Domingo, 20 de mayo de 2001 - Número 292

CONSUMO | ALIMENTOS CON «APELLIDO»

Un fenómeno con alas
ES LA BEBIDA energética de moda. Aunque algunos médicos advierten del riesgo de abusar de ella, en España ya se venden más de un millón de latas de Red Bull por semana

ROMUALDO IZQUIERDO
Viernes noche, tres de la madrugada. Largas colas en las barras de los locales de moda de la Gran Vía de Madrid. «Cacique con Coca-Cola», pide entre gritos un joven rapado con un piercing en el labio. «¿Con Red Bull?», pregunta animoso el camarero.«No, con Coca-Cola», responde el joven. «Dos Johnny Walker, pero con Red Bull», grita la joven rubia de la izquierda. «Para mí otros dos, pero con vodka», se escucha a su espalda.

¿Es el fin de los combinados tradicionales? Parece ser que no.Según datos de la empresa Estadística Cuatro (E-4), el consumo de refrescos del tipo Coca-Cola, Pepsi o Fanta goza de muy buena salud en España y su crecimiento superó el 4,8% el año pasado, con una media de 93,1 litros per cápita. Y a pesar de que el mercado de bebidas energéticas creció muy por encima un 17,6% , su consumo, 0,2% per cápita, apenas resulta testimonial comparado con el anterior. Por el momento. La revista norteamericana Time dedicaba una página en su último número al fenómeno Red Bull, que acapara de tal forma el segmento de las bebidas energéticas que tres de cada cuatro latas que se venden en España llevan los dos toros rojos que ideó en 1984 el austriaco Dietrich Mateschitz, su inventor. «Red Bull te da aalaaas», insisten los dibujos que acompañan sus campañas mundiales de publicidad. Y a quien sí parece que se las ha dado ha sido a Osborne, la firma que desde 1996 distribuye la bebida en España. Si el año pasado fueron ya 58 los millones de envases que llegaron al consumidor, para este ejercicio confían en colocar casi 30 millones más. De la facturación bruta de Osborne el año pasado 59.405 millones de pesetas , un 19% correspondió a las ventas de esta bebida.

Compuesto principalmente por aminoácidos como la taurina y la glucoronolacrona combinados con cafeína, vitaminas e hidratos de carbono, el refresco está presente en más de 40 países. Dicen que estimula el metabolismo, la circulación y el sistema nervioso central.

Son las bondades de un producto que, según sus distribuidores, está avalado por informes favorables tanto del Instituto de Deportes, Medicina y Nutrición como de la Universidad Goethe, ambos en Frankfort, Alemania. E insisten en que el contenido de cafeína de una lata de 250 ml. que cuesta unas 300 pesetas es aproximadamente el mismo que el de una taza de café de filtro.

Pero la polémica sobre su consumo ha llevado a médicos y nutricionistas en Brasil a desaconsejar su uso indiscriminado y a advertir de los peligros que entraña su mezcla con alcohol. «Altas dosis de energéticos pueden causar problemas cardiacos, estomacales e incluso mentales», denuncian. Incluso la UE se ha visto obligada a recomendar que se evite darlas a niños, ya que pueden ponerse nerviosos, ansiosos o irritables. Para las embarazadas, también aconsejan moderación. Son los efectos de la caza contra los productos con apellidos que enganchan: el primero en caer, el tabaco ligt, término cuyo uso ha prohibido la UE porque puede ser muy ligero pero no es menos mortal que su hermano más duro.

Lo que nadie discute es el éxito internacional de Red Bull. Mientras aparecen los primeros preservativos con la marca «Te da aalaaas», multinacionales como Coca-Cola o Pepsi no quieren descolgarse de un negocio que ha entrado como un ciclón en EEUU. El año pasado estas bebidas recaudaron unos 25.620 millones de pesetas, una cuarta parte de lo que confían alcanzar en los próximos años.Y Red Bull acapara el 70% del consumo. No es de extrañar, pues, que los americanos intenten introducir sus propios productos.Pepsi, su Adrenaline Rush y Coca-Cola, el KMX.

Quizá tengamos que empezar a aprender cómo se pronuncian.



LO «LIGHT» TIENE TRAMPA, por PACO REGO

Como ha ocurrido con el tabaco, la denominación «light» en los productos alimenticios no siempre es sinónimo de saludable, ni los alimentos enriquecidos son necesarios para mantener una dieta que nos haga sentir mejor. ¿Son lo que dice la publicidad o su apellido es un truco comercial para vender más? Estos son algunos ejemplos

LIGHT

La comida light o ligera nada tiene que ver con la enriquecida.Su principal gancho está en ofrecer un producto con un valor calórico reducido, sin grasas, en comparación con las calorías que aportan los alimentos homólogos convencionales. El 50,7% de los españoles cree que el término light es un truco para vender más. (Encuesta realizada por la Confederación Española de Consumidores, Amas de casa y Usuarios).

MAYONESA. Aunque la etiquetada como light es menos calórica que la normal, en ningún caso se trata de un producto bajo en calorías, asegura la doctora María del Carmen Vidal, de la Universidad de Barcelona. Lo mismo puede decirse de salsas y mermeladas.

CERVEZA SIN ALCOHOL. Tiene calorías. Posee hidratos de carbono en forma de glucosa, fructosa y maltosa y proporciona entre 40 y 80 kilocalorías por cerveza. Por tanto, también engorda. Un dato que la gente desconoce: un gramo de alcohol desprende más calorías que un gramo de azúcar. Además, la cerveza sin tiene un alto contenido en fósforo, sodio y potasio por lo que las personas con diabetes, hipertensión arterial o insuficiencia renal deberán tener precaución con el consumo de este tipo de bebidas, según explica el endocrinólogo Claudio Mariscal en su libro 100 errores de la nutrición. Tanto el agua tónica como el Bitter tienen las mismas calorías que otros refrescos, debido a los hidratos de carbono que contienen.

QUESO TIPO BURGOS. Se vende con el marchamo de light pero, en realidad, posee entre un 15 y un 20% de grasa, porcentajes muy similares a los de los quesos de untar o de lonchas. Conviene, pues, controlar la cantidad que se ingiere, sobre todo las personas con problemas de colesterol o de exceso de peso.

GALLETAS INTEGRALES. La diferencia con las normales está en el tipo de harina: con más fibra las integrales. Sin embargo, el componente graso suele ser el mismo en ambos productos: manteca, sebo o mantequilla y aceites de coco y palma. Entre 400 y 450 kilocalorías por 100 gramos. Algunas marcas utilizan fructosa que contiene la misma cantidad de calorías que el azúcar. En palabras del doctor Mariscal, «no es más que una estrategia publicitaria para atraer a las personas preocupadas por la salud».

ENRIQUECIDOS

Son alimentos que contienen un componente nutritivo añadido, como vitaminas, minerales, aminoácidos, etcétera. Existe, por otra parte, un grupo de productos, llamados alimentos funcionales, a los que se les ha incorporado un compuesto (por ejemplo, bífidus o antioxidantes), cuyos efectos van más allá de lo estrictamente nutricional. El 45,5% de los españoles confía en estos productos, aunque cree que la publicidad exagera sus cualidades.

YOGUR. Muchos se enriquecen con bacterias (bífidus), fibras, vitaminas, etcétera. Sin embargo, por más nutrientes que se le añadan, ninguno es un alimento completo por sí mismo. Tampoco el yogur contribuye a vivir más años, como rezan los anuncios.Es beneficioso para la flora intestinal, pero su asociación con la longevidad es más fruto de la mercadotecnia que de una realidad científica.

JAMÓN DE YORK. Es el último producto de origen animal enriquecido con fibra. Nunca estos alimentos han llevado nutrientes vegetales en su composición. La mezcla, según los expertos en nutrición, responde a los dictados comerciales del consumo light, que asocia las prácticas dietéticas sanas con la ingesta de vegetales. Se trata, por tanto, de un simple truco para vender más.

LECHE. Al estar enriquecida con vitaminas, calcio, minerales y, últimamente, con jalea real, el consumidor puede llegar a pensar que si la toma está bien alimentado. Es otro de los errores que se suelen cometer. Las vitaminas, por ejemplo, no ayudan, como piensan los de chicos en edad escolar, a mejorar la memoria y mucho menos el aprendizaje. Por otra parte, a pesar de que los alimentos enriquecidos no son perjudiciales, tampoco son necesarios, según los especialistas consultados. Éstos, por el contrario, recomiendan ingerir una dieta rica en legumbres y frutas.

MARGARINA. Es menos natural que la mantequilla ya que contiene colorantes, sal... y aditivos (sustancias químicas que evitan que la grasa y el agua, sus componentes mayoritarios, se separen durante el proceso de elaboración). Las margarinas normales tienen un 80% de grasa, lo que aporta bastantes calorías. Estos productos pueden llevar cantidades variables de sebo y/o mantequilla, con un alto contenido de grasa animal.



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