Martos, que según su familia nunca había tenido problemas de salud, falleció pocos meses después de que le fuera diagnosticado un tumor en el estómago con metástasis en los huesos y afectación en la columna vertebral.
En los análisis que se le realizaron al soldado fallecido se detectaron niveles muy altos de fosfatos de alcalina, lo que llevó al médico que lo atendía a enviarlo a un hospital militar de Madrid para tratar su enfermedad.
El legionario gijonés, de 37 años, permaneció durante tres meses en la zona bosnia de Mostar en los que prestó servicio como conductor de ambulancia en la Agrupación Canarias. Según su familia, transcurrió muy poco tiempo desde su regreso cuando comenzó a quejarse de algunos problemas de salud.
Estas molestias, diagnosticadas inicialmente como gastritis y como una hernia discal, se prolongaron durante varios años hasta que se le realizó una analítica más completa en la que se detectó la enfermedad que acabó con su vida.