Domingo 11 de noviembre de 2001 - Número 317

TRÁNSITOS | ANÉCDOTAS VIVAS

1800 / Mientras dure...

JESÚS PARDO
Napoleón Bonaparte fue siempre muy amante de su familia. Hizo reyes y príncipes a todos sus hermanos, y casi todos le decepcionaron, y alguno hasta le traicionó. Momento hubo en que casi todos los reyes de la Europa conquistada por él se apellidaban Bonaparte, o habían contraído matrimonio con una Bonaparte. El único familiar suyo que ni le decepcionó ni le traicionó fue su madre doña Letizia Bonaparte, que nunca llegó a saber bien el francés y lo habló toda su vida con un fuerte acento corso. Doña Letizia, o Madame Mère, como la llamaban todos en París, pasó los años de imperio de su hijo en lujoso retiro y rezando un rosario diario a la Virgen María para que todo le siguiese yendo bien a su vástago.Cuando Napoleón, por fin, cayó y fue exiliado a Elba primero y a Santa Elena después, su madre solía decir: «Mi hijo tenía mucho talento, pero no sabía perder». Durante los grandes años del imperio napoleónico, Doña Letizia recibía constantemente mensajeros que llegaban desalados para darle entusiasta cuenta de las gloriosas victorias de su hijo, y ella, escéptica italiana que era, siempre comentaba lo mismo, con un leve encogerse de hombros: «Mientras dure»...




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