Este encuentro
sin precedentes se inscribe en la estrategia de
diálogo puesta en marcha
por el gobierno que preside el conservador
Silvio Berlusconi, con el fin
de evitar los graves incidentes
registrados en las últimos grandes encuentros
internacionales.
De Gennaro se entrevistó en la capital genovesa con
miembros de
los colectivos contestatarios reunidos en la plataforma Foro
Social
de Génova (GSF) para conocer sus reclamaciones y tratar de ofrecer
posibles
alternativas.
Los activistas contra la globalización, que acudirán
a Génova en
un número superior a los 100.000, según cálculos oficiales,
pretenden
que no se delimite una zona roja o de acceso prohibido a
las manifestaciones
de protesta, a lo que se oponen las autoridades
por motivos de seguridad.
El Gobierno, dispuesto a facilitar las concentraciones
El Gobierno italiano está dispuesto, en cambio, a facilitar las
concentraciones
y desfiles de los grupos en zonas "específicas" y
"amplias" de la ciudad,
siempre que se desarrollen de forma
pacífica.
También ofrece el ejecutivo
que encabeza Silvio Berlusconi ayuda
logística con una partida, ya aprobada
por el Consejo de Ministros,
de 1,5 millones de euros, mediante la cual
se financiará la acogida
y estancia de los miles de manifestantes que llegarán
a Génova.
El titular italiano de Asuntos Exteriores, Renato Ruggiero,
que
coordina esta iniciativa de diálogo con los grupos contrarios a la
conocida
como política global, dijo hoy que "hay que garantizar el
desarrollo de
las manifestaciones de protesta, poniendo coto al
vandalismo".
Ruggiero,
ex director de la Organización Mundial de Comercio
(OMC), se mostró convencido
de que existe "una coincidencia de
intereses sobre la resolución de las
desigualdades en el mundo que
figuran tanto en la agenda de los jefes de
Estado como en la las
organizaciones que quieren protestar".
La pobreza, el medio ambiente y las guerras
La cumbre
de Génova del G-8 examinará, del 20 al 22 de julio
próximos, los mecanismos
para reducir la pobreza, preservar el medio
ambiente y prevenir los conflictos
en el mundo.
La seguridad de esta reunión, que correrá a cargo de 12.000
policías
y miembros del Ejército, es motivo de discusión desde hace
semanas en Italia,
debido a la compleja trama urbana y a los
difíciles accesos de la ciudad
de Génova.
