Domingo, 29 de julio de 2001 - Número 308

PROSTITUCIÓN | ESCÁNDALO EN TARRAGONA

Sexo, mentiras y política
EL EX SUBDELEGADO del Gobierno en Tarragona, militante del Partido Popular, profesor universitario y padre de familia numerosa, lleva una semana de baja laboral a base de tranquilizantes desde que lo acusaron de extorsionar a prostitutas. Él dice que es una víctima de la mafia rusa de la Costa Dorada

CRISTINA LÓPEZ SCHLICHTING
Si hubiera querido irme de putas habría aprovechado mis viajes a Barcelona o a Madrid. No a Salou. Sería del género tonto». Así de rotundo estuvo el ex subdelegado del Gobierno en Tarragona y militante del PP, Raúl Navarro, en la única entrevista concedida después de su dimisión, al Diari de Tarragona. La denuncia presentada por tres inmigrantes rusas, que aseguran que les prometió la regularización a cambio de favores sexuales, sentó como un tiro en su casa. Y es que este joven rubicundo, que aparenta diez años más de los 38 que tiene, cuenta con una respetable y aburrida carrera de profesor de Derecho Laboral y una sensata familia con cuatro hijos. Desde el día en que dejó su cargo está de baja médica y toma hasta diez tranquilizantes diarios. Porque no es la primera vez que su naturaleza sanguínea le juega una mala pasada. Hace ocho años, con apenas treinta, sufrió un infarto.

Navarro niega las acusaciones y asegura que la mafia rusa está detrás de todo desde que anunciase que, en aplicación de la Ley de Extranjería, iba a comenzar a perseguir con dureza la contratación de trabajadores ilegales. Hasta ese momento había tenido fama de flexible y de pionero en la autorización de contratos temporales de apenas tres meses. Pero el juez que instruye las diligencias previas del caso, José Luis Portugal, investiga si aprovechó su estancia en la Delegación de Trabajo de Tarragona, entre 1997 y 2000, para crear una red de funcionarios prevaricadores que habría tramitado permisos de trabajo que después él firmaba desde su nuevo puesto de subdelegado de Gobierno.

El negocio del sexo mueve actualmente en España cuatro billones de pesetas y está en manos de diez magnates que poseen cada uno una decena de grandes establecimientos. Junto a ellos funcionan unos cuatrocientos minoristas, con 900 pequeños locales de alterne y clubes de carretera. Tan boyante negocio afronta, sin embargo, el problema de la escasez de mano de obra nacional. En palabras de Emilio Carrillo, uno de estos diez hombres fuertes: «La demanda es muy grande, pero las extranjeras son ilegales y no hay trabajadoras nacionales. Es hora de que se regule definitivamente el negocio del alterne y se autorice la concesión de permisos de trabajo a las señoritas de fuera».

Tan grave es la situación que, el pasado noviembre, los empresarios del sector fundaron ANELA, la Asociación Española de Locales de Alterne, para buscar una solución y negociar con la Administración.

Salou es un excelente escaparate de este florecer de la prostitución y de la feroz competencia en el gremio.Dominicanas, brasileñas, colombianas y eslavas llegan en oleadas a la ciudad y pueblan la infinidad de clubes que orlan las carreteras y las calles.Entre las mujeres más solicitadas figuran las rusas.

En los dos últimos años a nadie se le pasó por alto en esta ciudad de unos 30.000 habitantes el éxito del negocio con el que ahora se vincula al subdelegado del Gobierno y que se anunciaba en los periódicos locales con el nombre de «Irisha», su dueña, que repite que no era un lupanar.

«Irisha tiene voto de abstinencia sexual», explica a CRÓNICA su madre y socia, Caterina Shamar, «y esto era un centro de masajes terapéuticos y relajantes». Los anuncios, sin embargo, figuraban en las apartados de clasificados y prometían «rituales eróticos» y «atención a cargo de tres bellas joyas».

Los dueños de una peluquería y una corsetería de Salou, que prefieren permanecer en el anonimato, aseguran que las chicas, muy jóvenes, gastaban mucho dinero en cuidarse y en sofisticadas prendas de lencería, y un cliente de la casa recuerda que «te desnudabas y te daban un masaje increíble por 4.500 pesetas la media hora...si te excitabas y querías que las chicas continuasen, tenías que pagar otras 4.500».

Más cercana a la realidad parece otra de las aclaraciones de Caterina: «Nosotras no obligábamos a las chicas a nada, esas cosas no se pueden forzar».

Irisha R. tiene fama de rara en Salou. Paseaba por la ciudad con un sari y zapatillas de deporte y escuchaba con un walkman música hindú. Había viajado por la India, Tailandia, Nepal y el Tíbet y seguía con devoción a alguno de los más famosos maestros del budismo y el hinduismo. Como partidaria del tantrismo, estaba convencida de la utilidad de las relaciones sexuales para alcanzar la perfección espiritual. Nacida en Rostov, en la ex Unión Soviética, huyó a Estados Unidos con su madre y su hija hoy una adolescente de unos catorce años cuando su marido, vinculado a la mafia, se metió en problemas.

Años después, Caterina utilizó para entrar en España un pasaporte británico por el que había pagado un millón de pesetas. Sus comienzos en nuestro país fueron muy duros. Enseñaba ruso en la mesa camilla de un piso alquilado y tenía problemas para llegar a fin de mes.Cuando Irisha llegó, no trabajaba y alguno de los alumnos recuerda que deambulaba por la casa con su extraño atuendo y que tomaba el sol desnuda en la terraza, con una naturalidad extraña: «Era guapísima, alta y delgada, muy elegante. Parecía un ser de otro mundo», afirma ese testigo, «sin pudor, pero sin intenciones de provocar».

ANTIGUAS AMISTADES
Fue entonces cuando madre e hija conocieron a Raúl Navarro. Caterina acababa de encontrar un empleo como traductora en una empresa de multipropiedad con mucho arraigo entre los turistas rusos cuando se le diagnosticó un tumor en la matriz. Se dirigió entonces a María Lourdes Pau, presidenta de la Lliga contra el cáncer.«Yo llamé», aclara ésta, «a la Concejalía de Sanidad, que la remitió a los servicios sociales del Ayuntamiento y, como necesitaba papeles para poder ser operada, se la presenté a Alberto del Hierro, que era concejal del PP».

Gracias a sus relaciones dentro del partido, del Hierro puso a Caterina en contacto con Raúl Navarro, que entonces era delegado de Trabajo en Tarragona y que le tramitó la extensión del visado.De esta forma la rusa fue operada por el doctor Sentís en el Hospital de Santa Tecla de Tarragona.

Superado el problema del cáncer, Irisha decidió ayudar económicamente a su madre dando masajes y aplicando las técnicas orientales que conocía. «Eran muy eficaces y proporcionaban gran placer», dice una clienta de las tantas que entonces acudieron al piso sin más intenciones que las terapéuticas. Poco a poco, sin embargo, la clientela masculina se fue multiplicando y el negocio empezó a tomar otro cariz. Caterina se convirtió en telefonista y secretaria y el centro de masajes se trasladó a un ático de más de 30 millones de pesetas en el centro de Salou. La agenda estallaba. Llegaron más chicas, rusas todas, y los vecinos vieron a las dos mujeres prosperar, comprarse un buen coche y mejorar su nivel de vida.

La hermosa Irisha, aficionada a la pintura, expuso sus cuadros en una sala de Salou y poco después anunció a sus sorprendidos amigos que se casaba con un camionero, un hombre sencillo y en absoluto atractivo. Pareció evidente que la desconcertante maniobra estaba encaminada a la obtención del permiso de residencia.

PECES GORDOS
Aunque madre e hija seguían repitiendo que aquello no era un prostíbulo, y que «las chicas eran conocidas nuestras, y venían a España a aprender las técnicas de masaje», el éxito del local no tardó en desatar la envidia. «Ellas hacían lo mismo que nosotras», declaraba esta semana la empleada ucraniana de otro negocio a El Periódico de Catalunya, «lo que pasaba era que sus clientes eran peces gordos. Por eso Irisha se quedaba con las mejores empleadas, las más guapas».

Quienes dudan de que del Hierro y Navarro extorsionasen a las chicas de Irisha a cambio de prometerles la regularización, acusan a la mafia rusa de la Costa Dorada de forzar el cierre del negocio para advertir a las autoridades de que no están dispuestas a tolerar represiones ni límites.

Las organizaciones rusas de trata de blancas y tráfico de drogas y armas funcionan intensamente en el Levante español desde hace diez años. Traen chicas con la promesa de un puesto de trabajo y les quitan el pasaporte al llegar al territorio nacional. Cuando caduca el visado de turista las obligan a prostituírse para saldar la deuda económica contraída por el viaje.

Las moldavas Asha y Katja, trabajadoras de un club situado cerca de Villajoyosa (Alicante) explicaron a CRÓNICA que «cada mes y medio aparece un ruso por el local con un álbum de fotos. Cada mujer retratada tiene un precio. Por una rusa guapa se paga un millón de pesetas en este local, que no es gran cosa. Luego viene la chica, que nunca sabe ni una palabra de español y, después de trabajar y pagar su cuota por la cama al dueño del local, todavía le entrega el resto del dinero al chulo que llega a buscarla cuando cerramos».

La técnica no es exclusiva de los rusos. El Grupo II de la Brigada Central de Extranjeros de la Policía Nacional desmanteló en marzo de este año una banda de traficantes de nigerianas que importaron 150 chicas en cuatro meses, cobrándoles siete millones y medio de pesetas por el viaje a cada una.

Como en el caso de las rusas, la deuda vinculaba firmemente a la víctima con su explotador, que cobraba nada menos que 70.000 pesetas mensuales a las mujeres. Para hacer frente a los gastos, las nigerianas llegaban a hacer en la Casa de Campo de Madrid cinco felaciones por hora, cobrando 1.000 pesetas por cada una y 3.000 por penetración. Las chicas con posibilidades eran vendidas (sin que ello mermara su deuda con los captores) a clubes de otros proxenetas que pagaban por ellas dos millones de pesetas.

Pero en medio de las múltiples bandas, las rusas se llevan la palma por la crueldad de los castigos con los que se reprime a quien intenta abandonar el sistema. Precisamente en Villajoyosa, y a lo largo de varios meses del año 2000, aparecieron en bolsas los restos descuartizados de dos chicas una de ellas embarazada cuya identidad nunca se ha podido establecer pero que, según los forenses, eran de raza caucásica y probablemente eslavas.

En Salou, los sucesos se repitieron más recientemente cuando una pareja de jóvenes apareció asesinada en la playa. La policía tampoco ha resuelto el caso, pero sospecha que se trató de un caso más de represalias por parte de estas organizaciones.

En el «caso Navarro» existe la posibilidad de una venganza contra el local de Irisha, que pretendía escapar del férreo control mafioso sobre el sector de la prostitución rusa. Las tres denunciantes se han acogido a las disposiciones legales que les garantizan el anonimato y la protección personal, como testigos protegidos, y podrían beneficiarse de una regularización de su situación ilegal. Se trata de empleadas de Irisha y Caterina que afirman haber atendido al ex subdelegado del Gobierno y al concejal de Salou Alberto del Hierro, y a las que, según ha podido saber CRÓNICA, se ha visto en la localidad tarraconense en compañía de ciudadanos rusos. Las chicas dan detalles tan íntimos de sus relaciones con Raúl Navarro que han podido describir su dependencia periódica de la insulina. El ex subdelegado es diabético, en efecto, y se inyecta regularmente. Afirman además que Irisha presumía de sus relaciones con los políticos y que les insinuaba que ciertos favores podrían conducir a su legalización en España.

Mientras se aclara lo ocurrido, también Alberto del Hierro ha dimitido de sus funciones como responsable de la policía local, aunque conserva las de concejal del PP, y ha declarado que se gastará «hasta la última peseta en querellas».

HOMBRE DE LA NOCHE
Del Hierro es un santanderino de buena familia que llegó con su mujer a Salou como empleado del Banco de Santander y que, en el momento del traslado, decidió quedarse en la ciudad como gerente de un bingo y una discoteca. Desde entonces tiene fama de noctámbulo, pero nada en su ritmo de vida permite sospechar ingresos superiores a las 300.000 pesetas de su sueldo de concejal.Tiene un coche modesto y relativamente viejo, una vivienda de clase media y mantiene con normalidad a su mujer y a sus tres hijos. «Si este tuviese pasta, se le notaría. Es el tipo de hombre al que le gusta presumir», declara un vecino que lo conoce bien.Tampoco el patrimonio del subdelegado levanta sospechas.

Entretanto, el juez Portugal ordenó secreto sumarial el pasado 28 de agosto, lo que impide incluso hablar con los implicados.A Raúl Navarro le imputa delitos de prevaricación con agravante de prevalimiento de cargo público, fomento de la prostitución y ataque contra la libertad sexual y el derecho de los trabajadores.

Es su testimonio contra el de las tres denunciantes pero, entre las pruebas que la Guardia Civil ha aportado, después de un registro del centro de masajes de Salou, figura una relación de números de teléfono que incluía el del ex subdelegado del Gobierno y el del concejal del PP. Ambos argumentan que las rusas los conocían de la época en que Caterina fue operada y que sus actuales teléfonos que también figuran fueron fáciles de obtener a partir de aquéllos.

Sea cual sea el resultado del juicio, se ha abierto un capítulo delicado. La caja de Pandora de los funcionarios que pueden estar mercadeando con los papeles y el futuro de los inmigrantes.


ESPAÑA: PROSTITUCIÓN INMIGRANTE por CRISTINA RELLO VARONA

Hay más de 300.000 prostitutas en España, concentradas principalmente en las grandes ciudades o en bares de carretera. Estos son algunos aspectos de esta polémica actividad:

EXTRANJERAS
Las inmigrantes dominan el submundo de la prostitución en nuestro país. Nueve de cada 10 mujeres que intentan ganarse la vida con su cuerpo, en los casi 900 locales de alterne contabilizados por la Guardia Civil, son extranjeras. Aunque el número de clubes ha disminuido desde 1999, ha aumentado el de mujeres, sobre todo por la oleada procedente de Europa del Este y que está copando el mercado. También se multiplicó el número de las procedentes de Colombia y Nigeria. El reclutamiento es siempre el mismo: promesas de trabajos inexistentes o, simplemente, el secuestro.

DINERO
Las cifras económicas que mueven los negocios relacionados con la comercialización del sexo en nuestro país provocan mareos a más de uno. Aunque son difíciles de contabilizar con exactitud, todo apunta a los cuatro billones de pesetas anuales. Si el mercado del sexo cotizara a Hacienda, las arcas del Estado ingresarían 800.000 millones, un 10% de los impuestos directos que se ingresan actualmente.

TRATA DE BLANCAS
«Durante dos días me tuvieron secuestrada junto con mi hijo de seis meses en una fría habitación que no tenía ducha. No nos dieron de comer y caímos enfermos». Es el duro relato de una mujer que se negó a prostituirse para una red de explotación sexual. El pasado año, la Guardia Civil realizó un total de 1.573 actuaciones que acabaron en la desmantelación de 37 mafias, 17 más que en 1999, y la detención de 204 personas involucradas.En cuanto a las menores de edad, se detectaron 3 españolas, que eran obligadas a ejercer la prostitución en el ámbito familiar, y 5 extranjeras localizadas en clubes.

CLIENTELA ESPAÑOLA
Un 40% de los españoles ha pagado los servicios de una prostituta en nuestro país, datos muy superiores a los de naciones vecinas como Gran Bretaña (6,6%). Entre ellos existe el recelo a que se aprueben iniciativas como la de Suecia, primer país en penalizar también al cliente.



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