QUÉ HACER
/ AGRESORES Romper el ciclo de la violencia
LA
VIOLENCIA TIENE CURA. Es la premisa de la que parten los psicólogos
y expertos que trabajan con hombres maltratadores, convencidos de que la rehabilitación
del agresor no sólo es posible en muchos casos, sino necesaria
para poder romper el ciclo de la violencia -ya sea física o psicológica-
y evitar su reincidencia. Enrique Echeburúa, catedrático
de Psicología Clínica de la Universidad del país Vasco, asegura
que el éxito de la rehabilitación se basa en dos puntos:
que el maltratador tenga conciencia de serlo y que tenga una motivación
para cambiar. A partir de ahí, ¿dónde acudir? Algunas
comunidades ofrecen atención psicológica gratuita para hombres agresivos.
Lo mejor es consultar con el médico de atención
primaria, que le informará de los programas existentes en su comunidad
y, si no los hay, puede derivarlo a tratamientos con psicólogos o psiquiatras
especializados. Las terapias -para empezar, 15 o 20 sesiones a lo
largo de 4 meses, con una periodicidad semanal- abordan los estereotipos de la
superioridad masculina, roles sexuales, control de los impulsos, los celos
Se persigue que el agresor tome conciencia que cuando degrada a su pareja se degrada
a él mismo, y de que abandonar las conductas violentas es beneficioso
para los dos. PIEZA CLAVE PARA LA PREVENCIÓN En
España, las primeras terapias de rehabilitación
de maltratadores se pusieron en marcha en 1995,
bajo la coordinación de Echeburúa, con el apoyo del Instituto Vasco
de la Mujer y el gobierno local. El programa, según explica el propio catedrático,
nació tras varios años de prestar asistencia a mujeres maltratadas
y comprobar que muchas de ellas seguían conviviendo
con su agresor y que no tenían ninguna intención de abandonarle.
Tratar a los agresores e intentar que abandonaran sus conductas violentas era
una manera más de ayudar a las mujeres que sufrían malos tratos. Pero
las terapias resultan igualmente necesarias cuando la víctima se separa
y se aleja de su agresor, e incluso cuando éste cumple condena en la cárcel.
Una gran mayoría de los hombres maltratadores se sitúa entre los
30 y los 40 años y, tras una separación o al salir de prisión,
pueden iniciar una nueva relación. Y los expertos tienen claro que cuando
una persona ya ha establecido relaciones violentas con una pareja vuelve a repetirlas
con otra. El maltrato es una conducta aprendida que el hombre posesivo
y violento repite porque obtiene un claro beneficio: la sumisión de la
mujer. Desde 1995, el equipo de Echeburúa ha tratado a unos 250 hombres
(cifra 'insignificante' comparada con las 1.300 mujeres que han participado en
su programa de ayuda a las víctimas). El catedrático reconoce que
hay un nivel muy alto de 'deserciones': «Entre
el 40 y el 50% de los que empiezan la terapia abandonan en las tres primeras sesiones».
Y de los que terminan, alrededor del 65% abandonan la violencia física
y la mayor parte de la psíquica. El resultado final refleja un éxito
en cerca del 35% de los casos. Estos programas se topan, sin embargo,
con el rechazo de sectores que defienden la necesidad de que los escasos
medios públicos que existen para combatir la violencia doméstica
se inviertan en asistir a las víctimas. Pero hay algo en lo que sí
coinciden tanto los partidarios como los detractores de los tratamientos de rehabilitación:
que las terapias no deben sustituir a las penas de cárcel. MÁS
INFORMACIÓN
Emergencias 112
Centro de Estudios de la Condición Masculina. Madrid. Tel.:
91 521 5176
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53 40 49
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