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 DIRECTORIO   Domingo, 5 de diciembre de 2004, número 477
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«Mary Poppins» fue cruel
PAMELA TRAVERS, creadora del mítico personaje infantil, no vivió como escribió. Protagonizó una terrible historia personal al separar a dos mellizos para adoptar a uno de ellos. Un cuento con final infeliz
ADRIAN SACK
EL HIJO. Camillus (en la foto con Travers) no supo que era adoptado hasta que su hermano llamó a su puerta. Tenía 17 años.
   

El año 1939 fue decisivo para el mundo y, en particular, para Pamela Lyndon Travers. Por aquellos días trágicos que dieron inicio a la Segunda Guerra Mundial, esta escritora y periodista australiana radicada en Londres escuchaba atentamente a un astrólogo que, mediante cartas de tarot, le aconsejaba sobre los pasos a seguir en el momento más crucial de su vida. Pero su duda poco tenía que ver con los destinos de una humanidad a punto de caer en la más grosera carnicería de su historia: a ella, en aquel momento, lo que más le interesaba era saber a cuál de los dos mellizos que le habían ofrecido en adopción escoger. Y a cuál descartar.

Con aquella decisión salomónica, Travers marcaría para siempre la vida de esos dos bebés, los mellizos Anthony y Camillus. Hoy son dos hombres de 65 años con existencias y realidades desencontradas.Y aunque nadie ha sabido explicar por qué no se llevó consigo a ambos, nadie, tampoco, puede creer que esta mujer sea la misma que apenas cinco años antes había publicado el primer libro de Mary Poppins, uno de los grandes éxitos de la literatura y el cine infantil del siglo XX.

En el mismo mundo donde millones de pequeños crecieron conociendo las andanzas de la niñera voladora inglesa, Anthony y Camillus vivieron toda su infancia sin saber nada sobre su dura separación.Mientras Anthony, que nació 20 minutos antes, fue criado en su pueblo natal irlandés de Kilkenny por sus legítimos padres y abuelos, Camillus bebió de las mieles de la riqueza de su madre sustituta en Inglaterra, donde fue enviado como pupilo a colegios de Bryanston y Winchester.

Los caminos de ambos se cruzaron por vez primera cuando tenían 17 años. Anthony, que se había enterado de la existencia de su hermano gracias a la tarea de espionaje de un tío materno, decidió personarse en la casa que Travers tenía en Chelsea. «Cuando golpeé la puerta y le pregunté a Pamela si podía ver a mi hermano, ella se apoyó sobre una pared, y pareció desvanecerse. Pensé que la había matado», recuerda el mellizo, que recibió el apellido Hone de su familia paterna.

Instantes después de aquella escena, Anthony vio por primera vez a su hermano. Según declaró recientemente a The Mail on Sunday, aquel encuentro, con la revelación que suponía, marcó la vida del mellizo elegido por Pamela. «Sentí como su mundo se venía abajo completamente», dice su hermano.

Ha pasado casi medio siglo desde que Camillus descubriera de golpe que aquella mujer a la que llamaba madre no era su madre biológica. Y, al menos en apariencia, el paso del tiempo ha recompuesto gran parte de lo que se le pudo romper por dentro. No hay el menor atisbo de reproche en las palabras que dedica a la mujer que le separó para siempre de su hermano mellizo. «Ella llegó a mi vida como Mary Poppins. Se hizo cargo de todo, y al cabo de casi 60 años se marchó», dice, en referencia a la muerte de la escritora, ocurrida en 1996. «No era mi madre natural», añade a CRONICA, «sino como una especie de institutriz. Tomó como un deber el hecho de criarme, y lo hizo tan bien como pudo».

Los trazos más oscuros de la vida del adoptado Camillus los brinda su dolido hermano, quien asegura, no obstante, mantener una «buena relación» con él. Dice Anthony que a raíz de su primera irrupción en la vida de Camillus y la escritora, a su hermano se le terminaron de un plumazo los beneficios de la buena crianza que había disfrutado.«Él inició una alocada carrera de autodestrucción con el juego y la bebida», afirma, en referencia a los años que siguieron a aquel primer encuentro. «Luego dejó Oxford (donde había empezado a estudiar) y se descarrió. Siento pena por este pobre hombre, que vive de su pasado Se siente traicionado porque ella [Pamela Travers] debió haberle dicho la verdad en su momento», opina Anthony.

La situación pareció tornarse aún más dramática cuando Camillus conoció a su madre biológica, a los 21 años. Así lo narra él mismo: «Nos vimos en un pub de Chelsea, y ella me dijo que se estaba muriendo. Yo le respondí "Oh, sí", como si no le creyera.Pero en el lapso de un año efectivamente falleció».

Tras su deceso, Anthony cobró una fortuna de 35.000 libras de la época, que despilfarró en menos de tres años. Camillus, en cambio, nunca pudo derrochar el dinero de su madre adoptiva, ya que Pam Travers le dejó la administración de sus fondos a una fundación que sólo le proporciona una mensualidad al menor de los mellizos.

Con el pasar del tiempo, los hermanos fueron encontrándose, aunque más por curiosas coincidencias en sus vidas que por el deseo de recuperar el tiempo perdido: ambos se casaron con mujeres de nombre Frances, y ambos le pusieron a una de sus hijas Katherine.La historia no termina allí, pues los dos también se divorciaron de sus respectivas por la misma causa: la adicción al alcohol.«Mi mujer me dijo que debía elegir entre ella y la cerveza Guinness.Y ahí no había competencia ¿no soy un desgraciado?», se pregunta Anthony.

La realidad, empero, los llevaría por caminos diferentes, como también lo harían sus respectivas opiniones sobre Mary Poppins.Porque, mientras Camillus aguarda lo mejor para el nuevo musical basado en la disparatada institutriz, que podría incrementar la fortuna de los Travers, estimada en 5,25 millones de euros, Anthony Hone ya no quiere ni oír su nombre. «No voy a ir al estreno del musical, porque ya he tenido suficiente de la imbécil de Poppins y todas las cosas que asocio con ella», protesta.

En la semana del 40 aniversario del estreno de la película protagonizada por Julie Andrews, no sólo ha trascendido el enojo del mellizo descartado por Pamela Travers. El buen nombre de la escritora ha recibido otras arremetidas. De acuerdo a un artículo publicado por The Times, la escritora habría mantenido vínculos con la extrema derecha británica, en particular con el British People's Party, del fascista inglés Oswald Mosley. Según el periódico, una reciente investigación descubrió que Travers publicó algunos artículos de crítica literaria a finales de la década de los 30 en la revista New Pioneer (Nuevo Pionero), de clara orientación antisemita, en línea con los ideales del entonces ascendente Adolf Hitler.

Pero Camillus niega tajantemente aquellas acusaciones. «A ella no le interesaban ni los nazis, ni Franco, ni Salazar, porque no tenía tiempo para meterse en política. Pero siempre se han dicho mentiras sobre su persona, como, por ejemplo, que en verdad era lesbiana», dice como abriendo el paraguas aún sin lluvia, tal cual hacía Mary Poppins.




 
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