Sabina es mucho Sabina, por Paco Ortega (*)
Joaquín Sabina y Paco Ortega, paisanos de Úbeda (Jaen).

Sabina y yo somos paisanos. Nos conocemos hace más de 20 años. Hemos estado juntos en diez o doce ocasiones como mucho y siempre de una manera fortuita. Nunca hemos concertado una cita para vernos.

Somos paisanos, cada vez que se habla de nosotros hacen referencia a nuestro lugar de nacimiento: Úbeda, pero nos conocimos en Madrid cuando todavía vivía “La Mandrágora”, cuando Joaquín cantaba en locales muy pequeños solo o con su, en otro tiempo inseparable, Antonio Sánchez. Yo era un chaval ingenuo e inocente y aprendí de él visiones de la vida que nunca había imaginado. A través de los textos de Sabina aprendí de “la calle”, de “la noche”, del amor desde puntos de vista que no había contemplado; con sus textos aprendí acerca del placer de “lo prohibido”, de la riqueza de todo lo marginal y de los personajes que poblaron siempre lo desconocido. De los toreros, de los amores que nacen en las ultimas rondas de los bares.

También me he divertido siempre con el ingenio y la rapidez de Joaquín, con su “ poca vergüenza”, con su valentía para expresar entre risas lo que siente ( ante quien sea) sin cortarse un pelo.

Nadie desde Quintero, León y Quiroga fue capaz en este país de contar historias tan bien contadas en los escasos tres minutos que dura una canción. Nadie como él fue capaz de retratar la noche y sus personajes, ningún cantautor supo nadar entre las palabras, los giros y las metáforas como mi paisano.

Sabina es mucho Sabina; se ha metido en el corazón de todo el que prefiere morir que perder la vida, de los solitarios, de los golfos y de los perdedores. De las mujeres hermosas que nunca miran a los feos, de los que se sienten políticamente lejos de él.

Sabina es mucho Sabina; el impacto de sus letras nos ha hecho olvidar lo inteligente que ha sido siempre para buscar las melodías sobre las que cabalgan sus palabras de oro. Baladas dylanianas, rumbitas canallas, mejicanas, ritmos hiphoperos, rocanroles, boleros… que más da.

Para llegar al corazón de las personas, para conquistar a una mujer, para provocar la risa, el delirio o la indignación, cuando hay un buen texto y una buena melodía, la canción aguanta infinidad de vestidos, infinidad de arreglos, de sonidos, casi siempre aquellos que en ese momento están mas cerca de la gente.

Siempre he sido “lobo solitario”. Siempre he salido a cazar solo. Joaquín sabe bien que molesto poco. Que tengo mi propia órbita; que la conservo con celo y con orgullo que nunca me ven por donde no me han llamado. Pero hoy me voy a desnudar de vergüenzas y voy a decirle a mi paisano palabras que nunca le dije.

Escena del vídeo de 'Paisanaje'.

Paisano: Se puede cantar bien, se puede gustar a la gente, se puede componer mejor o peor, pero ¡lo que han conseguido ellos…! Serrat, Bambino, Chavela, Joaquín es crear modelos artísticos de referencia que millares de personas hacen suyos. El artista que diga en este país que no ha “mamado” de Serrat o de Joaquín miente. Están en nuestro día a día, en nuestra concepción de la vida, en nuestra memoria cultural e histórica.
Después de varios años (creo que más de tres) sin disco en el mercado la aparición de lo nuevo de Sabina es todo un acontecimiento, porque muchos lo esperamos. Nos hemos acostumbrado a leer en él cada cierto tiempo y le echábamos de menos. En los últimos veinte años no ha aparecido nadie que haya escrito canciones como él.

No he escuchado aún el disco, estoy deseando hacerlo. Pero el “valor” se le supone como rezaba en nuestra cartilla militar…El valor de Sabina es el mismo, sus maneras, su mundo, su facilidad.

Hace mas de un año publiqué mi último álbum “Ven acá pacá” y me pareció que tenía que regalar algo a mi gente. Se me ocurrió escribir a una docena de amigos y hacerles un encargo. Asigné una canción de mi disco a cada uno y les pedí que me devolvieran la canción en forma de relato breve para editar un libro con sus aportaciones y regalarlo con el disco. A Joaquín le envíe una canción titulada “El coleccionista”. Meses después me devolvió unos versos titulados “Compás pa Paco Ortega puto com”. El texto me encantó. Hacía tiempo me había prometido un texto que hablase de mi hermana Mercedes, la rubia como él la llama, cantaora de saetas de la Virgen de la Soledad, y lo había cumplido; ahí estaba esa promesa en forma de canción. A mí se me ocurrió devolverle el regalo componiendo una melodía cantada por mí.

Tiempo después, una mañana se asomó por el contestador de mi móvil y me comunicó feliz que había decidido grabar la canción en su nuevo álbum y que me invitaba a colaborar en la grabación.

La canción se llama “Paisanaje”. Curiosamente, nunca nos llamamos paisanos, aunque sí nos sentíamos paisanos, sabíamos de la admiración que nos profesábamos sin confesárnoslo, pero no sé si los años.., si con el tiempo se regresa un poco a todo y también a la infancia y al lugar a donde nacemos.

Qué placer compartir con Joaquín las risas y los intentos de “pataíta” flamenca que ensayamos en la grabación del videoclip de la canción. Qué bueno reencontrarnos nuevamente y darnos un abrazo que revalida nuestra cercanía lejana. Que bien sentirle vivo y en buena forma.

Nunca digo piropos, no soy nada pelota, nunca lo he sido. Anoche me llamaron mis amigos de elmundo.es para que escribiera algo sobre Joaquín. Yo, que no me llevo muy bien con la pluma, acudo a la llamada y a las ocho de la mañana, después de diez horas de estudio de grabación (estoy produciendo el nuevo disco de Jose Mercé), antes de irme a la cama, aprovecho la ocasión que me brindan para decirle a la gente -qué hostias- lo que pienso:
Sabina, señores…es mucho Sabina.

Madrid 15 de Septiembre de 2005.

(*) Paco Ortega: Productor, compositor y cantante y autor de la música de Paisanaje, con letra de Joaquín Sabina

Por: Ana Bueno y Custodio Pastor / Diseño: Rocío Martínez
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