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 DIRECTORIO   Domingo 13 de junio de 2004, número 452
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11-M / EL CEREBRO DE LOS ATENTADOS
El egipcio viajero
RECORRIO Europa para captar islamistas y contó que estaba casado con una española. No usaba el móvil por si lo pinchaban. Lo que no sabía es que tenía micros en casa
JUAN L. GALIACHO / IRENE H. VELASCO. Madrid / Roma
EL MAESTRO. Mohamed El Egipcio, izda., fue detenido el pasado 8 de junio en Milán. Los micrófonos que la policía instaló en su casa permitieron corroborar su implicación en el 11-M. En las grabaciones, además, alecciona a su díscipulo, Yahia, de 21 años (dcha.), también detenido, y lo anima a convertirse en mártir.
   

A Rabei Osman Sayed Ahmed, o Mohamed El Egipcio, que es el nombre con el que pasará a la historia del 11-M, lo describen como un tipo extremadamente discreto. De su boca rara vez salía un dato que lo vinculara con Al Qaeda o con cualquier acción fundamentalista.Físicamente (1,70 de estatura, complexión normal), poca cosa.Viajero, tremendamente escurridizo y muy prudente en sus movimientos.Sobre todo, con el teléfono. «Es la primera lección que te doy, hace tiempo que quiero decirte esto: al teléfono, nada», solía repetirle, aleccionándole, una y otra vez, a su compañero de piso y discípulo, el palestino de 21 años Yahia Payuni. Temía que pincharan sus conversaciones. «Por favor, nada al teléfono, sobre todo a los de Francia, nada de nada», insistía el hombre que se ha autocolocado la medalla de «cerebro de los atentados» de Madrid.


Lo que ignoraba El Egipcio, de 32 años, era que el piso de 50 metros cuadrados (el número 16 de la Via de Chiasserini, en Milán, junto a la estación de Bovisasca) donde desvelaba sus pensamientos más integristas estaba plagado de micrófonos. Hacía tiempo que la policía italiana, a instancias de la española, le seguía la pista. Las paredes grabaron palabras de autoconfesión: «El hilo de Madrid soy yo. En el momento del hecho yo no estaba allí, pero te digo la verdad. Antes de la operación, el día 4, he tenido contacto con ellos». «Este proyecto me ha costado tanto estudio y tanta paciencia... He necesitado dos años y medio».


EL COMPAÑERO DE PISO


Al tercer habitante del piso milanés, Mahmoud Khalifa, empleado de una empresa de limpieza, de 29 años, libre de toda culpa, la detención de sus dos compañeros -El Egipcio como presunto ideólogo del 11-M y su lugarteniente Yahia- le cogió por sorpresa.Compartía piso con Mohamed El Egipcio, cuenta, desde el pasado 1 de junio. Fue el joven Yahia quien lo trajo a casa. Los hoy detenidos se habían conocido en el Instituto Islámico de Milán.Mahmoud, también egipcio, aún recuerda a su compatriota cruzando por primera vez la puerta «con una maleta grande, una más pequeña, una bolsa de mano y al menos dos sacos de plástico». Pertenencias que hoy tiene a buen recaudo la policía italiana.

El Egipcio, a decir de Mahmoud, hablaba poco por el móvil y sólo en una ocasión se le vio frente al televisor. «Estábamos viendo el telediario y yo hice un comentario sobre la política americana.Él se enfadó y me preguntó qué cosa hacía yo en concreto para cambiar la situación», dice Mahmoud.

Más tarde, soto voce, al oído de Yahia, El Egipcio dejaría claro qué pensaba hacer él. Los micrófonos lo grabaron. «Nosotros los jóvenes tenemos que ser los primeros en sacrificarnos». «La solución es única: introducirse en Al Qaeda». «Todos nosotros somos durmientes, y es un deber nuestro ir los primeros a la Yihad». «Es necesaria una explosión y tirar para adelante».

Hablaba también El Egipcio de dos grupos de mártires. El primero partía el día 20 o el 25 rumbo a Irak. Y de un programa para activar varios móviles al tiempo. Y de un tal Mohamed, «preparado para el martirio en el lugar indicado», a quien había que facilitar «mapas, nombres y teléfonos» en París.

A su compañero de piso, en una ocasión, El Egipcio le comentó que estaba casado con una española. Y aunque a la Policía no le consta tal matrimonio, lo cierto es que para él una boda con una mujer cristiana era un arma valiosa. «Creemos en Dios porque todo está permitido, comprendido el casarse con mujeres cristianas porque los documentos sirven. Tenemos que estar en todos los sitios: en Alemania, Holanda, Londres... Estamos dominando Europa con nuestra presencia. Las mujeres nos sirven para facilitarnos los documentos porque nosotros estamos a favor de la causa de Dios, y con el tiempo aprenderás muchas cosas», decía en una de sus clases magistrales a Yahia.

Mohamed El Egipcio llegó a España en enero de 2001. Enseguida comenzó a trabajar como pintor ocasional de brocha gorda, lo que no impedía que olvidara sus deberes religiosos. Fueron éstos los que provocaron que, a los pocos días de su estancia en España, comenzara ya a ser investigado por la policía por sus relaciones con la Yihad islámica. Se le hizo un seguimiento y el juez Baltasar Garzón lo incluyó, en 2002, en sus diligencias «como líder de un grupo vinculado a Al Qaeda».


EXPERTO EN EXPLOSIVOS


Entre los más cercanos, El Egipcio presumía de su pasado militar.Nacido el 22 de julio de 1971 en una pequeña localidad a 70 kilómetros de El Cairo, tras formarse como Ingeniero civil, realizó el servicio militar de tres años como recluta y se especializó en demoliciones.En 1993 partió hacia Sudán y de allí a Arabia Saudí, donde, según la prensa egipcia, pudo haber recibido formación de Al Qaeda.Pasó también por campos de entrenamiento de Afganistán y se convirtió en un experto en explosivos. Sus conocidos egipcios no lo recuerdan como una persona particularmente religiosa.

Los dos grandes amigos de Mohamed el Egipcio en España trabajaban como obreros de la construcción en Ugena (Toledo), donde fueron detenidos por la policía a raíz de los atentados del 11-M. Eran Fouad El Morabit Amghar, marroquí, de 28 años, ingeniero electrónico, inculpado por colaboración con banda armada, y Basel Ghayoun, sirio, de 25 años, considerado autor material de los atentados.

Ambos eran, según la Audiencia Nacional, los contactos «personales de Mohamed El Egipcio», las personas que le ayudaban a reclutar a ciudadanos sirios para su célula durmiente. Pero fueron los dos fieles amigos quienes, en sus declaraciones judiciales, delataron el paradero de El Egipcio, Milán, y su número de teléfono.

El 27 de febrero de 2003, dos años después de su llegada, El Egipcio abandonó España. Primero se fue a Francia para más tarde instalarse en Italia. Durante el tiempo que estuvo en nuestro país se convirtió en un islamista radical y se ganó el prestigio entre sus acólitos. Fue el jefe de un grupo islamista y mantuvo una estrecha relación con el hasta ahora considerado ideólogo, director y coordinador del 11-M, El Tunecino. De hecho, fue éste quien heredó toda la estructura logística de Al Qaeda en nuestro país cuando El Egipcio abandonó España.

El Tunecino fue uno de los siete integristas que se inmolaron el pasado 3 de abril en un piso de Leganés. El Egipcio, según han revelado las grabaciones, pudo no andar muy lejos. La policía italiana cree que también estuvo en Leganés.

-Mientras iba a casa de mis amigos marroquíes en Madrid me percaté de que el barrio estaba rodeado por la Policía, dice en una de las cintas.

-¿Dónde? ¿En Madrid?, le inquiere el discípulo Yahia.

-Sí, fuera en el barrio hicieron una gran redada, habían matado a un oficial de policía en el barrio. Me tuve que marchar a Francia.

No era la primera vez que El Egipcio visitaba nuestro país tras abandonarlo en febrero de 2003. La policía tiene constancia de que estuvo dos meses antes de los atentados del 11-M, y de que sacó un billete para la localidad aragonesa de Tarazona, en Zaragoza.Tras los atentados,un testigo también lo identificó como uno de los visitantes de la casa de Morata de Tajuña, donde se prepararon los explosivos de los atentados.


VIAJE POR EUROPA


Tras su estancia en España, durante dos años seguidos, El Egipcio comenzó un largo periplo por Europa como captador de islamistas para la Guerra Santa. Primero se fue a Italia, vía Francia. Según algunas fuentes policiales, de allí partió para Bélgica, Alemania, Italia y de nuevo España para finalmente ubicarse en Italia, donde fue detenido.

Sin embargo, pese a tan intensa actividad y a la relevancia que se le ha dado internacionalmente tras su detención, su nombre no figura en ninguna de las páginas web especializadas en investigación terrorista que poseen los servicios secretos americanos (CIA y FBI) e israelíes (El Mossad).

Para los investigadores españoles, El Egipcio «es una pieza importane del puzzle, pero hace falta ver dónde se le sitúa exactamente».De hecho se le considera «un ideólogo fundamental de los hermanos durmientes en Europa». Durante años se ha encargado de reclutar a muchos de ellos para convertirles en muyahidines en Afganistán, Chechenia e Indonesia, y últimamente para atentar en Irak.

Mohamed El Egipcio procesa la doctrina islamista radical conocida como Takfir Wal Hijra, que predica el combatir a los no creyentes y politeístas. Fiel a sus costumbres religiosas, frecuentaba, desde su llegada a Milán, la Mezquita de Viale Jenner, un templo del Islam controlado por la Digos (la Policía secreta italiana) por ser foco del integrismo radical.

En el país alpino compaginó la tarea integrista que se había auto encomendado con su trabajo como pintor. Algunos días regresaba a su casa milanesa con las manos sucias, embadurnado de pintura.Y se quejaba de lo tacaño del salario italiano. No como en Francia, donde también había trabajado con la brocha. Allí, se lamentaba ante su compañero de piso, le pagaban 70 euros al día.




 
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