Domingo, 20 de mayo de 2001 - Número 292

GLOBALIZACIÓN | GONZÁLEZ HACE LAS AMÉRICAS

Las conferencias del "gurú"
VIAJERO habitual a Latinoamérica, asesor de grandes magnates, nuevo adalid de la globalización... A Felipe González sus intervenciones le reportan un gran capital político, pero nadie sabe si su caché compite con el de Clinton

ANTONIO CAMPOS
LOS EMPRENDEDORES, EN ESPAÑA. Un viaje de ida y vuelta. Fernando Flores, en el centro de la imagen, ha intentado trasladar el experimento de su Club de Emprendedores a España, aunque los resultados no han sido muy esperanzadores.
William J. Clinton. 42º presidente de los EE UU, reza su tarjeta.Felipe González Márquez. Ex presidente del Gobierno de España.Diputado por Sevilla. Presidente de la Fundación Progreso Global.Como presentación, tampoco está nada mal.

Y los dos líderes buscan en el extranjero (González, en concreto, en América Latina) la gloria que se les niega en sus países.Sobre Clinton pesarán siempre para sus conciudadanos la sombra de un desliz con su becaria en el despacho Oval y los favores otorgados a sus amigos en los últimos días de su presidencia.Sobre González, la X no despejada de la guerra sucia y la nómina interminable de casos de corrupción.

El viernes, ante 160 personas elegidas por sus apellidos y currículos, después de guardar en la cartera un cheque de 100.000 dólares (cerca de 19 millones de pesetas), el anterior hombre más poderoso del planeta disertó sobre la globalización. Madrid ha sido uno de los escenarios de su gira mundial a lo Rolling Stones, que le ha permitido recorrer Europa interpretando el mismo repertorio y recaudar cerca de un millón de dólares.

González no goza de este caché entre los tertulianos de la globalización.Mantiene en sus círculos próximos que sus viajes a América Latina le «cuestan dinero» e, incluso, en una entrevista con Concha García Campoy, en Onda Cero, respondió: «La mayoría de las conferencias no las cobro. Vivo de lo que me pasan por ser parlamentario y ex presidente».

La rumorología sobre el caché de González es intensa. La cifra mágica que manejan algunos periodistas que cubren la información del PSOE apunta a los 8 millones, cantidad nunca confirmada.La revista Época, recientemente, publicaba una información en la que se aseguraba que había cobrado en agosto del año pasado 3.655.537 pesetas por una charla en Santiago de Compostela.

Por encima del supuesto ánimo recaudatorio, González ha tejido en América Latina una red de influencias extensa y es recibido por las autoridades del otro lado como todo un gurú. A su alrededor, todo un lobby en el que participan políticos como los presidentes De la Rúa y Ricardo Lagos, figuras de la cultura como García Márquez, Jorge Castañeda y Carlos Fuentes, y empresarios como Carlos Slim y Fernando Flores.

CRONICA se puso en contacto el viernes con la oficina del ex presidente para discutir de estos asuntos, pero la respuesta fue tajante: «González no va a hacer declaraciones».

Su movilidad contrasta con la de los otros ex presidentes. Leopoldo Calvo Sotelo desempeña su actividad profesional privada, y Adolfo Suárez, aunque siempre ha sido «un gran gurú de la asesoría política no empresarial», en palabras de José Ramón Caso, decidió dejar la escena pública y dedicarse a su despacho. El único encargo internacional reconocido fue en 1966, cuando Telefónica anunció su fichaje como asesor para América Latina, con una retribución de 120 millones por dos años.

Las frecuentes ausencias de González en el Congreso levantan ampollas en los bancos de los otros grupos. Por ejemplo, en abril estuvo en Chile y Argentina, y asistió al cónclave del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en México. Durante la legislatura pasada, se barajó en la Mesa del Congreso elaborar una lista de aquellos diputados que menos asistían. Incluso se pensó en sanciones. Entre los más absentistas se encontraba González.

«A los 19 me casé, a los 25 fui gerente de Corfo (la sociedad chilena Corporación de Fomento), a los 29, ministro, y a los 30 comencé la beca Pinochet». Quien así se define es Fernando Flores, su maestro de ceremonias en el continente y uno de los hombres que más han influido en el nuevo pensamiento político de González.

Ex ministro de Hacienda con Allende, tras el golpe, fue confinado durante tres años en la isla de Dawson. La mediación internacional logró su liberación y se estableció en Estados Unidos, donde fundó la consultora Business Design Associates. Es uno de los teóricos de un nuevo socialismo que baraja la fe ciega en las nuevas tecnologías con la capacidad de superación del ser humano: la denominada izquierda emprendedora. Para difundir este credo, Flores creó el Club de Emprendedores.

De su mano, González ha convertido Chile en base de operaciones en América Latina. Incluso ha participado en actos electorales de Flores, que se postula como senador por la Región I en las filas del Partido por la Democracia del presidente Lagos.

Durante la primera semana de abril de este año, recorrieron la zona y compartieron escenario en varios mítines. Como en un programa de televisión, el público que ocupa el auditorio se identifica con una pegatina con su nombre y es interpelado para comentar los discursos. Marca de la casa de los emprendedores.

Las visitas a Chile son frecuentes. En septiembre de 2000, por ejemplo, el ex presidente participó en un actos organizados por el Club de Emprendedores en Puerto Montt. Allí, en una entrevista, González expuso sus ideas: «La política sigue teniendo un discurso, que corresponde con la sociedad industrial (...) sin embargo, estamos en plena era de la digitalización». Pero hay cosas que no cambian, como explica la redactora del Club: «Con la llegada a los pies del volcán Osorno en búsqueda de bonsáis, finalizó esta amena tertulia».

Pero Flores es tan buen gurú como cicerone. González conoció en su casa a Carlos Slim, presidente de la telefónica mexicana Telmex, adquirida a un precio ventajoso en la privatización hecha por Salinas. El potentado azteca es el hombre más rico de América Latina, según la revista Forbes. Su fortuna ronda los 8.000 millones de dólares.

Desde hace dos años, se han tejido lazos estrechos entre estos personajes, una admiración compartida por quienes se consideran hombres hechos a sí mismos. Slim, de 69 años, pertenece a una familia de cristianos libaneses que se estableció a principios de siglo en el país. Su madre era de los Gemayel, dinastía que dio a Líbano dos presidentes. El imperio de los Slim se cimentó a partir de la tienda fundada por el padre, La Estrella de Oriente, que aún hoy sirve de nombre para todo el grupo empresarial.

En México se considera a González como el más útil de los consejeros de Slim. Obviamente, nadie sabe si los servicios prestados y sus intervenciones públicas engrosan sus bolsillos, informa César González Calero.

Y González está dispuesto siempre a romperse la camisa por su buen amigo: la ocasión la tuvo el pasado mes de abril. En la capital, durante el congreso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), según publicaba el diario Reforma, tuvo que escuchar en una cena los reproches de una delegada que le echaba en cara su amistad con el potentado. González defendió a Slim como un empresario dispuesto a reinvertir los beneficios en su país.

Un polémica más en un congreso polémico, en el que el líder socialista pidió al PRD que abandonara la marginalidad, se acercara al centro y dialogara con el nuevo presidente Fox. Una intervención que fue interpretada como un tirón de orejas al sector de Cuátemoc Cárdenas y una apuesta por los pragmáticos de la presidenta del partido, Amalia Rodríguez.

VERMÚ EN BUENOS AIRES
«Hizo gala de su imán personal», recuperó la vieja tradición del vermú del mediodía y, ya en la comida, contó chistes de Lepe.Estos podrían ser los titulares de una crónica del diario argentino Clarín, en la que se narra con detalle la visita privada que González realizó el 7 de abril, después de su minicampaña con Flores en Chile, al presidente De la Rúa en Argentina. En el almuerzo, al que asistió, además de otros miembros del gabinete, Alfonsín, trataron cómo no, de la globalización, y reclamó a los dirigentes «sellar cuanto antes un acuerdo nacional» para salir de la crisis.

Argentina es otra de las naciones donde el ex presidente mantiene su ascendente. Gracias, quizá, a la mediación de González, la consultora del ex ministro Carlos Solchaga y del ex consejero andaluz de Economía José Recio ha encontrado en el país austral un buen negocio: asesoran al superministro Domingo Cavallo en la reforma del sistema impositivo. Allí, además, han encontrado a un viejo amigo, Armando Caro Figueroa, alto cargo con De la Rúa.

Tras el golpe, en los 70, Caro Figueroa se exilió en España, donde militó en la UGT. De 1988 a 1992, asesoró a González en materia laboral, abogando por la flexibilidad del mercado de la que ahora hace gala en su país. Con tales contactos, las empresas representadas por Solchaga, algunas de las más grandes compañías españolas, pueden estar seguras de que sus oportunidades de negocio se abren de par en par en el Cono Sur.

Pero los continuos viajes al continente, su presencia constante, comienzan a empañar su imagen. Un periodista del diario chileno El Mercurio, que cubrió el 5 de abril el acto que celebró en Iquique con Flores, disparó con balas de fuego: «Felipe González desempeña el rol del galán-estadista llegado de Europa con ropaje de colonizador postmoderno».



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