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 DIRECTORIO   Domingo 30 de mayo de 2004, número 450
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LA OTRA CRONICA
Telma Ortiz, la soltera de oro
EL DIA DE LA BODA se produjo un gran descubrimiento: la hermana de Doña Letizia. La cuñada del Heredero, volcada en la ayuda humanitaria, ha despertado gran interés en el selecto círculo de amigos del Príncipe. Su futuro depende de ella
CARMEN DUERTO ANA MARIA ORTIZ
ANDREA COMAS / REUTERS
   

Fue la reina de la fiesta que siguió a la boda. Entre el medio centenar de personas, los amigos más íntimos de los Príncipes de Asturias, que continuaron la celebración con los novios hasta las 22 horas en el Palacio Real ella destacó especialmente. Telma Ortiz Rocasolano, de 30 años, quien tan sólo unos días antes estaba en Cabo Verde perfilando un programa de Cruz Roja para sacar a los niños de la calle, acaparó miradas y formó corrillos a su alrededor. Ya antes, su paseíllo por la alfombra roja camino de la catedral de La Almudena cautivó a las cámaras y le valió que los expertos en elegancia le dieran unánimemente el sobresaliente.


Hasta en las encuestas que miden a las mejor vestidas -ella iba de Felipe Varela-, como la elaborada por los lectores de ¡Hola!, se ha encaramado al puesto número uno por encima de las más laureadas en el arte del saber estar como Paloma Cuevas, Carolina de Mónaco, Magdalena de Suecia o Rosario Nadal. La hermana de la Princesa Letizia ha sido, sin duda, la gran revelación de la boda.

Quienes la conocen bien destacan de ella su afabilidad, su vasta cultura, su discreción y su compromiso con los más desfavorecidos antes que su belleza, su natural elegancia o su discreción. Aparte de tener una sólida formación académica, Telma Ortiz es políglota y habla y escribe perfectamente castellano, inglés, francés, portugués, italiano y catalán, además de chapurrear algo de árabe.


SIN COMPROMISO


Pero si hay un dato de su currículo que ha despertado el interés es el hecho de que esté soltera. «No tengo novio. Es difícil con mi trabajo mantener una relación sentimental», ha dicho.A pocos ha pasado desapercibido que emparejar con ella supondría convertirse en cuñado del Príncipe de Asturias y futuro rey de España. Ha entrado así, por la puerta grande, en el club de las solteras de oro. Por si fuera poco, exhibe un pasado impoluto donde, que se sepa, no hay borrón ni mancha alguna.

Mientras Érica, la pequeña de las hermanas, se decantaba por estudiar Bellas Artes y Doña Letizia por el Periodismo, Telma, la segunda de las Ortiz Rocasolano, eligió Económicas. Tras pasar dos años en La Autónoma en Madrid, cursó tercero y cuarto en Barcelona y acabó la carrera en Roma, gracias a una beca Erasmus.Ya desde el principio se apartó de la economía empresarial para centrarse en la social y comenzó a trabajar como voluntaria en una casa de acogida para niños en Roma. De vuelta a España se especializó en Cooperación Internacional y comenzó a trabajar para Cruz Roja. Su primer destino fue Venezuela, donde en 1999 pasó 11 meses ayudando a la población damnificada por las inundaciones.En 2002 volvió a hacer las maletas y puso rumbo a Palestina para ayudar, de la mano de Médicos sin Fronteras, a las víctimas de la Intifada. La experiencia, ha contado, la marcó profundamente.

Cuando en marzo pasado su padre, Jesús Ortiz, se casaba con Ana Togores ella no asistía al enlace porque se encontraba en Cabo Verde como delegada de Cruz Roja. De allí ha regresado con unos cuantos proyectos para los que ahora busca financiación que probablemente no tarde en encontrar. Cierto es que el 1 de noviembre de 2003, cuando se anunció el compromiso de su hermana con el Príncipe de Asturias, Telma tenía una oferta de la delegación francesa de Médicos sin Fronteras para irse a Sudán. La peligrosidad del país unido a la nueva situación que comenzaba a vivir su familia le hicieron ver que quizás corría un riesgo innecesario y cambió el destino por Cabo Verde.


HUYE DE LA PRENSA


Dicen que Telma Ortiz no va a aprovecharse de su condición de hermana de la Princesa de Asturias. Ha sabido manejar su papel y se ha asomado en contadas ocasiones a los medios de comunicación.Siempre para hablar única y exclusivamente de su faceta como cooperante. No tiene intención alguna de dedicarse al show business, ni a que ninguna marca le patrocine sus actividades de ocio.Por el contrario, pretende regresar lo más pronto posible a sus labores de ayuda humanitaria. Quizás de nuevo en Cabo Verde o tal vez en Angola.

Si estos días está en Madrid es porque está pendiente de examinarse de unas asignaturas de Antropología, carrera que cursa desde hace un año por la Universidad a Distancia. Telma Ortiz, que no tiene vivienda propia en España, suele quedarse en casa de sus padres cuando está en la capital o en la de sus amigos en Barcelona, la ciudad que más le gusta.

Quizás por el hecho de que sólo se lleve un año y un mes de diferencia con Doña Letizia, Telma Ortiz siempre ha estado muy unida a la ahora Princesa de Asturias. Fruto de esta confianza mutua, Telma fue de la primeras en saber que su hermana salía con el Príncipe.Mucho antes de su propia fiesta de cumpleaños, el 25 de octubre pasado, cuando Don Felipe acudía a verla soplar 30 velas ya en calidad de novio de la hermana mayor.

Otra de las grandes pasiones de Telma Ortiz ha sido la danza.Las tres hermanas recibieron clases de baile clásico cuando eran pequeñas. Telma era, según su profesora, Marisa Fanjul, directora del Joven Ballet de Asturias, la que tenía más dotes para ello.En alguna ocasión ha realizado pequeñas actuaciones en Oviedo, Madrid y Barcelona pero siempre en un entorno íntimo, para los amigos o como colaboración en festivales didácticos. De hecho, Telma Ortiz tiene la carrera Superior de Danza casi completa.Sólo le faltan un par de asignaturas.

Sus dotes para el baile pudieron apreciarse en la posición que adoptó durante la ceremonia eclesiástica de la boda. Allí aguantó, en primera fila frente al altar, siempre erguida, hierática, con esa espalda recta tan habitual en los bailarines. No pasó desapercibido a los comentaristas del evento que su porte y su saber estar sobresalió por encima, incluso, de lo más nutrido de la realeza mundial.

Por todo ello, pese a su interés por pasar desapercibida, ya está en el punto de mira de los paparazzis y es seguro que, aunque le pese, se convertirá en rostro habitual de las páginas de las temidas páginas del corazón.

De momento, en el selecto entorno del Príncipe, donde Telma se ha prodigado junto a su hermana durante los meses que ha durado el compromiso, la mediana de las Ortiz Rocasolano parece haber encajado como el zapato de cristal a la Cenicienta.




 
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