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 DIRECTORIO   Domingo, 10 de Abril de 2005, número 495
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XENOFOBIA / CANCIONES CON MUCHO DELITO
«DJ Syto»: racismo para bailar
J.C. DE LA CAL / A. PETRESCU
CLAVES

LA LETRA DE LA VERGÜENZA

Putos rumanos, que asco me dais, pero la verdad es que todos sois muy gays. / Cuando os miro quiero vomitar y arrancaros la cabeza. / Venden La Farola, te roban el móvil y por si fuera poco también atracan bancos. / Putos rumanos: me cago en esos putos rumanos hijos de puta, rumanos, voy a cortaros las manos hijos de puta...
El agitador. Tiene 23 años, es pinchadiscos aficionado y vive en el pueblo castellonés de Onda. Dj Syto, su seudónimo internauta, fue detenido el pasado jueves tras hacernos sonrojar a la mayoría de los ciudadanos con dos dedos de frente mediante la difusión de canciones racistas por la red. Resulta que el joven le ha cogido cierta afición a recomponer antiguas versiones de temas clásicos, añadiéndolas un toque bakaladero y cambiando las letras por soflamas xenófobas contra los inmigrantes rumanos, suramericanos o africanos. Pero lo peor de todo es que ha tenido un éxito inesperado y, por lo menos, 6.000 personas las tienen hoy archivadas en su disco duro del ordenador tras bajárselas de la página web donde las tenía colgadas. Y, más grave aún, hasta hace unos días sonaban a todo volumen en algunas discotecas de Levante y Madrid.


Imagínense cientos de chavales dando saltos en el centro de una pista de baile, con el cubata en una mano coreando los estribillos de esas canciones: «Me cago en esos putos rumanos, voy a cortaros las manos, hijos de puta...» o «Me cago en el puto moro que me robó mi bici (...) paso con el coche por encima suyo y le chafo toda la cabeza, por cabrón...» Éstas y otras perlas parecidas fueron presuntamente escritas por el tal Syto hace más de un año y colgadas en una dirección web -la ignoramos a propósito para no hacerles publicidad gratuita- con un contenido pornográfico de alto voltaje.

El joven colocó su particular letra sobre la melodía de un viejo tema de Franco Battiato, que hablaba sobre los bailarines búlgaros de los Balcanes, y la empezó a pinchar algunas noches en los locales que frecuentaba. También hizo una versión contra los norteafricanos con el clásico Mi carro, de Manolo Escobar. La mecha prendió rápidamente en una zona donde la población inmigrante rumana -entre 30.000 y 40.000- es notable y la población está especialmente sensibilizada ante el auge del fenómeno migratorio.Y, como era de esperar, semejante barbaridad no tardó en salir del restringido círculo de Syto, sobre todo cuando sus obras estuvieron al alcance de todos gracias a internet. Hasta que se le fue de las manos...

Hace justo un año, la organización SOS racisme interpuso una denuncia en la Jefatura de Policía de Barcelona bajo el planteamiento de que estas letras «contienen material xenófobo e incitan a la violencia». A partir de ahí, el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Barcelona solicitó al Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona que instruyese diligencias previas para comprobar que existía una difusión de estas canciones y que no estaban destinadas únicamente al consumo propio.

Pero sólo cuando la prensa local denunció el caso la investigación tomó un cariz más serio. Sobre todo cuando los medios de comunicación rumanos, que siguen de cerca la discriminación que sufren algunos de sus compatriotas en nuestro país -la colonia más numerosa después de marroquíes, ecuatorianos y peruanos- se volcaron en el asunto.

Así, el Consejo Nacional Contra la Discriminación en aquel país pidió al Ministerio de Asuntos Exteriores rumano que elevase una queja oficial al Gobierno español pidiendo su intervención.Durante esta semana, los telediarios de las 10 cadenas televisivas han compaginado esta noticia con la de la muerte del Papa e, incluso, la corresponsal en Madrid de la Realitatea Tv (una especie de CNN a la rumana), Cristina Lincu, aseguró en directo: «Estoy muy consternada por la evolución racista del último año en España.Empezando por el deporte, donde las estrellas del fútbol de color son recibidas con silbatos y terminando con el incidente de un partido banal entre los alevines de un equipo de fútbol de Melilla y otro de Almería que se interrumpió por los gritos racistas.La verdad es que, por culpa de aquel accidente donde un camionero rumano atropelló a varios guardias civiles, nuestros compatriotas se enfrentan cada vez a más problemas».

Por su parte, Dj Syto, en una entrevista publicada en la misma página web donde colgaba sus canciones, asegura que su pueblo «era un lugar tranquilo antes de que empezaran a llegar inmigrantes.Éstos no dejan de cometer delitos y meterse en líos. Soy consciente de que no todos son delincuentes, pero generalizo porque es una forma más agresiva de atacarles. Yo sólo odio a los rumanos de mi pueblo. La canción es una crítica a la política de los últimos años que ha creado leyes que benefician antes al extranjero que al español».

Por fin, y ante todo el revuelo creado, agentes de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil detuvieron a Syto el pasado jueves, tras la denuncia presentada por un vecino de Castellón. También registraron su casa e intervinieron material informático para su posterior análisis. Horas antes de ser detenido, el joven negó por teléfono al diario Mediterráneo ser el autor de las canciones: «Le dije a mis amigos que las hice yo, pero era broma. A mí no me gustan estas cosas y ni siquiera sé pinchar.No tengo nada contra los rumanos...»

Pero el mal ya está hecho. Mientras Syto, que ya ha sido puesto en libertad con cargos, puede ser juzgado por violar el artículo 510 del Código Penal -el que castiga la discriminación xenófoba-, 6.000 copias de su obra circulan ya por los ordenadores de media España. Y eso no hay quien lo pare.




 
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