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 DIRECTORIO   26 de septiembre de 2004, número 467
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JAIME PEÑAFIEL
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JAIME PEÑAFIEL

Ni sí, ni no, sino todo lo contrario


Una de las obligaciones de todo Príncipe de Asturias es casarse y dar un heredero a la Corona que perpetúe el carácter dinástico de la Institución. Lo primero ya lo ha hecho Don Felipe con su matrimonio, el pasado 22 de mayo. Lo del hijo puede ser ¿pronto? una realidad. La alarma mediática se produjo el pasado martes 21, cuando el periódico La Razón recogía, en portada, una fotografía de la esposa del Príncipe con un texto, sin continuidad en el interior, en el que, sin decir nada, parecía transmitir el mensaje subliminal de que «Doña Letizia vive en estos momentos un periodo de gran felicidad». A todos nos recordó aquella página de este periódico, dedicada, por entero, a la biografía de una presentadora de televisión que, 24 horas después, se convertía en la protagonista del anuncio oficial del compromiso matrimonial del Heredero.El éxito fue de Luis María Anson. La pregunta, ante la portada del diario madrileño del señor Lara, era sólo una: ¿estará embarazada la consorte? Preguntados Felipe y Letizia sobre el presunto embarazo, éstas fueron las respuestas de los dos: «La rumorología del embarazo va a estar siempre ahí», respondió ella. «No seáis víctimas de los rumores de otros», respondió él, descalificando el mensaje, si es que lo había, de la portada de La Razón y negando todo el valor periodístico del rumor, considerado, en la profesión, como la antesala de la noticia y, en todo caso, motivo a investigar.


No desmintieron nada

¿Mintió el Príncipe, sacrificándose? Me gustaría creer que hay circunstancias en que una discreta mentira es el más santo de los deberes. Bien visto, Don Felipe no mintió porque no negó nada. Sólo reflexionó sobre el rumor. Por lo que, en modo alguno, a juicio de este comentarista, pueden tomarse esas palabras como un desmentido del posible embarazo. Tampoco La Zarzuela emitió ningún comunicado negando tal cosa. La prueba de que la portada de La Razón intentaba transmitir algo se produjo el miércoles.Mientras todos los periódicos españoles recogían las palabras principescas, el diario madrileño que había originado tan gran revuelo ofrecía a sus lectores un expresivo y elocuente silencio que ponía, no el beneficio, sino el perjuicio de la duda sobre el presunto estado de Letizia. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario.A veces, las verdades más verdaderas se dicen con el silencio.La clave puede estar en un hospital militar. ¿Estaremos estropeando, con estos rumores, que sea la Casa, que sean ellos y sólo ellos, quienes anuncien, en su momento, la gozosa buena nueva de la llegada de un hijo? Porque, latente, replegado, compacto, dormido, posiblemente haya, en el útero (de Letizia) un niño esperando por siempre y siempre por nacer, diría Walt Whitman.


¿Cincuenta vestidos en 10 meses?

En los Presupuestos Generales del Estado que se aprobarán próximamente, habrá, este año, en lo referente a la cantidad asignada para la Casa de Su Majestad una novedad. Un plus con objeto de que el Príncipe Heredero pueda mantener a su esposa y subvencionar los gastos de representación de su principesco hogar. ¿Les parece bien? ¿Les parece excesivo? ¿Les parece mal? ¿Piensan que con el dinero asignado para Su Majestad es ya suficiente? Sea cual fuere la respuesta, va a dar igual porque esos presupuestos y ese plus para el Príncipe no está referido a nuestra Familia Real, que podría, sino a la de Dinamarca, cuyo príncipe heredero recibirá dos millones de euros, lo que supone tres veces más de lo que recibía hasta ahora. Pero aquí, en España, se ignora la cantidad de la que dispone el Príncipe. Pero, en España como en Dinamarca, las cosas han cambiado. Sus herederos se han casado y han constituido un nuevo hogar. Pienso que Felipe como Federico deberían tener su propio presupuesto.


Sólo de Lorenzo Caprile, seis

Varios han sido los lectores que han escrito y enviado correos electrónicos con una sola pregunta. ¿Quién paga el nuevo vestuario de Letizia? Por supuesto, su esposo el Príncipe. Pero si no hay partida económica asignada para él en los Presupuestos Generales del Estado, los estará pagando el Rey. ¡Menudo bocado se le está dando a los dineros que recibe el real suegro para todos los gastos, entre los que no se contaba, por supuesto, los vestidos de Letizia y demás gastos del nuevo hogar! Desde la boda, Letizia ha asistido a un total de 66 actos oficiales, casi la mitad durante la visita a seis países del extranjero (12 en México, cuatro en la República Dominicana, ocho en Panamá, 20 en Hungría, tres en el Vaticano). ¿Se imaginan ustedes el número de vestidos, trajes de cóctel y noche y conjuntos lucidos en estas comparecencias públicas? Más de 50, de los cuales seis de los más espectaculares modelos eran de Lorenzo Caprile. Uno de ellos sin estrenar todavía.A esto hay que añadir, bolsos, zapatos y demás complementos.Sólo en el viaje oficial a Hungría, seis vestidos, cinco bolsos y cuatro pares de zapatos. Si partimos de la base de que la princesa Diana dejó a su muerte un fondo de armario de 500 trajes, adquiridos a lo largo de 16 años (desde 1981, cuando se casó, a 1997, cuando falleció) Letizia, de seguir esta marcha, puede superarla con creces. Esperemos no se convierta en una fashion victim como la reina Rania de Jordania.


CHSSSSS...

Tiene razón. Está en su derecho de regalarle los vestidos que quiera y más. El problema surge cuando ella los acepta. Ocupando el lugar que ocupa no debe. Recientemente, la esposa del presidente Chirac ha sido denunciada por aceptar viajar gratis en una compañía aérea en quiebra. ... El hijo carroñero tendrá poca cabeza para tanto cuerpo pero mucha cara, criticando a los que han sacado dinerete hablando de su madre cuando él lo está haciendo por varios millones. Muy enlutado, reconoció cínicamente que era duro recordar, aunque con los millones que cobró le era, indudablemente, menos duro. A lo peor y más grave, es que se anuncia una segunda entrega. ... Ha sido uno de los mayores disgustos de su vida.Mientras su ilustre esposo pagaba la cuenta en el Marbella Club, alguien se llevó su Mercedes, aparcado en la puerta, con un maletín que contenía todas sus joyas. Muy valiosas, ya que acababa de asistir a una boda importante. No le han quedado ganas de tener nada que le puedan robar. Sólo el amor de su marido.





 
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