La Policía trabaja sobre la hipótesis de que la banda de ladrones que en la madrugada del pasado miércoles robaron las obras de arte del piso de Esther Koplowitz en el Paseo de la Habana de Madrid pudieran exigir una elevada cantidad de dinero como pago de un rescate ante la imposibilidad de vender la valiosa colección de cuadros de la empresaria y principal accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) ya que están perfectamente controlados en los circuitos comerciales.
Así, entre las líneas de investigación que ha emprendido la Policía no se descarta la posiblidad de que los responsables del robo traten de contactar con el entorno de la propietaria para pedir el pago de una importante suma de dinero como pago de un rescate, ante la dificultad de colocar en el mercado de la valiosa colección de 16 obras de arte sustraida, entre las que se encuentran dos cuadros de Goya ("La caída del burro" y "El columpio"), un Brueghel ("Las tentaciones de San Antonio") y un Sorolla ("Al baño, Valencia".
Por el momento, la investigación del robo se centra en la elaboración de una lista con la relación de las personas que durante el último mes acudieron al inmueble de Esther Koplowitz, ubicado en el Paseo de la Habana, en Madrid, entre las que constarán los operarios que llevaron a cabo la reforma de uno de los pisos del edificio, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
Sin salida en el mercado
Paralelamente a estas averiguaciones, algunos expertos en obras de arte coinciden en destacar que los cuadros sustraidos no tienen salida alguna en el mercado, lo que apoya la hipótesis de trabajo policial sobre la petición de un rescate.
Así, el director del Museo del Prado, Fernando Checa, entiende que la colección de cuadros robados en los que también hay obras de Juan Gris, Sorolla, Gutiérrez Solana y Pisarro, son obras que "no pueden salir fácilmente de España y no pueden ser vendidas ni dentro ni fuera de nuestro país, porque son obras absolutamente conocidas y célebres, que no tienen ninguna salida en el mercado".
Además, la Policía española dispone de fotografías y de toda la documentación relativa a las obras sustraídas, información que ya ha trasladado a Interpol que persigue el tráfico de estas obras y ningún museo, ni coleccionista puede adquirirlas, porque saben que proceden de un robo.
El suceso tuvo lugar ayer sobre las cuatro de la madrugada cuando la empresaria no se encontraba en su domicilio al estar de vacaciones y en él intervinieron, al menos, tres hombres que tenían "muy preparado" el robo, ya que, al parecer, contaban con "información previa".
Los ladrones entraron a la vivienda y atacaron al guarda jurado, al que, además de maniatarle y amordazarle, le taparon los oídos y los ojos. La vivienda de la empresaria ocupa una de las tres plantas del edificio, que además consta de un ático, y los cuadros habían sido descolgados y se encontraban apilados en una misma habitación.