Domingo 3 de Marzo de 2002 - Número 333

CORONA INGLESA | LA HIJA DEL CARNICERO MILLONARIO

Flirteos de un príncipe de 80 años
LA REINA, su mujer, no le ve la gracia, pero el príncipe Felipe de Edimburgo, de 80 años, no deja de provocar cotilleos por su íntima amistad con lady Penny Romsey, de 48, su confidente y compañera deportiva


El príncipe Felipe de Edimburgo con Lady Penny Romsey, una amistad que despierta todo tipo de cotilleos en la prensa especializada británica y disgusta profundamente a la reina
Cuando saltó la noticia de la muerte de la princesa Margarita resultó imposible que aquéllos que se preocupan por la reputación del príncipe consorte británico no fruncieran el ceño preguntándose dónde se encontraba el marido de la reina y con quién. Una vez más, su compañera era la glamourosa Penny Romsey. El duque de Edimburgo y la hermosa rubia disfrutaban de su mutua compañía en la privada y apartada finca de Wood Farm, en los límites de la propiedad de Sandringham, a una discreta distancia de la casa principal.

A menos de 200 kilómetros de ellos, la reina se encontraba en Windsor, llorando en soledad la muerte de su hermana. El curioso incidente centró la atención, una vez más, sobre un asunto muy intrigante. La dama de 48 años, hija de un carnicero aunque casada con un aristócrata, y el príncipe de 80 años con quien comparte una pasión por las carreras automovilísticas, han estado sirviendo como tema de conversación en círculos reales durante más de una década. Se les ha visto riendo y actuando como adolescentes a lomos de la ensordecedora minimotocicleta de Felipe de Edimburgo.Encaramada en el asiento trasero de la máquina, lady Romsey se abraza a la cintura del príncipe mientras él acelera y disfruta de la velocidad entre sus compañeros competidores.

Las especulaciones sobre la relación conocida como el caso Penny Romsey tienen fascinados a los comentaristas. El cronista social del Daily Mail, Ephraim Hardcastle, ha mencionado la pasión de la pareja por las carreras siete veces en los últimos meses, cada una de ellas dedicando un pícaro guiño al lector. Los asesores reales protestan alegando que las especulaciones resultan infundadas, aunque a la reina no le hacen ninguna gracia.

La pareja se conoció durante un partido de polo en Smiths Lawn, Windsor, en 1975, cuando ella aún era simplemente Penélope Meredith Eastwood. La señorita Eastwood, de 22 años, se encontraba en su último curso de Historia en la facultad de Económicas de Londres y era la novia de Norton Knatchbull, ahora lord Romsey, ahijado de Felipe y primo y amigo de Carlos. El príncipe era por aquel entonces un hombre de 55 años todavía peligrosamente atractivo.La esbelta rubia le causó una gran impresión.

El cambio fundamental en su amistad llegó en 1991, cuando el príncipe dio consuelo a los Romsey tras la muerte de Leonora, su hija de cinco años, que padecía cáncer.

Y fue el príncipe quien inició a la dama en su antigua pasión, las carreras automovilísticas. La esposa de lord Romsey descubrió un viejo coche en Broadlands, la propiedad de 100 millones de libras de Hampshire heredada por su marido, y comenzó a tomar clases con Felipe y su cochero Micky Flinn en Windsor.

Lady Romsey es la hija única de Reginald Eastwood, un millonario que se hizo a sí mismo, conocido como El Comandante, a pesar de que nunca ha ostentado tal rango, y de María, su mujer canadiense.

Eastwood comenzó en el negocio de la carne a los 15 años, labrándose el camino hasta fundar la cadena de restaurantes Angus Steakhouse, que vendió al grupo de comida rápida Golden Egg en 1965 por una suma en libras de siete cifras. Los Eastwood se retiraron lujosamente a Mallorca y proporcionaron a su hija todas las ventajas de las que ellos nunca disfrutaron.

En octubre de 1979, los sueños que Eastwood tejía para su hija se hicieron realidad cuando se casó con lord Romsey. El matrimonio con un miembro de la familia Mountbatten proporcionó a Penny parientes de la realeza y una pronta presentación en la corte.

Se convirtió en la confidente del príncipe Carlos y, junto con su marido, le advirtió de lo inapropiada que resultaba Diana como esposa real. A pesar de los recelos de los Romsey sobre este matrimonio, el príncipe y la princesa de Gales fueron los padrinos de sus hijos, Nicholas y Alexandra, y lord Romsey fue el padrino del príncipe Guillermo.

Los Romsey también jugaron un papel primordial en la aventura de Carlos con Camilla Parker Bowles, ya que la pareja utilizaba la residencia de éstos en Flood Street, Chelsea, como refugio seguro.

En 1996 se grabó secretamente una conversación a través del móvil del príncipe con lady Romsey. Durante los 17 minutos grabados, que cubrían temas como el inminente divorcio del príncipe de Gales, la operación de cadera de la reina madre y el asunto de Camilla Parker Bowles, quedó claro para el público la íntima complicidad de la que disfrutaba la pareja. Tanto el personal de palacio como sus amigos más cercanos se referían a esta relación como uno más de sus flirteos, justificando así el entretenimiento de un hombre que siempre ha sido exigente. Un amigo incluso afirmaba que la reina es consciente de que a su marido le encanta divertirse.




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