Domingo 24 de Marzo de 2002 - Número 336

LA OTRA CRÓNICA | EL CANDIDATO CASI PERFECTO

El sueño, ¿imposible?, del yernísimo
«TIENE CARISMA, proyección social y deportiva...». A Iñaki Urdangarin le encantaría ser el próximo presidente del Comité Olímpico Español. Es el candidato perfecto, pero un reglamento y cuestiones familiares complican su candidatura

PILAR EYRE
El ex jugador de balonmano tiene muy buena sintonía con Don Juan Carlos, con quien aparece conversando en presencia de la Infanta Cristina
Aunque le pese a algunos, las voces suenan cada vez con más fuerza.Iñaki Urdangarin Liebaert, duque de Palma de Mallorca, es el candidato más firme para ir a la presidencia del Comité Olímpico Español para sustituir al recientemente fallecido Alfredo Goyeneche, conde de Guaqui. «Sin desmerecer al nadador Estiarte, otro de los posibles candidatos, Urdangarin es la persona idónea. Tiene carisma, proyección social y deportiva, preparación profesional, es muy trabajador y todo el mundo lo admira y lo aprecia», explica una persona que trabaja en el Comité Olímpico.

¿Y él está de acuerdo?

Creemos que le atrae la idea.

¿Dónde está la pega entonces?

Ahora me parece que hay que convencer a la Infanta [sonríe].

El Comité Olímpico Español está presidido en funciones por el vicepresidente, Jose María Echevarría, que en principio podría mantenerse en el cargo hasta los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas. Él es partidario de esta solución, aunque sólo cuenta con el apoyo de un pequeño número de miembros del comité olímpico a nivel individual.

Echevarría ha recordado que para optar a la presidencia hay que tener tres años de antigüedad en el COE «y que no se hará ninguna excepción», refiriéndose a Urdangarin y Estiarte, que sólo llevan un año. Sin embargo, hay voces autorizadas que afirman que la excepcional carrera de ambos les excusa de cumplir con esta normativa.En particular, la candidatura del yerno del Rey se podría comparar con la que en su día protagonizó Ana de Inglaterra, presidenta de la Asociación Olímpica de Gran Bretaña y que forma parte del Comité Olímpico Internacional desde 1988.

Los comités olímpicos son entidades jurídicas sin ánimo de lucro y, por tanto, en principio, los cargos no están remunerados.Pero disfrutan de dietas. Samaranch, mientras fue presidente del COI, tenía derecho a una suite en Lausana por la que se pagaban 50.000 dólares anuales y, según se publicó en la prensa canadiense, en un solo año llegó a gastar 63.000 dólares en comidas, lavandería y teléfono con cargo al COI.

Aunque Doña Cristina, de 36 años, tiene muchas ganas de vivir cerca de sus padres y de sus hermanos posee un piso en el madrileño barrio de Salamanca regalado por su tía Cristina de Borbón Marone , sobre todo desde que su cuñado sufrió su percance de salud, se resiste a cambiar su vida actual, basada en la sencillez y el anonimato.

Sus hijos Juan Valentín (de tres años), Pablo Nicolás (de dos), y el tercero, que espera para el mes de abril; su trabajo en la Fundación La Caixa, donde actualmente se dedica a gestionar el presupuesto de ayuda al Tercer Mundo y cobra 1.800 euros al mes; el estricto cumplimiento de sus obligaciones como Infanta de España y el profundo amor a su marido la llenan totalmente.

Urdangarin, por su parte, después de una brillante carrera como jugador de balonmano, con una ficha anual de 600.000 euros, se licenció en Dirección de Empresas el pasado año en ESADE y hoy es el director del área de planificación de Octagon Esedos, una empresa de mercadotecnia deportiva. Figura en el consejo de administración de varias revistas deportivas y su sueldo ronda los 90.000 euros anuales.

Hasta ahora el matrimonio ha intentado y de momento, conseguido que sus compromisos no les impidan llevar una vida corriente.De hecho, en Barcelona a nadie llama la atención ver a la Infanta Cristina, la nostra según la llaman, haciendo cola en el supermercado Caprabo, comprando ropa interior, siempre de color blanco, en el complejo comercial de La Illa de Pedralbes o en la sala de espera de su ginecólogo, el doctor García Valdecasas.

Doña Cristina se trasladó a Barcelona durante los Juegos Olímpicos de 1992. Urdangarin, aunque nació en Zumárraga (Guipúzcoa), vive desde pequeño en la ciudad condal y estudió en los jesuitas de la calle de Caspe, donde aprendió a hablar catalán correctamente.La Infanta, que no lo habla tan bien a diferencia de sus hermanos no tiene facilidad para los idiomas , lo estudió en la asociación de maestros Rosa Sensat.

La pareja se conoció en los Juegos Olímpicos de Atlanta. «La Infanta lo pasó muy mal en esa época». El estilo espectacular de las novias de Iñaki en particular y de todos los jugadores del equipo del Barça de balonmano en general dicen que le acomplejaba mucho y le llevó a seguir varios regímenes drásticos, a aclararse el pelo y a aficionarse a los modelos de Tony Benítez en lugar de las faldas largas y los zapatos planos que solía lucir.

Finalmente, Urdangarin se dio cuenta de que ella era la mujer de su vida y terminaron casándose en octubre de 1997. En realidad se parecen mucho: bajo una apariencia algo fría y reservada esconden grandes dosis de sensibilidad, comparten profundas creencias religiosas y ambos deseaban tener una familia sólida y numerosa.

En la actualidad viven en un piso muy cerca de la Cruz de Pedralbes, justo enfrente del de la cantante de ópera Victoria de los Ángeles.Tiene 300 metros cuadrados, le costó 540.000 euros al ex jugador del Barça y lo han decorado entre los dos en un estilo minimalista.En casi todas las repisas pueden verse elefantes con la trompa hacia arriba, uno de los objetos fetiche del matrimonio.

Salen muy poco. Los domingos van a misa a la iglesia de San Odón y después al Club de Tenis Barcelona. Allí Urdangarin suele jugar al tenis con sus ex compañeros de equipo. La Infanta, mientras, habla con sus amigos, en ocasiones con la modelo Antonia Dell'Atte, que también es socia del mismo club.

Ocasionalmente organizan cenas informales en casa, y encargan la comida en el catering Semon. Cuando vienen los Reyes o los padres de él, en cambio, salen a cenar al restaurante Tragaluz.

Los jueves suelen ir con Alexia de Grecia y Carlos Morales, con quien Urdangarin se lleva muy bien, al restaurante Cesc. El último cumpleaños del duque de Palma, por ejemplo, lo celebraron allí en enero.




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