Domingo 23 de septiembre de 2001 - Número 310

PREPUBLICACIÓN | LOS JEFES DE ETA

«Txelis», el padre de la kale borroka
¿Cómo puede un chico normal, buen deportista, estupendo hijo y mejor hermano acabar como terrorista? En «Los jefes de Eta», publicado por la nueva editorial «La Esfera», Carmen Gurruchaga se adentra en las claves inéditas de sus dirigentes


El 17 de noviembre de 1998 José Luis Álvarez Santacristina «Txelis» llegó a Madrid extraditado desde Francia. Tiene tres causas pendientes con la Justicia española.
La guinda de la acción policial contra la banda la pone la operación llevada a cabo en Bidart el 29 de marzo de 1992 en la que, de una sola vez, es apresada la troika dirigente: Francisco Mujika Garmendia, «Paco»; José Arregi Erostarbe, «Fiti» y el propio «Txelis». Este último fue descubierto un poco antes por hombres del general de la Guardia Civil, Enrique Rodríguez Galindo actualmente encarcelado por su relación con los GAL , que lo siguieron hasta que los condujo a la casa en la que se produjo el arresto.

La caída de la cúpula en Bidart colocó a ETA en una de las situaciones más difíciles de su historia. Previamente, los franceses, habían ido arrestando a los denominados «mandos intermedios», personas destinadas a sustituir a los jefes cuando éstos fueran detenidos.Sin embargo, ahora, cuando las Fuerzas de Seguridad retiran de la circulación a los máximos titulares, los suplentes también están en la cárcel. Todo parece indicar, por primera vez desde la llegada de la democracia, que ETA va a poder ser derrotada policialmente, algo que, obviamente, no desea la izquierda abertzale, pero tampoco el PNV o EA. Estas dos formaciones, en ese momento, están convencidas de que la derrota de ETA supone la derrota de una parte del nacionalismo y el debilitamiento de su proyecto nacionalista para el País Vasco y no lo van a permitir. En esas circunstancias, cuando la organización está a punto de sucumbir, porque tiene que reorganizar todas sus estructuras y no tiene dirección que pueda hacerlo, aparece KAS, recientemente reconvertido en una especie de partido que va a salvar la cara a ETA... y la kale borroka, «inventada» por Álvarez Santacristina con el nombre de grupos «Y».

Este donostiarra, nacido en 1954 en el barrio de Loyola, que a lo largo de su vida ha sido seminarista, militante de LAIA una organización semiácrata, asamblearia, no partidaria de las organizaciones partidistas e ideólogo de ETA, pensó un día tras llegar a la cúpula que había que solucionar dos problemas especialmente importantes para la banda: las caídas de militantes en redadas «tontas» en el sur de Francia y las actuaciones de poca envergadura en suelo español que enviaban a la cárcel a activistas importantes.Para evitar la primera situación organiza una magnífica retaguardia en París, ciudad que él conoce a la perfección por haber sido estudiante en la Sorbona. En la capital francesa mantiene relación con los «rojos» que quedan de mayo de 1968, mayoritariamente trotskistas. Algunos de éstos le ayudan a organizar una red de pisos o localizar comercios en los que comprar sin levantar sospechas elementos útiles y necesarios para más tarde fabricar explosivos.Es tan buena su labor, que la Policía no sospecha que París acoge en su seno a todo el segundo nivel del aparato político de la organización terrorista, y a una parte del militar. Los jefes, los titulares, están en el sur de Francia, pero los suplentes en París.

Otra de las convicciones de «Txelis» es que ETA no puede permitirse el lujo de perder a un activista por haber realizado acciones menores como quemar un coche o algún local relacionado con intereses franceses, por ejemplo. Así pues, diseña un entramado de grupos de apoyo a la estrategia terrorista, formado por jóvenes, menores de edad, que no puedan ser juzgados por no tener edad penal.Además, como lo que realizan son destrozos materiales menores, para lo que utilizan elementos mecánicos, si son detenidos, serán juzgados por un delito de faltas, lo que, en caso de ser condenados, se corresponde con una pena que nunca será superior a dos años, y que en España, si es la primera condena, no se cumple. A estos grupos los denomina comandos X, Y y Z.

Los primeros estarían encargados de labores de agitación política; los segundos, de los sabotajes a intereses públicos o privados y los terceros son los comandos de la propia organización ETA.

Según este diseño, el responsable de cada grupo Y, que forma lo que se conoce por kale borroka, se vincula a un responsable de provincia, y éste con un responsable regional conocido sólo por un miembro de la ejecutiva de KAS. Los grupos Y se estrenan en el contencioso abierto por ETA con motivo de la construcción de la autovía de Leizaran, la carretera que une Guipúzcoa y Navarra, y cuyo trazado original transcurría por el valle de ese mismo nombre. En 1989, tras la ruptura de las «Conversaciones de Argel», ETA hace público su deseo de que Leizaran se convierta en una nueva Lemoniz, y emprende una campaña de terror e intimidación contra todo aquel, persona o empresa, que tenga algo que ver con la construcción de esa carretera y que consiste, principalmente, en quemar bienes muebles e inmuebles de las empresas que han aceptado realizar las labores de ejecución de la vía.

En 1988 ya se habían registrado los primeros atentados contra las empresas adjudicatarias de la obra que, sin embargo, nadie reivindicó.

Además, esta carretera sufre otras acciones de mayor envergadura que sí comete la organización terrorista y que las asume como propias. Al final, ETA logra su objetivo consistente en que los políticos vascos PNV y PSOE asuman su exigencia y cambien parte del trazado, para que no transcurra por el valle de Leizaran.El saldo es el siguiente: 158 acciones que han causado daños por más de 1.000 millones de pesetas, además de muchos miles más en seguridad. De todas ellas, ETA sólo reivindica doce y el resto forma parte de una incipiente kale borroka, que encuentra en este escenario sus primeras manifestaciones y que conocerá un desarrollo espectacular en los años siguientes, sobre todo en 1992, tras la caída de Bidart, cuando suple la forzada inactividad de ETA.

Álvarez Santacristina huye a Francia en 1981 tras la «caída» de un comando legal con el que mantenía contactos y después de conseguir una beca concedida por los gobiernos vasco y francés para estudiar Filología en la Sorbona, donde obtiene una calificación de sobresaliente cum laude. Este hombre rubio, de pelo rizado y gafas, con aspecto de intelectual, se considera a sí mismo un comunista vasco, independiente dentro de la organización terrorista, algo enormemente complicado en una estructura militarizada. De hecho, y haciendo gala de esa independencia, el 10 de noviembre de 1992 el rotativo Egin publica una entrevista con él, sin el consentimiento de la nueva dirección, a la que ni siquiera había consultado. Esto le vale ser «reprendido» por sus sustitutos, a pesar de que mantiene las tesis oficiales en relación con la lucha armada. «La lucha armada no es en modo alguno un objetivo en sí misma, sino un instrumento: mejor dicho, es el último recurso que le queda a un pueblo cuando todos los demás han fracasado», decía en aquellas declaraciones. Afirmaba también que ETA no acabará «hasta que no se reconozcan los derechos que se le deben a Euskal Herria».

Sin embargo, meses más tarde se produce en él un cambio ideológico y una reconversión religiosa «Txelis», en su adolescencia, había estudiado en el seminario que le hace renegar de la lucha armada y pedir a la organización que él había dirigido doce meses antes que abandone esas prácticas violentas. Apelan para ello a razonamientos éticos y morales. La nueva dirección etarra no puede evitar enfadarse y ni siquiera trata de disimular. Envía a la cárcel una carta al ex ideólogo en la que le advierte: «No nos hables de ética ya que el enemigo mete mucho esa palabra en sus discursos envenenados».Pero no es eso lo único que le dice. En un tono bastante cínico, le reprocha por escrito: «Tu postura cambiante ha dejado asombrada y dolorida a toda la militancia». Tampoco se olvidan los nuevos jefes del «tinglado» de la entrevista concedida al rotativo abertzale y le echan en cara que haya tenido tiempo y ganas de hacerla, mientras que no se ha dirigido a ellos para nada.

ETA reconoce que la caída de Bidart les obligó a empezar de cero: «Esta entrevista es la comunicación más larga que recibimos de ti. Y sabes muy bien cómo nos dejó tu/vuestra detención (sobre todo la tuya, respecto a la infraestructura y seguridad de movimientos, como desconocimiento de hilos a mover). Nos has dado respuesta detallada a nuestras preguntas, pero todavía nuestra hambre no está saciada, pues nos faltan algunos datos. Pero, tranquilo, si bien sea un año más tarde, pero ya hemos conseguido de aquí o de allá la información e instrumentos que necesitamos para asegurar el funcionamiento del aparato».

«PREPOTENTE E INCAPAZ»
No obstante, este semiácrata que entró a formar parte del aparato político de la organización tras la detención de «Josu Ternera» y de Elena Beloki, «para redactar los comunicados y echar una mano», no pierde nunca el sentido crítico y reivindica el derecho a discrepar. En su paso por la dirección de ETA se nota su procedencia de una organización no partidista y sí asamblearia en su deseo permanente de que ETA se involucrase en los movimientos sociales.Además, se muestra contrario a la utilización del coche-bomba que tanto gustaba a «Pakito» y «Santi Potros», y que tanto había alejado de la organización a un sector de la sociedad que le apoyó mientras utilizó otros métodos para cometer atentados [...].

Con esta reconversión a la fe cristiana durante su estancia en la cárcel de París, José Luis Álvarez Santacristina pasaba de ser ideólogo de la organización terrorista en la etapa más dura de su existencia el responsable del aparato político, el internacional y las cárceles , a no querer saber nada de esa organización, con el argumento de que comete acciones en las que se atenta contra la vida de las personas. Asimismo, ya en el orden estrictamente político, considera que la lucha armada es negativa para conseguir fines políticos del MLNV, tales como el acercamiento de los presos.«Se han cometido demasiados crímenes en nombre de la lucha armada, por lo que este tipo de actividad debe terminar».

De la importancia que Álvarez Santacristina tuvo en la dirección de la organización terrorista durante los años que estuvo en ella, da prueba el hecho de que Urrusolo Sistiaga le enviara a él una carta para protestar por la situación en la que debía subsistir el Comando Itinerante que actuaba en Levante poco antes de la celebración de las Olimpiadas de Barcelona. En el mismo texto solicita el cambio de uno de sus integrantes. También, y quizá esto sea lo más importante, califica a «Pakito», el considerado jefe de ETA, de «prepotente e incapaz», y le pide su destitución, lo que incita a suponer que tiene capacidad para hacerlo. «Txelis» le concede la sustitución de Idoia López Riaño11 a la que hace volver a Francia, pero acusa a Urrusolo de llevar a cabo «un burdo chantaje o una puesta contra las cuerdas al pedir la destitución de Mujika. Le reprocha que no se haya medido ni autocriticado por el mismo rasero. Años más tarde «Txelis» y Urrusolo compartirán las mismas ideas, y en julio de 1997, juntos desde la cárcel en París, condenarán sin matices el horrible asesinato del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco.

En diciembre de 1993 el Tribunal de Apelación de París pronuncia la primera sentencia favorable a su extradición por el delito de amenazas a empresarios. Le acusa de haberles exigido el denominado «impuesto revolucionario» bajo la amenaza de que, en caso de no satisfacer la cantidad exigida, su vida y sus bienes corrían serio peligro. [...]

En septiembre de 1997 «Txelis» y Urrusolo Sistiaga reciben la visita de los jueces de la Audiencia Nacional de Madrid, Javier Gómez de Liaño y Baltasar Garzón, que viajan en comisión rogatoria con el fin de interrogar a ambos etarras. Los dos se negaron a responder al cuestionario que llevaban los magistrados, y se mostraron partidarios de un diálogo para conseguir la paz y acabar con esta batalla en la que «un día caen los de un bando y otro los del otro». Sin embargo, unos meses antes Álvarez Santacristina había reiterado a ETA su petición de un alto el fuego definitivo.Asimismo, había propuesto a la organización terrorista la conveniencia de utilizar otro tipo de luchas, en un documento firmado también por los hermanos Kepa y Rosario Pikabea, Miguel Ángel Gil Cervera, Miguel Zarrabe y José Luis Urrusolo Sistiaga, tras el brutal asesinato del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, que todos ellos habían condenado.

Estos ex activistas etarras argumentan que, cada vez más, un mayor número de ciudadanos del País Vasco más cualificados están proclamando en voz alta que el conflicto ha de humanizarse y socializarse, y que hay que fortalecer vías de lucha no violentas.ETA ha sido «tolerante» hasta este momento con «Txelis», pero ante tanta insubordinación la dirección de la banda no duda en tomar una decisión expeditiva: expulsar a José Luis Álvarez Santacristina de la organización en el verano de 1998. Lo acusa de alentar «un intento de escisión, así como de cometer una falta grave de indisciplina por haber hecho públicas sus discrepancias en los últimos años». Advierte que todas las iniciativas futuras hechas por «Txelis» lo serán «a título personal». En círculos abertzales causa extrañeza que ETA se decida a expulsar precisamente en este momento (1998) a alguien que mantiene públicas discrepancias ideológicas desde 1993. Lo atribuyen al hecho de que haya condenado públicamente el asesinato del concejal «popular» en Ermua y a su crítica a la actual dirección, a la que responsabiliza de la crisis que atraviesa HB, cuya Mesa Nacional se encuentra en ese momento encarcelada y condenada por colaboración con banda armada.

Álvarez Santacristina se defiende y niega las acusaciones. Por el contrario, asegura que ha sido disciplinado y que «seguirá luchando con honradez y transparencia por la paz y la Justicia».En un escrito dirigido «a mi pueblo y, especialmente, a la izquierda abertzale», el ex etarra niega que haya intentado crear una escisión.Los hermanos Pikabea apoyan a «Txelis» y rechazan que el ex ideólogo etarra hubiera tratado de crear divisiones.

En tales circunstancias, algo inusual dentro del mundo abertzale vuelve a sucederle a este donostiarra, casado y padre de un niño, que ocasiona un nuevo enfado en la dirección de ETA. A pesar de haber sido expulsado de la organización terrorista, sigue perteneciendo al colectivo de presos de ETA, por voluntad expresa de muchos reclusos.

El 17 de noviembre de 1998, «Txelis» llega al aeropuerto de Barajas a las 13.10 horas, en un vuelo de la compañía Air France. Nada más descender del avión, los agentes de la Policía francesa que lo custodian lo entregan a una comisión judicial del Juzgado central número 3 de la Audiencia Nacional, que le comunica las causas que tiene pendientes: el asesinato del secretario de Estado Manuel Broseta, el intento de asesinato del industrial vasco José Osinalde y la formación del Comando Askatu para liberar a presos de ETA.


QUIÉN ES QUIÉN EN ETA

ALBISU, MIKEL («MIKEL ANTZA»). San Sebastián (1961). Impulso de la tregua en 1998. ÁLVAREZ ENPARANTZA, JOSÉ LUIS («TXILLARDEGI»).San Sebastián, 1929. Fundador de ETA y el que le dio nombre.ÁLVAREZ SANTACRISTINA («TXELIS»). San Sebastián, 1954. Creó los grupos «Y», precursores de la kale borroka. APALATEGI, MIGUEL ÁNGEL («APALA»). Ataun (Guipúzcoa, 1955). Dirigente del grupo especial armado de ETA político militar (Bereziak). ARIZKUREN RUIZ, JOSÉ JAVIER («KANTAURI»). Pamplona. Integrante de los comandos Álava y Madrid. En Francia, se convierte en el responsable de los comandos de liberados hasta su detención en París, en 1999.ARROSPIDE SARASOLA, SANTIAGO («SANTI POTROS»). Lasarte (Guipúzcoa, 1948). Detenido en Francia en 1987, se le incautó toda la documentación de ETA, lo que llevó a la detención de más de 100 personas. BEÑARAN, JOSÉ MIGUEL («ARGALA»). Arrigorriaga (Vizcaya, 1949). Participa en el asesinato de Carrero Blanco e ideólogo etarra por excelencia.Muere el 21 de diciembre de 1978 al explotarle una bomba en su coche. ETXABE, JUAN JOSÉ. Mondragón. Inventor del denominado «impuesto revolucionario». Fallece en 1996. ETXEBARRIETA, JOSÉ ANTONIO. Bilbao, 1940. Como ideólogo de ETA, prepara la ponencia política de la V Asamblea. Fallece en 1973. ETXEBESTE, EUGENIO («ANTXON»). San Sebastián, 1950. En el sur de Francia pertenece a los Bereziak y en 1977, tras el paso de este grupo a ETA militar, entra a formar parte del aparato político. GARCÍA GAZTELU, JAVIER («TXAPOTE»). Bilbao, 1966. Es el primer miembro que llega de la kale borroka a la dirección de ETA. Es el jefe de ETA con más asesinatos. GRACIA ARREGI, IÑAKI DE («IÑAKI DE RENTERÍA»).Rentería (Guipúzcoa, 1955). Durante su mandato se cometen los atentados más duros: el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco y el secuestro de Ortega Lara. Es detenido antes del fin de la tregua. IPARAGIRRE, SOLEDAD («ANBOTO»). Eskoriatza (Guipúzcoa, 1961). Forma parte del Comando Araba junto a «Kantauri» y más tarde del Comando Madrid. Se le supone responsable del aparato militar. ITURBE ABASOLO, DOMINGO («TXOMIN»). Mondragón (Guipúzcoa, 1943). En 1968 huye a Francia. A finales de los setenta es el número uno. En 1986 es enviado a Argelia por las autoridades francesas, donde inicia las conversaciones con el Gobierno español.Muere de forma accidental en ese país en 1987. LASA MITXELENA, JUAN LORENZO («TXIKIERDI»). Rentería (Guipúzcoa, 1955). En 1985 forma parte de la dirección cuando en enero de ese año es detenido.ETA le ha nombrado en muchas ocasiones interlocutor oficial.LÓPEZ DE LA CALLE, ALBERTO FÉLIX («MOBUTU»). Vitoria, 1960. La detención en Bidart del colectivo «Artapalo» y su facilidad para escapar de situaciones complicadas lo colocan como responsable del aparato militar. Detenido en diciembre de 1994, fue condenado en Francia. Cumplida la pena se escapó y volvió a la clandestinidad.MENDIZÁBAL, EUSTAKIO («TXIKIA»). Itsasondo (Guipúzcoa, 1945).En 1967 abandona la orden Benedictina y huye a Francia, donde resucita una ETA maltrecha. Muere en Algorta en 1973, tratando de huir de la policía. MUJIKA ARREGI, IÑAKI («EZKERRA»). San Sebastián. Dirigente de las juventudes del PNV, aterriza en 1970 en ETA, con unos 300 jóvenes. MUJIKA GARMENDIA, FRANCISCO («PAKITO»).Ordizia (Guipúzcoa, 1953). Entre 1985 y 1992 pertenece a la cúpula.Se dice que ordenó asesinar a «Yoyes». Encarcelado en España.URRUTIKOETXEA, JOSÉ ANTONIO («JOSU TERNERA»). Vizcaya, 1941.Fue responsable del aparato político hasta su detención en 1989.Es condenado en Francia por pertenencia a banda armada. Es parlamentario en la Cámara de Vitoria. ZABALETA, JOSÉ JAVIER («BALDO»). Hernani (Guipúzcoa, 1959). Sustituye a «Santi Potros» en la dirección cuando éste es detenido.



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