautas se llevaron a la Luna a bordo del Apolo 11-, de la que se venden al año en España más de 650 millones de comprimidos. Con este apabullante historial, salpicado de numerosas propiedades casi milagrosas que muchos investigadores le atribuyen, no es extraño que su caída del primer puesto de los fármacos más vendidos llame la atención. Hasta el pasado mes de septiembre los españoles ya habíamos consumido más de 15 millones de cajas de Gelocatil frente a los 13 millones de unidades de la famosa pastilla blanca de Bayer. El aumento cada vez mayor de la automedicación y la libertad para comprar determinados fármacos sin necesidad de presentar la correspondiente receta médica son, en opinión de los expertos, las causas principales de esta imparable demanda. «A dosis normales, el Gelocatil tiene menos efectos secundarios que la aspirina, ya que no daña el estómago», explica la doctora Benedí González, del departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid. «El problema en este caso son los riesgos que entraña el uso sin control de cualquier medicamento, pertenezca o no al grupo de las llamadas Especialidades Farmacéuticas Publicitarias (EFP), como muchos analgésicos, antigripales, vitaminas o pomadas, que cualquiera puede adquirir sin ninguna dificultad». Las ventas de estos productos específicos, anunciados como efectivos para las más diversas dolencias, superaron el año pasado los 79.000 millones de pesetas, lo que representa el 8% del consumo farmacéutico total, según la Asociación para el Autocuidado de la Salud. Es, sobre todo, a partir de los 40 años cuando la gente se automedica con mayor frecuencia. La falta de tiempo para acudir al médico y la percepción de que muchos de los medicamentos que se promocionan son inocuos para la salud, acaban habitualmente con el ingreso en un hospital. Según la Asociación Nacional de Especialidades Farmacéuticas Publicitarias (ANEFP), organización que representa al 95% del mercado de EFP, la utilización responsable de medicamentos destinados a corregir dolencias menores como, por ejemplo, laxantes, antitusígenos, descongestionantes de garganta o los mencionados analgésicos, supondría un ahorro de miles de millones de pesetas a la Sanidad pública. En Europa los costes derivados de las consultas médicas que se realizan por trastornos leves, y que podrían solucionarse con el uso de fármacos sin receta, superan los cuatro billones de pesetas. Para pensárselo.
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CRONICA | |
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