Hasta ahora, los científicos creían que el 'Homo sapiens' actual tenía un antecesor común —el 'Australopithecus afarensis'—, identificado en 1974 con el descubrimiento del esqueleto 'Lucy' en el valle del Olmo, en Etiopía.
Sin embargo, un equipo internacional de paleontólogos encabezados por Meave y Louise Leakey (madre e hija) han explicado que el homínido que han hallado, denominado 'Kenyathropous platyops' (hombre de cara plana de Kenia), es totalmente diferente al 'Australopithecus', aunque contemporáneo suyo.
Aún ha sido imposible de clasificar por la sorprendente mezcla de caracteres primitivos que presenta.
«Esto revoluciona la forma en la que hemos mirado a los antepasados humanos», ha explicado Louise Leakey. «Hemos encontrado un homínido de 3.6 millones de años con un rostro muy plano, lo que representa algo bastante diferente con respecto a lo que sabíamos que había existido hasta ese tiempo».
El equipo ha encontrado fósiles de más de 30 individuos en 1998 y 1999. El hallazgo más importante es un cráneo encontrado por el investigador Justus Erus cerca del río Lomerkwi, en el norte de Kenia.
Después de dos años de pruebas exhaustivas sobre el cráneo, Leakey ha explicado que han acumulado suficientes evidencias como para asegurar que no sólo han descubierto una especie sino también un género.
La cara del 'Kenyanthropus' era mucho más plana que la de 'Lucy' y tiene un particular y pequeño molar, lo que ha llevado a los científicos a creer que se alimentaba de una mezcla de frutas, bayas, larvas y pequeños mamíferos y pájaros.
Por algunas de sus características, en particular el pequeño tamaño de su cerebro, el 'Kenyanthropus' se asemeja a un chimpancé, mientras que por otras, como las características de los dientes, pareciera cercano a dos especies de australopitecos
('Australopithecus afarensis', como 'Lucy', y 'Australopithecus anamensis', de entre 3,9 y 4,2 millones de años). Otros caracteres,
como su rostro, hacen pensar en una especie mucho más joven, el 'Homo rudolfensis' (2 a 2,5 millones de años).
Enigma
Sin embargo, poco más se sabe de cómo podría ser físicamente uno de nuestros antepasados más antiguos y Kealkey ha explicado que el descubrimiento plantea más preguntas que respuestas.
«Esto no simplifica el cuadro, en absoluto», ha dicho. «Sin embargo, confirma que el árbol de la evolución es mucho más frondoso en su comienzo de lo que habíamos apreciado». Fred Spoor, del deparamento de anatomía de College London, ha explicado que el descubrimiento significa que, hoy por hoy, es imposible saber con certeza quién fue nuestro antecesor. Spoor, que ha analizado los fósiles, ha dicho que hay posibilidad de encontrar otras especies en el lugar. «Podría haber otras especies, pero no lo sabemos», ha dicho. «El cráneo está muy completo pero las demás piezas están fragmentadas».