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 DIRECTORIO   Domingo 25 de mayo de 2003, número 397
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PREPUBLICACION / EL TOPO MAS FAMOSO
Un «lobo» para ETA
LOS PERIODISTAS MANUEL CERDAN Y ANTONIO RUBIO PUBLICAN ESTA SEMANA UN LIBRO EN EL QUE RECONSTRUYEN TODAS LAS MISIONES SECRETAS DEL PRIMER TOPO QUE LA POLICIA INFILTRO EN ETA EN 1975. DESCUBREN QUE «LOBO» RECIBIO LA AYUDA DE UNA «LOBA»
MANUEL CERDAN. ANTONIO RUBIO
UNA NUEVA IDENTIDAD. Un documento en el que Lobo figura con su nueva identidad de Miguel Ruiz Martínez, que le facilitaron los servicios de información después de que ETA pusiera precio a su cabeza. Corresponde a la tarjeta de identificación que le entregaron en La Vanguardia.
   

En enero de 1974 comienza la cuenta atrás de la Operación Lobo, planeada para desmantelar a la ETA que asesinó al almirante Carrero Blanco y colocó una bomba en la cafetería Rolando de Madrid.Los servicios secretos de Presidencia del Gobierno, el SECED, en una brillante operación con la clave Lobo, consiguen desarticular a ETA político-militar, la facción de la banda terrorista conocida como los polimilis.


Un joven vizcaíno, llamado Mikel Lejarza Eguía, tras ser captado por los servicios secretos españoles, logra infiltrarse en las entrañas de ETA en Francia y facilita la detención de todos los generales de los polimilis. Dos de sus máximos dirigentes, Múgica Arregui, Ezkerra, y Pérez Beotegui, Wilson, eran los enemigos públicos números uno de la lucha antiterrorista. ETA, sorteando todos los controles policiales de Madrid, se había atrevido a asesinar al presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, el delfín político de Franco.


Mikel Lejarza es el protagonista de la Operación Lobo y quien, tras lograr la confianza de ETA, propicia después la detención en Madrid y Barcelona de los dos dirigentes y de otros altos mandos de la organización armada. Durante su infiltración, Mikel pasa a ser Lobo para el SECED y Gorka para ETA.


El cerebro que estudia y planea la captación del joven Mikel es un policía de los servicios secretos, el inspector de primera Emilio S. Mateos. Actúa de reclutador y manipulador. Suyo es ese olfato de sabueso policial que culminaría en una larga y brillante operación antiterrorista.



UNA «LOBA» ACOMPAÑA A MIKEL EN LA INFILTRACION

La importancia de la operación y la inexperiencia de Mikel obliga al SECED a determinar que el infiltrado no se desplace solo a Francia. Así se lo comunica el oficial del caso, el policía S.Mateos: «Aunque nosotros estemos en todo momento cerca de ti y nos veamos a menudo, hemos considerado que no puedes viajar solo a Dax. Necesitas otros dos ojos que vean por ti cuando tú no estés. Otros dos oídos que escuchen cuando te ausentes de la casa. Y como cantaría muchísimo que te arropara un agente, hemos pensado que lo mejor es que el Lobo tenga junto a él a una Loba. Le hemos dado muchas vueltas a la idea y hemos dado con la chica ideal. Se llama Edurne y te ayudará en todo».


Mikel entiende el planteamiento y no pone objeciones. En primer lugar porque es un hombre disciplinado y está entregado a su nueva vida de espía, pero también porque entiende que esa condición de pareja puede servir mucho más de coartada que si lo acompaña en la huida otro agente. Con otra persona a su lado estará más protegido y tendrá más facilidad para contactar con los enviados del SECED.


Mikel conoce de vista a la joven vasca. En su verdadero DNI figura Nieves G. G, pero se hace llamar en vasco Edurne. Prefiere que la llamen así. Como Mikel, ha sido captada por la policía, está al tanto de la Operación Lobo y ha recibido instrucción sobre su papel de muleta para la infiltración. Edurne también reúne todos los ingredientes: habla vasco, es astuta y tiene empatía con Mikel. Además, presenta otras cualidades no desdeñables: es una chica atractiva, rubia, alta, simpática, alegre... Con un gran don de gentes.


Nacida en un barrio obrero de Bilbao, Edurne trabajaba en un salón de belleza. Mikel le comenta, medio en broma, que se parece a Amparo Muñoz, la malagueña que en agosto de 1974 acaba de ser elegida miss Universo, en Manila (Filipinas).


Mikel está separado de su esposa, Lola Arce Murga, desde hace casi dos años, a quien había dejado embarazada por segunda vez en un apasionado encuentro de reconciliación. Pero el matrimonio nunca se salvaría. La relación sólo duró unos días. Esa situación familiar también facilita su misión, ya que Mikel y Edurne pueden presentarse como pareja. Como no existe ningún impedimento previo, ambos viajan a Francia con su identidad real.


En la tercera semana de septiembre, Mikel y Edurne se trasladan a Burdeos en tren. Lobo tiene un Renault 12, pero los agentes del SECED le recomiendan que, en ese primer viaje, no se desplace con su automóvil particular. No tiene ninguna necesidad de quemarlo.


Lobo afronta su primera gran prueba de fuego en Dax. Si logra convencer a los terroristas en ese primer envite, la misión recibirá un gran impulso. En la ciudad francesa, situada en el corazón del País Vascofrancés, varios militantes de ETA han constituido una comuna y se reúnen para tratar el futuro de la banda terrorista.ETA pasa por un proceso de una fuerte discusión interna, que finalmente culminaría con una importante fractura entre milis y polimilis.


Los agentes del SECED siguen de cerca los movimientos de Mikel.Para ellos es su caballo de Troya en las entrañas de la banda armada y nunca consentirán su deserción. Le han repetido con insistencia que ETA es un peligro para la continuidad del régimen y para el aperturismo que el presidente Arias Navarro ha anunciado el 12 de febrero de 1974, fecha en que proclama la legalización de las asociaciones políticas con la única exclusión de los comunistas.


El agente S. Mateos se lo ha recordado muchas veces con brusquedad, aunque es poco partidario de las aperturas. Está enraizado mucho más con la vieja guardia del régimen: «Miguel, ya no hay marcha atrás. Hay que acabar con ellos antes que nos destrocen. Mira lo que ha sucedido en Portugal. No han dado lugar a una reforma, los rojos se han hecho con el poder. En Vietnam los comunistas están ganando a los americanos y a Ford le huele el culo a pólvora.Y ese cura... ¿Añoveros? Propagando el separatismo desde el púlpito.No quiero un Pinochet, pero tampoco un País Vasco separado. ¿Me entiendes? Y eso está en nuestras manos conseguirlo».


Un mes más tarde, antes de que llegue la Navidad, Mikel decide regresar a Bilbao. Su estancia en Dax no le lleva a ninguna parte. Con él también regresa Edurne, quien durante los tres meses de permanencia en Dax se ha desplazado en varias ocasiones a Bilbao. Edurne, no obstante, se ha mantenido al margen de las discusiones políticas. Cumple su papel de compañera de Mikel y no participa en las reuniones. No necesita ningún esfuerzo para representarlo, pues el machismo predomina en la célula terrorista.Sin embargo, la figura de Edurne es de vital importancia para el desarrollo del operativo, ya que en ocasiones hace de correo entre los agentes y el propio Mikel.


La vuelta a casa supone para la pareja un alivio, pero también su separación. Mikel y Edurne han entablado una relación sentimental.Quieren que esa despedida nunca acabe y deciden coger en Irún el tren que comunica con Bilbao por toda la costa. El viaje dura cinco horas y la pareja de enamorados desconoce si va a continuar junta. Todo depende de lo que decida el servicio. Ya han superado la prueba de fuego y son dos profesionales. De Bilbao se dirigen a la casa de los padres de Mikel, en Galdácano.



REGRESO A FRANCIA

Lobo se muestra convincente y la dirección de ETA lo traslada a un piso de la banda en la Rue Caneta, en Hendaya. Poco después se le une Edurne. En la casa hay otra mujer a quien llaman Inmaculada y trabaja en la librería Mugalde, la misma librería que, entre abril y junio de 1975, sufre tres atentados con bombas por parte de miembros de los servicios secretos españoles. Son los comienzos de la llamada guerra sucia. Ese piso, donde ahora está Mikel, es una guarida de paso en la que suelen pernoctar Smith y un tal Esteban.


En esa época Edurne comienza a interpretar el papel de doble agente. Recibe encargos y mensajes de ETA para cumplirlos en Bilbao y, al mismo tiempo, hace de mensajera de Lobo con sus jefes del SECED. La joven demuestra aplomo y no levanta sospecha alguna entre los miembros de ETA. Como ya lo ha asimilado Mikel, ella también se ha aprendido la lección: «Actúa como una de ellos.No dudes cuando recibas órdenes. Tienes que estar preparada para cualquier eventualidad. Si te dicen de colocar una bomba, la colocas; si te piden pasar armas por la frontera, las pasas; si te ordenan apretar el gatillo, tendrás que decidir sin la ayuda de nadie. Improvisa con genialidad».


Edurne va y viene de Hendaya representando a la perfección el papel de correo de ETA. Recoge la documentación en Francia y la introduce en España por la frontera de Irún. Después, antes de dejar los sobres en un buzón que ETA tiene en un pequeño bar próximo a la estación de Achuri, cerca de Bilbao, se los cede unos minutos a los agentes del SECED para que los fotografíen o, cuando tienen tiempo, los fotocopien. Cuando Edurne pernocta en el piso de la calle Caneta, Mikel y ella duermen en el sofá del salón.


(Los autores del libro conocen la auténtica identidad de Edurne, pero han decidido omitir sus datos por medidas de seguridad).



MIKEL, TRAS LA PISTA DE ETA Y LOS NARCOS COLOMBIANOS

El mes de enero de 2003 se presenta frío y lluvioso en Madrid.A Mikel no le importa la temperatura que marca el termómetro, ya que ha salido de casa bien pertrechado: viste una zamarra verde y cubre sus manos con unos guantes y la cabeza con una gorra de esquiador. El uso de guantes es una manía que Lobo conserva desde 1975, a raíz de que ETA pusiera precio a su cabeza. Los usa hasta en agosto, por lo que ha tenido que labrar una respuesta porque todo el mundo le pregunta por los dichosos guantes de piel: «Me lo enseñó un agente de la CIA. Me decía que ellos también estudian la manera de reconocer a una persona a través de las manos. Desde entonces, prefiero ocultármelas por si las moscas.El tema de la persecución de ETA no me preocupa, pero tampoco debo darle facilidades».


Lobo no se conforma con la cirugía estética que transformó su rostro sino que, de tiempo en tiempo, prefiere cambiar de aspecto físico. Unos meses lleva barba, otros se la quita. A veces se deja el pelo largo o se lo corta al cero.


Mikel se ha citado con uno de sus confidentes en una cafetería de la calle Serrano de Madrid. Lobo sigue en activo y ayuda al nuevo Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en operaciones internacionales de movimientos de capitales. Desde hace meses sigue el rastro a una organización de narcotraficantes que blanquea cientos de millones de dólares a través de sociedades españolas.


El interlocutor de Lobo es italiano, pero habla perfectamente español. Está introducido en las redes de los carteles colombianos de la droga y conoce Bogotá mejor que Roma, su ciudad natal.Mikel y su equipo están a punto de desmantelar una importante organización que utiliza Madrid como plataforma para llegar a los mercados europeos. Sólo le faltan las últimas pruebas.


-Había oído entre grupos de mafiosos colombianos que Madrid era el camello de Europa y estoy empezando a creérmelo -le espeta el confidente, cosa que no le hace ninguna gracia a Mikel. Sobre todo porque desde hace años, después de levantar cabeza tras la sentencia del caso Godó, se ha especializado en temas económicos.Desde entonces, se ha convertido en un experto en redes de blanqueo y mantiene asiduos encuentros con agentes de la DEA, el departamento antinarcóticos norteamericano, y del FBI.


Pero, aun así, el terrorismo de ETA es una pesadilla que persigue a Mikel. No consigue alejarse de esas siglas sangrientas. Los activistas etarras siempre se cruzan por su camino. Y una vez más llama a su puerta. El confidente de Lobo, que conoce la parte más popular de su pasado, le confiesa su última averiguación sobre los terroristas:


-Miguel, me han comentado que ETA ha establecido relaciones con grupos de narcos colombianos. Sobre todo, les está ayudando en la preparación de coches bombas, especialidad en la que algunos de sus militantes son los número uno. Todo el mundo lo niega, pero mi información es de primera mano. Te puedo decir que han visto a dos vascos con unos capos en una hacienda próxima a Cali.


Mikel recuerda que los etarras siempre tuvieron buenas relaciones con guerrilleros de las FARC, pero detestaban a los narcotraficantes.Y así se lo hace saber a su colaborador.


-¿No te llamó la atención cuando asaltaron hace unos años a aquel agente del servicio que estaba destinado en la embajada de España en Bogotá? Creo que se llamaba Anido o algo parecido y que había estado, como tú, infiltrado en ETA. Pues te puedo asegurar que desde entonces están manteniendo contactos. ETA necesita armas y dinero, y esas dos cosas les sobran a las organizaciones colombianas.


A Mikel la conversación con su colaborador le ha amargado el inicio del nuevo año. Lo que iba a ser un rutinario encuentro para retomar una larga investigación sobre una trama de blanqueo de dinero, se convierte en una nueva pesadilla para Lobo. ETA es su eterno retorno. Mikel vive con una sombra que no lo abandona.Su cuerpo proyecta una figura virtual que se llama ETA. Lo peor de todo es que también ha invadido sus sueños sin pedirle permiso.Desde hace meses no logra quitarse de la mente las imágenes de Kepa y Montxo agonizando, los dos jóvenes etarras que cayeron muertos a tiros de la policía en las redadas de julio y septiembre de 1975, tras su labor de topo.


Desde entonces, los fantasmas del pasado visitan a menudo a Lobo.No siente ningún remordimiento por sus hazañas, pero no ha logrado borrar la imagen de Montxo, con quien mantenía en Francia, en sus meses de infiltración, una buena relación. El antiguo polimili le hace pensar acerca de la muerte y del epitafio en la lápida de su tumba. Es una obsesión macabra, pero que tiene una explicación para Mikel. Tumba sin nombre es el título de una novela que a Lobo le gustaría escribir en un futuro sobre su vida. Al igual que él, la mayoría de los personajes de las historias de espías nunca saben cuál es su verdadera identidad. Mikel ha tenido muchas.


Mientras Mikel lucha por sobrevivir en ese mundo implacable de los servicios de información, sus dos hijos tenidos con Mamen se hacen mayores. El chico tiene 22 años y estudia Electrónica en la universidad. No ha salido al padre ya que no quiere saber nada de los servicios secretos y prefiere vivir alejado de ese mundo.



LA HIJA QUIERE SER ESPIA

No sucede lo mismo con su hija, una fiel estampa de Mikel. Tiene 16 años, quiere estudiar Económicas y después hacerse agente secreto. «Papá, voy a ser directora del Servicio de Inteligencia y voy a poner tu figura en su sitio», le lleva diciendo desde hace años a Mikel. Ha oído muchas cosas sobre su padre y quiere poner los puntos sobre las íes.


Al margen de su participación en operaciones esporádicas sobre blanqueo de dinero, la vida actual de Mikel Lejarza es bastante rutinaria. Suena fuerte hablar de rutina en torno a la vida de Lobo, pero la realidad es que, desde el caso Godó y la llegada de Javier Calderón a la dirección del CESID, en 1996, el Centro cada vez cuenta menos con sus servicios. Mikel es un testigo negativo para muchos y, cuanto más alejado esté de la sede del CESID, en la carretera de La Coruña de Madrid, mejor para ellos.


Sus años dorados en el CESID lo llevaron a detentar conocimientos de muchos secretos de Estado, de la guerra sucia contra ETA y de actividades un tanto atípicas de algunos de sus jefes. Pero Lobo insiste a sus allegados en que todos esos secretos se los llevará a esa tumba sin nombre.



«Lobo: un topo en las entrañas de ETA» relata las misiones del primer topo infiltrado por la policía en ETA. El libro, que publica esta semana Plaza & Janés, consta de 376 páginas. Además, incluye un anexo con documentos secretos del CESID que nunca fueron publicados.




LUCES

Operación Lobo. El 31 de julio de 1975 la policía pone en marcha una gran redada contra ETA con la información aportada por Mikel Lejarza. El SECED informa de que el número de detenidos asciende a 158 miembros de los polimilis. En septiembre ETA denuncia la infiltración de Lobo, empapela el País Vasco con su foto y pone precio a su cabeza.


Operación Escoba. Mikel Lejarza se somete a una operación estética para cambiar su fisonomía. En julio de 1976 Lobo es reclamado por Andrés Cassinello, jefe de los servicios secretos de la Guardia Civil, para que con su nueva cara viaje al País Vasco y señale a sus antiguos compañeros en la banda terrorista. Se producen varias detenciones de miembros de ETA.


Operación Pitufos. Lobo consigue colocar en 1980 a dos colaboradores suyos dentro de los ambientes etarras del sur de Francia. Los hombres de Lejarza son bautizados con el sobrenombre de Pitufos y facilitan al CESID importante información sobre el grupo terrorista vasco.


Y SOMBRAS

Operación Lejía. En 1977 Lejarza cambia su identidad, se convierte en el agente Pizarro y se alista en la Legión. El siguiente paso consiste en desertar para llegar hasta Argelia e introducirse en los círculos de Antonio Cubillo, dirigente del MPAIAC. La operación fracasa y un año más tarde el político canario sufre un atentado organizado desde España.


Operación Escuchas. Mikel traslada su residencia a Barcelona y en 1992 es contratado por el grupo Godó. Lejarza introduce en la seguridad del diario La Vanguardia a un coronel del CESID.Entre los dos, agente y coronel, graban una serie de conversaciones internas del periódico y de sus directivos que después son utilizadas por el servicio de información.


Operación Pakito. Lobo recibe un encargo especial en 1987: secuestrar a Francisco Múgica, número uno de ETA, y trasladarlo a España.La operación se tiene que hacer a través de un odontólogo francés, que aplicará un anestésico al etarra. Lejarza recibe la orden de Andrés Cassinello.


 
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