Tragedia en Afganistán

Diecisiete militares muertos cerca de Herat

Restos del helicóptero español siniestrado. (Foto: EFE) más imágenes

Día 16 de agosto. 11.01 de la mañana. Diecisiete militares españoles mueren en Afganistán al precipitarse el helicóptero 'Cougar' en el que viajaban cerca de la ciudad de Herat. Defensa no descarta ninguna hipótesis, incluida la de un "ataque exterior", aunque todo apunta a que se trata de un accidente. A la opinión pública española le asalta de inmediato el fantasma del Yakolev-42 accidentado en mayo de 2003. Doce de los fallecidos pertenecían al Regimiento Aerotransportable 29 de Galicia y cinco, al acuartelamiento sevillano de El Copero. (LISTADO COMPLETO DE FALLECIDOS)

El ministro de Asuntos Exteriores explica en una comparecencia ante los medios que además resultaron heridos otros cuatro militares españoles que volaban en otro helicóptero, junto al siniestrado, y que realizó un aterrizaje de emergencia.

Según explicó el ministro, una de las hipótesis que se barajan es que el helicóptero siniestrado volaba "a una cota muy baja" por razones de seguridad y, tras remontar una colina, "se precipitó y rozó la tierra con el tren de aterrizaje". "En ese momento debió romperse el rotor de cola; el aparato quedó sin control y, 60 metros después, explosionó".

Al ver la columna de humo, el piloto del helicóptero que iba detrás "consideró que lo prudente era alejarse e hizo un viraje a la izquierda" ya que "las alas estaban muy cerca de las paredes del barranco".

Eran las 11.01 hora local cuando este segundo aparato dio cuenta de lo sucedido.

Diez minutos después de conocerse el accidente, se creó un puesto de mando en el Estado Mayor de la Defensa, se enviaron los medios para repatriar los cadáveres y se alertó a los equipos de identificación de diversas instituciones.

El presidente del Gobierno , José Luis Rodríguez Zapatero, interrumpió sus vacaciones en Lanzarote y viajó a Madrid para reunirse con el ministro de Defensa a quien encargó las "máximas garantías de certeza y seguridad" en el proceso de identificación de los cadáveres.

Posible ataque talibán

Según José Bono, el Estado Mayor de la Defensa no descarta que el siniestro se debiera a un ataque exterior por la zona en la que se ha producido, una llanura entre una zona montañosa. "Las causas no han sido definidas de manera radicalmente cierta", ha dicho.

El ministro destacó que, si bien no se habían detectado hostilidades contra el Ejército español anteriormente, la misión comportaba un riesgo.

"Realizaban una misión táctica de integración en unas circunstancias que comportan un riesgo, el de tener que navegar a una altura del suelo que, por exigencias de las operaciones tácticas, se sitúa entre los tres y 10 metros del suelo", ha explicado Bono.

Un supuesto responsable talibán, identificado como el mulá Dadulá, afirmó que los talibán derribaron el helicóptero español. El mulá afirmó sin embargo que no podía facilitar pruebas que confirmaran su reivindicación, en declaraciones que fueron recogidas por las televisiones británicas.

El aparato se encontraba "en perfecto estado". "Si no fuera así, no estaría allí", señaló Bono, quien aseguró que no hay ningún aparato en ninguna misión que no tenga homologación aunque sea meramente administrativa.

La zona donde se produjo el siniestro, al oeste de Afganistán, es un terreno árido y montañoso en el que los vehículos blindados y los vuelos tácticos son la única forma segura de trasladarse por un país "semillero de terroristas".

Horas después de conocerse la noticia del accidente, el ministro de Defensa viajó hasta la base española establecida en Herat, en Afaganistán, junto a un equipo de investigación en accidentes aéreos, expertos en identificación y jurídicos militares para tramitar la repatriación de los 17 militares fallecidos y esclarecer las causas.

El contingente español

Los 17 fallecidos pertenecían al contingente de 850 efectivos que España tiene desplegados al oeste de Afganistán. La misión de las tropas españolas forma parte de la expansión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), desplegada bajo mandato de la ONU y en la que participan unos 10.000 soldados de 37 países.

El contingente español forma parte de este operativo, encargado de la seguridad en Afganistán y de apoyar el proceso de reconstrucción del país tras el ataque emprendido por EEUU a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001. La operación bélica, Libertad Duradera, sirvió para desalojar del poder a los talibanes, acusados de proteger y apoyar a la organización terrorista Al Qaeda.

La muerte de estos 17 españoles se suma a la tragedia del 26 de mayo de 2003: 62 militares regresaban de su misión humanitaria en Afganistán cuando se estrellaron en Turquía a bordo de un Yakovlev 42.

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