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 DIRECTORIO   Domingo 3 de ocutubre de 2004, número 468
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INVESTIGACION/EL «FARMACO» DE LA DESESPERACION
INVESTIGACION / EL «FARMACO» DE LA DESESPERACION
El Bio-Bac se llama ahora Enzi-Bio
LA FORMULA es la misma y la angustia de quienes lo compran, también. El compuesto se comercializa desde un almacén de Albacete. Ésta es la historia de unos enfermos desesperados
PACO REGO
COMPOSICION. Sodio, calcio, potasio, cobre, hierro, vitamina B12, hidratos de carbono, fibra alimentaria, grasas y proteínas, más conservantes.
RICARDO CASES
   

En la calle Mayor de Villamalea, pueblo situado a 50 kilómetros de Albacete, no se ve un alma. Los 31 grados que roza el termómetro esta mañana de otoño han obligado a cerrar puertas y ventanas.Tampoco en la antigua calderería de Vicente se percibe movimiento.Sobre un rótulo amarillo, además de un número de teléfono, se puede leer: «Enzi-Bio, S.L. Complemento alimenticio». Estamos a las puertas del almacén desde donde se distribuye el nuevo Bio-Bac a toda España.


Un grupo de consumidores del producto curacáncer retirado del mercado por la Guardia Civil hace dos años, en la llamada Operación Brujo, ha encontrado un atajo para poner nuevamente en el mercado la vieja fórmula del doctor Chacón. El propio hijo del descubridor, Rafael, uno de los imputados y en libertad condicional bajo fianza de 6.000 euros, admite que ha cedido la formulación del compuesto -«con algunas modificaciones, aunque con iguales principios activos»- para que otros la comercialicen. Lo hace, asegura, «no para lucrarme, sino porque quiero seguir ayudando a muchos enfermos que desgraciadamente han sido desahuciados por la medicina oficial». Ahora el frasco de Enzi-Bio cuesta 40 euros (10 más que Bio-Bac), y se vende sólo por teléfono.

Gran parte de la demanda de Enzi-Bio se da entre los centenares de enfermos convencidos de las propiedades terapéuticas del producto de los Chacón. Su grito sigue siendo «Bio-Bac por compasión», pero dicen que no se pueden permitir esperar a que Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, legalice el Bio-Bac, como prometió durante la última campaña electoral de las Autonómicas madrileñas.


40 EUROS EL FRASCO


Desde el mes de agosto, cuando el almacén de Villamalea empezó a funcionar, el teléfono de la vieja calderería de Vicente García Tarancón -El Calderas, como le llaman los lugareños- no deja de sonar. Atiende una mujer. Pide nombre, dirección y teléfono de contacto, y facilita la cuenta corriente de una caja rural de la localidad albaceteña a nombre de Enzi-Bio, S.L. A cambio de 40 euros, más gastos de envío, se compromete a hacer llegar a cualquier rincón de España, y en un plazo de poco más de 24 horas, un único frasco. El envase sólo da para siete días de consumo.

Aunque esta semana fue enterrado el farmacéutico cordobés que ideó el supuesto remedio contra el cáncer y otras graves dolencias, Fernando Chacón Mejías, su controvertido invento vuelve a ser resucitado con nuevos conservantes. Desde la originaria vacuna oncológica del doctor Chacón al último frasco de Enzi-Bio, van más de 40 años, pleitos sin fin y una comunidad de enfermos angustiados dispuesta a cualquier cosa con tal de seguir manteniendo, dicen, un hilo de esperanza.

Más allá del drama personal de incontables pacientes, de su corajuda lucha por hacerse con botes de la pócima («medicamento para ser bebido», María Moliner dixit) prohibida, Enzi-Bio es ahora la vuelta a las andadas. Poco de lo que aparece escrito en la etiqueta del frasco, de color amarillo y gris, es del todo cierto. Por ejemplo, se especifica en el texto que se trata de un «complemento alimenticio». Sin embargo, en el Servicio de Sanidad Alimentaria de la Consejería de Salud de Castilla-La Mancha -aseguran a este suplemento- no consta registro alguno con el nombre de Enzi-Bio.Ante la insistencia del periodista, la funcionaria de la Consejería aporta otra explicación: «Cabe la posibilidad de que lo hayan solicitado, pero como tal complemento alimenticio autorizado aún no figura». También dice el etiquetado que el producto es fabricado por los Laboratorios Calier, S.A. Al habla con CRONICA, Antonio Ferro, en representación de la firma con sede en Barcelona, desmintió este viernes que de sus instalaciones saliera ningún compuesto con este nombre. Agregó que la suya es una empresa farmacéutica dedicada en exclusiva a la investigación, desarrollo y comercialización de productos de uso veterinario. ¿Dónde y quién fabrica el jarabe?

Aunque lleva poco tiempo circulando, Enzi-Bio ha calado entre los ex consumidores de Bio-Bac. En un chat donde los enfermos y sus familiares intercambian información sobre nuevos remedios se pueden leer mensajes como estos: «Llevo un mes tomando Enzi-Bio.Me lo ha conseguido un médico naturista, pero me ha prohibido que diga como lo he comprado. Me lo vende más caro. ¿Cómo puedo obtenerlo más barato? Toni». «Tengo un familiar con cáncer de hígado y estoy desesperada buscando un milagro. He oído hablar de Enzi-Bio y quiero tener más información sobre el mismo. Inmaculada».O este otro: «Tengo osteoporosis, lupus eritematoso y fibromas uterinos. Me siento bastante mal. El naturópata me ha recomendado tomar Enzi-Bio. ¿Tiene algo que ver con Bio-Bac? Chela».

El atajo de Enzi-Bio es para los enfermos «un puente», dicen ellos, hasta que Esperanza Aguirre dé al viejo Bio-Bac carta de legalidad como complemento dietético para usos médicos especiales.Ni el paso de Rafael Chacón por la cárcel madrileña de Soto del Real, donde estuvo preso un mes, ni la contundente Operación Brujo de la Guardia Civil, con la retirada de circulación de 40.000 envases de Bio-Bac, han logrado disuadir a sus usuarios.Convencidos de la bondad del producto, ahora están en negociaciones para que la Comunidad de Madrid dé luz verde a la fórmula del boticario Fernando Chacón.

Según ha sabido CRONICA, los responsables madrileños de Sanidad ya tienen elaborado un primer informe. Y desde la Asociación de Consumidores de Bio-Bac se está a la espera de la fecha, creen que inmediata (algunas fuentes hablan de la semana entrante), para la próxima reunión.

A estas alturas de la disputa con la Sanidad autonómica y el propio ministerio, en el que ahora gobiernan quienes no hace mucho desde la oposición apoyaban también el uso legal del producto prohibido, los Chacón han renunciado al viejo sueño del padre: ver su vacuna reconocida como medicamento. Ese también era un primer paso en la utópica mente del hijo: que a su progenitor le concedieran el Nobel de Medicina.

A Vicente, el calderero de Villamalea, nadie en el pueblo le critica. Al menos abiertamente. Es el padre de una hija pequeña, gravemente enferma de los huesos, y eso, a ojos de sus vecinos, lo justifica. «¿Qué haría usted en su lugar? Yo, desde luego, no me lo pensaría más», esgrime enrrabietada una paisana delante de la iglesia, donde arranca la calle Mayor que conduce al almacén de Enzi-Bio.


«PACTO» DE FAMILIAS


En Villamalea, aseguran, unos 12 vecinos tomaban Bio-Bac. También la niña de Vicente, hasta que las reservas se le agotaron. Fue entonces, cuentan quienes vivieron el proceso de cerca, que El Calderas juró que a su pequeña no le faltaría la medicina en la que él y su esposa Dulce tantas esperanzas habían puesto.Y a ellos se unieron otras familias de la provincia.

Enseguida concibieron juntos la idea de un nuevo laboratorio que se prestara a fabricar el producto y de un sistema de distribución propio que garantizara su envío inmediato a los enfermos. De la segunda parte se encargan cuatro personas, incluido el propio Vicente. Ellos pondrían el local en un apartado lugar de La Mancha.El hijo del farmacéutico, la fórmula química. Chacón lo entiende como un préstamo a fondo perdido. Recuperará, declaró a este suplemento, el control del producto cuando «las autoridades sanitarias den, por fin, el visto bueno a la legalización de Bio-Bac».

En este drama inacabable, trufado desde hace dos años de numerosas preguntas sin respuesta, todos, enfermos y administración, salen perdiendo.

-Soy una mujer con cáncer. Sé que van ustedes a publicar un artículo hablando de Enzi-Bio. Por favor, les ruego que no nos hagan daño.Dependemos de él para seguir viviendo...

La voz entre sollozos que suplica al otro lado del teléfono es la de una antigua consumidora de Bio-Bac, quien asegura hablar en nombre de otros muchos pacientes que, como ella, consumieron el remedio de los Chacón.

Falta saber si unos ensayos clínicos como los que pasan obligatoriamente todos los fármacos explicarían de una vez por todas si Bio-Bac ayuda o solamente consuela. Ciencia o sólo fe.




 
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