En
las elecciones generales holandesas del próximo 15 de mayo,
Fortuyn, homosexual
de 54 años, podía cosechar un importante resultado con
un programa centrado en el rechazo de la
inmigración musulmana, según vaticinaban
los sondeos.
Este escritor y antiguo académico dio su primera gran
sorpresa en
los comicios locales el pasado 6 de marzo, en los que se hizo
con la
mayoría de la ciudad portuaria de Rotterdam (cerca de un 35%).
Pese a que el eje de su campaña electoral era una cruzada contra
la inmigración,
Fortuyn siempre quiso mantener distancias con Joerg
Haider o Jean-Marie
Le Pen, y calificaba de "intolerable" ser
comparado con los líderes extremistas
austríaco y francés.
Fortuyn, quien había irrumpido en el escenario
político hace tan
sólo unos meses a la cabeza del partido local Leefbaar
Rotterdam
(Rotterdam Habitable), logró captar el descontento y hacerse
un
hueco entre el electorado con un programa que tocaba puntos muy
cercanos
al ciudadano.
El llamado fenómeno Fortuyn se había convertido en el
símbolo que
manifestaba el cansancio del electorado de los partidos
mayoritarios.
Éxito meteórico
Controvertido por sus declaraciones extremistas de corte
xenófobo, Fortuyn
hizo una carrera meteórica sin apenas programa,
apoyado en una fuerte campaña
mediática que le forjó una imagen -muy
peculiar, por su rapada cabeza-
de redentor de los problemas
sociales.
Según una encuesta de la empresa
de sondeos Interview, los
votantes de Fortuyn son fundamentalmente varones
jóvenes, de bajo
nivel cultural e ingresos medios.
En la noche del
pasado 21 de marzo, Fortuyn reafirmó el imparable
ascenso de la extrema
derecha holandesa con su exitosa comparecencia
en un debate televisivo
junto a los líderes de los cinco mayores
partidos del abanico político
del país.
Con su actitud políticamente incorrecta, una agresividad
verbal
desconocida hasta ahora en Holanda y exageradas declaraciones mucho
más
contundentes en la forma que en el fondo, Fortuyn superó
claramente con
su dialéctica a sus contrincantes.
Los últimos sondeos realizados le
auguraban 29 de los 150 escaños
que tiene el congreso holandés, lo que
podía convertirle en el
tercer partido más votado, casi empatado con el
laborista Pvda y
tras el cristiano demócrata CDA.
Con estos resultados
Fortuyn hubiera podido jugar un importante
papel a la hora de configurar
la coalición de Gobierno y hay quien
no descartaba que podía convertirse
en el próximo primer ministro.
Presentó en abril pasado los puntos
principales de su partido,
denominado "Lista Fortuyn", en un controvertido
libro en el que
arremetía contra los tres grupos que forman la coalición
gubernamental
desde hace ocho años.
Apuestas radicales
Según Fortuyn, tanto el Pvda -partido del dimisionario
primer
ministro, Wim Kok- como el liberal VVD y el partido bisagra de
centro-izquierda
D66 han fracasado en dar respuestas a los nuevos
problemas sociales.
El líder extremista apostaba por soluciones tan radicales como el
cierre
de las fronteras, la salida del acuerdo de Schengen y de
muchos Convenios
de las Naciones Unidas, la eliminación de las
grandes consecuciones holandesas
en materia de subsidios y la marcha
atrás en la liberalización de las drogas.
En su programa señalaba que si de él dependiera Holanda sólo
admitiría
inmigrantes que entraran vía Francia, Alemania, Inglaterra
y Dinamarca,
se reforzarían los controles en las fronteras y se
eliminaría el Parlamento
Europeo.
Fortuyn defendía las escuelas pequeñas sin ordenadores, la
vuelta
del servicio militar obligatorio tanto para hombres como para
mujeres,
la retirada de Holanda de todas las misiones
internacionales de paz y la
eliminación de los cuerpos de Tierra y
Aire para mantener sólo la Marina.
En sus 186 páginas de programa, el radical líder anunció también
que
talaría los bosques alrededor del edificio donde se celebran las
reuniones
de Estado "para que el pueblo tenga una buena vista".
En los primeros
puestos de su lista electoral, aparecían una Miss
Holanda, un ex jugador
profesional de damas y cuatro médicos con los
que Fortuyn pretende abordar
los problemas en la sanidad, uno de los
que más preocupan a los ciudadanos.