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España

Domingo, 24 de enero de 1999
Ultima actualización: 08.00

El Ayuntamiento de Marbella pagó "La Victoria" de Gil

Una estatua, supuestamente regalada por el alcalde de Moscú, costó en realidad 141 millones de pesetas a las arcas municipales

J. L. GALIACHO
A. RUBIO/ M.CERDAN

MADRID.- Jesús Gil utilizó una sociedad de un empresario de su entorno mercantil, Tomás Olivo López, para ocultar la compra con fondos municipales de la escultura rusa La Victoria, según las investigaciones de este periódico. El alcalde de Marbella mantiene que dicha estatua ha sido un regalo del Ayuntamiento de Moscú, mientras que el PSOE marbellí sostiene que su coste final es de 141 millones de pesetas, dinero que ha sido desviado por Gil de la sociedad municipal Jardines 2.000.

Tomás Olivo es uno de los propietarios de la empresa constructora Emasa, que fue utilizada por el Ayuntamiento de Marbella, en una operación de ingeniería financiera, para ocultar el pago de un millón de dólares (unos 141 millones de pesetas) al artista ruso Zurab Tsereteli, autor de la escultura. Esta obra, de la que Gil siempre presumió de haberla obtenido sin desembolsar un duro, gracias a la gestión del alcalde de Moscú Yury Luzhkov, fue instalada por la Corporación marbellí a la entrada de Puerto Banús.

Tomás Olivo es, a su vez, el empresario inmobiliario que participó en uno de los mayores pelotazos urbanísticos de la era Gil: el centro comercial La Cañada, situado en la carretera que une Marbella con Ojen.

Según la denuncia del PSOE, que instruye el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Marbella, el Ayuntamiento de Gil transfirió los 141 millones de pesetas a la empresa municipal Jardines 2.000, que utilizó esta cantidad para pagar una supuesta deuda con la constructora Emasa por obras y servicios.

Los apartamentos
Esta sociedad, a su vez, cedió el dinero a la empresa Mar and Gregory SL de Madrid (dedicada a la edición de grabados de sonido y vídeo) para que ésta se adjudicase tres parcelas municipales y las entregara a Caja Postal, como parte del pago de los apartamentos que el escultor ruso adquirió a esta entidad financiera en una urbanización próxima a Puerto Banús y que, según los socialistas, costaron 162 millones de pesetas.

En el consejo de administración de Emasa Empresa Constructora SA figuran además del presidente Tomás Olivo López, su hermano Ramón Olivo López como vicepresidente, María Dolores Olivo Sánchez como administradora y, como secretario, Antonio Serrano Sánchez.

El Ayuntamiento de Marbella insiste en que sólo pagó 32 millones para el transporte e instalación de la estatua. El propio Gil siempre ha negado que el escultor ruso hubiese dispuesto de los terrenos municipales, valorados en 141 millones, para canjearlos por los apartamentos de Puerto Banús.

La familia Olivo adquirió también al Ayuntamiento de Gil, en aquellas fechas, los terrenos donde hoy se asienta el centro comercial La Cañada por 600 millones de pesetas, aunque en la misma inscripción registral los peritos bancarios ya valoraban esta parcela en 800 millones.

Las recalificaciones
Dichos terrenos, desafectados del patrimonio municipal marbellí, fueron en su día recalificados de rústicos a comerciales por el gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella. Este funcionario mantiene una gran amistad con Tomás Olivo, con quien, según las cotizaciones de la Seguridad Social, llegó a trabajar en la zona alicantina como promotor de sus chalés, entre los años 1980 y 1985.

Además, la forma de pago al Ayuntamiento de Gil de los terrenos donde se asienta el centro comercial fue un tanto atípica: 80 millones de pesetas mediante cheque bancario; 160 millones de pesetas abonados por el sistema de compensación de créditos y deudas entre la sociedad y el Ayuntamiento; y los restantes 360 millones se abonaron mediante la ejecución de obras encargadas por el Ayuntamiento de Marbella. Es decir, al contado, sólo llegaron a abonar 80 millones de pesetas.

Otro pelotazo vinculado al de los terrenos mencionados, que investiga también la Justicia, es la adquisición que realizó la sociedad Manilex de unos terrenos, valorados en 600 millones de pesetas, en concepto de una deuda de 36 millones de la empresa Bansa. La operación especulativa pudo ser realizada gracias la indiferencia del Ayuntamiento de Marbella, que no acudió a la subasta, aún siendo el primer acreedor.

Como administrador de Manilex figura Roberto White, que en su día fue secretario del consejo de administración de la empresa gestora del centro comercial Pryca en la localidad madrileña de Collado Villalba, donde Gil tuvo un equipo de baloncesto que fue objeto de otro escándalo.

El promotor de este centro comercial situado en la sierra de Madrid fue también el mencionado Tomás Olivo, a través de la Sociedad General de Galerías Comerciales SA, la misma que gestiona el centro comercial &laqno;La Cañada» de Marbella. En esta empresa figura como presidente Tomás Olivo y como administradores Ramón Olivo López y Sandra Ravich Calafell.