Domingo 8 de septiembre de 2002 - Número 360

DOCUMENTO | TRAS LA PISTA DEL DINERO

Una moneda de Judas, en Toledo

JOSÉ MANUEL VIDAL
«Entonces uno de los doce, Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Cuánto estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata». (Mateo 26, 14-16). Un documento encontrado en el Archivo de la Nobleza del Hospital Tavera de Toledo da cuenta de que el cardenal Lorenzana mandó traer a la catedral primada, en el año del Señor de 1788, una de las 30 monedas que recibió Judas y que se veneraba en Puebla de Montalbán. El sacerdote José Colino encontró en el libro-inventario de la parroquia de Puebla una reliquia anotada así: «Una moneda del precio de la sangre de Jesucristo en un pequeño viril de plata sobredorada, pesa una libra y cuatro onzas». De la moneda de Judas que pasó por Puebla y Toledo sólo queda testimonio escrito. ¿Y las otras 29?

Hay monedas de Judas repartidas por todo el mundo. Siete en la catedral de Zacatezas (México). Pero también las hay en otros países de Latinoamérica (Brasil, Perú, Colombia y Venezuela) y de Europa (Alemania, Francia, Italia y Portugal). En total, más de 200 monedas de la traición de Judas sembradas por iglesias, catedrales y monasterios de medio mundo. España tiene el honor de contar no sólo con la perdida moneda de Puebla, sino también con otra moneda de Judas que, según cuenta la tradición, se fundió en una campana de cobre de Velilla de Ebro (Zaragoza). Una campana milagrosa que toca sola para anunciar sucesos extraordinarios y luctuosos.

«Todas las reliquias supuestamente de la época de Cristo son falsas y producto de un enorme negocio que empezó con las Cruzadas.Por eso, durante siglos, los cardenales las coleccionaban como los ricos de ahora coleccionan cuadros», asegura el historiador Juan Eslava. Y lo cierto es que muchas reliquias son un desafío a la razón. Con los lignum crucis (trozos de la cruz de Cristo) se puede construir un barco. En Sangüesa se venera un pelo de la Virgen. Hay más de 60 dedos de Juan Bautista, tres prepucios de Cristo y varios cordones umbilicales del niño Jesús y hasta lentejas y pan sobrante de la Última Cena y raspas de los peces multiplicados por Jesús.

«Las monedas de Judas son tan auténticas como una paja del pesebre de Belén, propiedad del Rey de España y depositada en la iglesia de Santa María la Mayor o el mantel de la Última Cena que se venera en Coria», ironiza Juan Eslava. Los exegetas niegan también la existencia de tales monedas. «Son un invento de Mateo para hacer coincidir la experiencia de la pasión y muerte de Cristo con las profecías del Antiguo Testamento», dice el alemán Lapide.Y lo cierto es que era un precio ridículo por un personaje tan famoso e incómodo como Jesús de Nazaret. En aquella época, con 30 denarios de plata se compraban 25 gramos de ungüento de nardo o un esclavo muy barato.

«Las 30 monedas no existieron y Judas no fue tan malo como lo pinta la tradición posterior», explica el prestigioso biblista jesuita José Ramón Scheifler. De hecho, hace años que la Iglesia revisa la personalidad de Judas y las razones que le llevaron a traicionar a su amigo y maestro. Las pinturas renacentistas lo muestran con la clásica cara del judío taimado: ojos pequeños, pelo renegrido, nariz torva y barba afilada. «Quizá sólo se distinguiese por ser el único de Judea y zelote, igual que Pedro. Tanto uno como otro son idealistas e impetuosos. Pedro es más impulsivo, Judas, más introvertido. Pedro se desahoga. Judas deja que su rabia se encone», añade el padre Scheifler.

Judas no es, pues, según los exegetas, ni el réprobo ni el ladrón ni el avaro que pasó a la Historia como el hombre más odiado de la cristiandad. De hecho, gozó de la confianza de Jesús. Y, según parece, fue un eficiente administrador. Lo confirma su brillante gestión económica que permitió al grupo viajar con frecuencia, pagarse dietas y repartir dinero entre los pobres.

¿Por qué le entrega, entonces? «Por la falta de decisión de Jesús para tomar una opción claramente política y levantarse en armas contra los romanos como pretendían los zelotes. El Jesús pacífico es un estorbo para la causa superior de la lucha contra los romanos.Por eso, su entrega no es un acto de perversidad total, sino algo así como el asesinato de Yoyes a manos del mesianismo radical de los zelotes», explica el catedrático de Lengua y Literatura del cristianismo primitivo de la Complutense, Antonio Piñero.

Hay quien va incluso más allá. El biblista Niels Runeberg asegura que Judas cumplió una ingrata misión histórica. «Sin su acción, Jesús no hubiese cumplido la voluntad del Padre. La traición de Judas fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención». Y añade: «Si el cristianismo es una religión basada en el sacrificio, Judas fue el que llevó esta lógica hasta rebajarse a delator, y ser huésped del fuego que no se apaga».

De traidor a héroe necesario. Los musulmanes creen que Jesucristo subió al cielo milagrosamente y Judas tomó su lugar en la cruz clandestinamente. Y mientras el libro de los Hechos dice que «se despeñó y se esparcieron sus entrañas», una antigua tradición cristiana asegura que, tras colgarse, Jesus bajó a la tierra, le dio un beso en la frente y lo acompañó hasta las puertas del cielo.

    CLAVES
    LAS OTRAS RELIQUIAS

    Las plumas y los huevos del Espíritu Santo se veneran en el obispado de Maguncia / La pluma del ala del arcángel Gabriel y un sobrante de la arcilla que Dios usó para moldear a Adán están en Navarra / Se calcula que existe un millón de reliquias sólo de Cristo / De las católicas hay unos cinco millones / En la lipsanoteca del Papa se conservan reliquias de todos los santos del mundo



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