Un suplemento de EL MUNDO  Un servicio de 
 DIRECTORIO   Domingo, 10 de octubre de 2004, número 469
Portada
Números Anteriores
 OTROS SUPLEMENTOS
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economia
Motor
Viajes
Salud
Ariadna
Aula
Campus
 OTROS MUNDOS
elmundo.es
elmundodinero
elmundolibro
elmundoviajes
elmundodeporte
elmundosalud
elmundovino
elmundomotor
Emisión Digital
Metrópoli
Expansión&Empleo
Navegante
elmundo universidad
mundofree
elmundo personal
elmundomóvil
 
Bin Laden está en China
LO AFIRMA Gordon Thomas, periodista con contactos en los principales servicios de espionaje. El terrorista habría alcanzado un acuerdo con China, que ahora negocia la entrega con Bush. Es su gran baza electoral
GORDON THOMAS
PACIFICADOR. Bin Laden habría prometido a Beijing acabar con la guerra de guerrillas de los musulmanes chinos.
   

Durante la recta final, al rojo vivo, de las elecciones norteamericanas, Osama bin Laden podría convertirse en el as en la manga del presidente Bush. En estos momentos, Washington está negociando un acuerdo de alto secreto con Beijing, la capital china, para extraer a Bin Laden de su santuario en las turbulentas provincias chino musulmanas, al noroeste del país de la Gran Muralla.


Más de cinco millones de personas, muchos de ellos fanáticos seguidores de Osama, viven en lo que se considera una de las regiones más volátiles de la Tierra. Miles de ellos trabajan para las mafias que se dedican al tráfico humano o de drogas hacia Occidente. El pasado verano, Bin Laden cerró un trato con el régimen de Beijing por el que se le prometió asilo a cambio de que éste garantizara el cese de la guerra de guerrillas emprendida por los musulmanes chinos contra la República Popular China.

En el transcurso de los años, decenas de millares de tropas del Ejército de Liberación Popular han sido enviados a la región para intentar aplastar a los insurgentes.

Desde la llegada del saudí Osama Bin Laden, la región ha estado relativamente tranquila y a los musulmanes que viven allí todavía se les permite traficar con seres humanos y con drogas.

Pero ahora Bin Laden podría encontrarse atrapado en su refugio si prospera un acuerdo extraordinario entre Beijing y Washington para que China entregue a los EEUU al terrorista más buscado del mundo.

La captura de Osama Bin Laden virtualmente garantizaría la re-elección de George Bush Jr., confirmaría a los millones de votantes indecisos en EEUU de que la guerra contra el terrorismo estaba justificada después de que Bin Laden autorizara los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.

«Una nueva administración Bush presentaría a Beijing como su gran nuevo aliado en la guerra contra el terrorismo. China disfrutaría en Washington del estatus de nación más favorecida en todas sus facetas posibles. Contratos valorados en miles de millones de dólares serían aprobados por la vía rápida. El historial de violaciones de los Derechos Humanos en China sería ignorado», confirmó la semana pasada un funcionario de alto nivel del Pentágono. Añadió que sólo un puñado de «miembros de muy alto rango» de la Administración Bush conocía el plan de «coger a Bin Laden a cambio de una relación especial con China». Casi con total certeza, entre ellos se encontrarían el vicepresidente, Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Accediendo a hablar a cambio del anonimato, el funcionario proporcionó detalles del plan para capturar a Osama bin Laden como un medio para mantener a Bush en la Casa Blanca. Explicó que no es la primera vez que una administración estadounidense ha recurrido a semejantes maniobras durante un periodo electoral.

Hacia el final de la presidencia de Jimmy Carter se cerró un acuerdo secreto entre el entonces futuro presidente de los EEUU, Ronald Reagan, e Irán mediante el cual los diplomáticos estadounidenses secuestrados en Teherán, capital iraní, serían liberados el mismo día que Reagan accediera a la Casa Blanca.

Según Ari Ben-Menashe, antiguo asesor de seguridad nacional del Gobierno israelí de Yitzhak Shamir, «pagaron unas enormes sumas de dinero a los ayatolás iraníes». Ben-Menashe afirma que él mismo fue una pieza clave en la negociación que más tarde se conocería como la Sorpresa de Octubre de Reagan.


THERESA, EN LA PISTA


Theresa, la esposa del senador y candidato demócrata John Kerry, ha dejado entrever que otra Sorpresa de Octubre podría ser inminente.Hace dos semanas, sorprendió a los asesores políticos de su marido al declarar en público: «No me sorprendería si, antes de las elecciones, el presidente Bush captura a Osama». Desde entonces, la señora Kerry se ha negado a comentar su explosiva declaración.Pero entre la comunidad de inteligencia persisten los rumores de que tanto ella como su marido fueron advertidos de que cualquier comentario más sobre un acuerdo que incluya la captura de Bin Laden podría comprometer la seguridad nacional de los EEUU.

Y el analista de Washington Al Santoli, el asesor de seguridad nacional de la republicana por California Dana Rohrabacher y editor del respetado boletín China Monitor, afirmó que una Sorpresa de Octubre «no me sorprendería en lo más mínimo».

En lo que ha sido su primer avistamiento confirmado en muchos meses, el refugio de Bin Laden ha sido localizado por un satélite de la NSA, uno de los muchos que la supersecreta agencia norteamericana utiliza para buscarle. Su escondite se encuentra cerca de un lago próximo a la frontera entre China y Pakistán.

Al otro lado de las montañas Zaskar, donde las cumbres nevadas dominan sobre el santuario de Bin Laden, se encuentra un destacamento de fuerzas especiales paquistaníes y estadounidenses esperando la orden de capturar a Bin Laden en su refugio y sacarle en un vuelo hacia Pakistán.


ESCOLTA DE 50 GUERREROS


Durante los últimos seis meses se han repetido los avistamientos de Bin Laden en las montañas y en los eriales de la frontera del Noroeste. Agentes de inteligencia de los EEUU en la región opinan que el millonario saudí, acompañado por una escolta de 50 guerreros muyahedines, se dirigieron por el Este hacia Cachemira y de ahí cruzaron a China.

Los agentes piensan que, previamente, Bin Laden mantuvo varias reuniones con funcionarios de alto nivel procedentes de Beijing.Les convenció de que era capaz de obtener la paz en sus provincias musulmanas. «Estamos al tanto de estas reuniones», me confirmó Mansur Ahmed, jefe de policía en Bandipora, en el norte de la Cachemira. «pero tuvieron lugar en territorio chino».

Acompañando a Bin Laden se encuentra Ayan al-Zawahiri, su principal asesor y médico personal (Bin Laden padece una seria dolencia renal). Al-Zawahiri es un cirujano formado en El Cairo, acusado de terrorismo en Egipto y condenado a muerte en rebeldía. Después de Bin Laden, es el siguiente hombre más buscado en la Tierra.

Fuentes de la Casa Blanca se han negado a comentar esta cuestión en público. «Si fracasan las negociaciones, no es el mejor momento para que el presidente quede en evidencia al verse públicamente implicado en la negociación», afirmó una fuente.

Se piensa que la posibilidad de un acuerdo surgió a principios de este año después de que Donald Rumsfeld se entrevistara con destacados miembros del gobierno chino durante una visita al Extremo Oriente. Más tarde, George Tenet, por entonces director de la CIA, ordenó un estudio de viabilidad para la operación de captura de Bin Laden. Tenet fue informado de que la única posibilidad era contando con el apoyo chino.

«Hasta qué punto puede alcanzar esta colaboración en las semanas que restan hasta la cita electoral estadounidense dependerá en buena medida de la confianza que Bush inspire a los chinos a la hora de mantener sus promesas con ellos», afirmó el funcionario del Pentágono.


    El escritor Gordon Thomas es experto en servicios de espionaje y autor de libros sobre la CIA y el Mosad




 
  © Mundinteractivos, S.A. - Política de privacidad
 
  C/ Pradillo, 42. 28002 Madrid. ESPAÑA
Tfno.: (34) 915864800 Fax: (34) 915864848
E-mail: cronica@el-mundo.es