Un musulmán de 24 años con nacionalidad sueca, hijo de argelino y finlandesa y preso en Guantánamo (Cuba), Mehdi Mohamed Ghezali, puede ser el rastro más claro dejado por las tramas de Bin Laden en Portugal.
Una investigación de la revista lusa "Focus", publicada ayer, da cuenta de que Ghezali tuvo problemas con la policía lusa por supuesto hurto antes del atentado contra las Torres Gemelas, del pasado 11 de septiembre.
El robo en aquella fecha de valores por unos 600.000 euros en un banco de la localidad de Albufeira, confirmado hoy por la policía de ese centro de vacaciones del Algarve, al sur de Portugal, y otra sustracción de joyas en la Playa de la Galé, por valor de unos 5.000 euros llevaron a Ghezali a la cárcel de Sines.
El musulmán sueco y un cómplice griego, Stavros Christos Toilos, fueron condenados a tres años y seis meses de prisión por el Tribunal de Albufeira, en la zona central del Algarve, y el primero cumplió casi un tercio de la condena.
Cuando quedó libre, sólo tardó un mes en marcharse a Afganistán, donde fue capturado en la región de Tora Bora y ahora está internado en Guantánamo junto con los miembros de Al Qaeda considerados más peligrosos, aunque clama su inocencia y pide ayuda a Suecia.
Una trama internacional
Pero la investigación del semanario luso cree que a la luz de lo que se sabe hoy, los robos mencionados podrían guardar relación con otros parecidos, detectados por la justicia española, con los que los elementos de Al Qaeda financiaban sus actividades.
La mencionada revista lusa indica que la mayor parte de los detenidos por el juez Baltasar Garzón operaba en el sur de España y el Algarve, y aunque no parecen existir pistas de Ghezali que conduzcan al país vecino de Portugal, sí parece haberlas de su cómplice griego, que hablaba un español fluido.
Toilos habló en un perfecto castellano con un abogado del Algarve, que no llegó a representarle, y recibió varias cartas desde España durante su estancia en prisión, mientras que las de Ghezali llegaron en su mayoría del Reino Unido, incluso una en la que se encontró dinero escondido en un folleto de turismo.
Ghezali estuvo preso 12 días en Faro antes de ser transferido a Silves, pero antes tuvo ocasión de conocer a un joven delincuente portugués, Bruno Santos.
Este cumplía condena por el mayor asalto a un furgón de transporte de valores efectuado en Portugal, ocurrido en Almansil (sur de Portugal), y escribía a Ghezali y Toilos desde Liverpool (R. Unido), tras su puesta en libertad.
Los hermanos Ghezali
Otro hecho aún no suficientemente aclarado es la detención de un hermano del musulmán de nacionalidad sueca, cuatro años mayor que él, Samu Michael Karim Ghezali, por la venta de cheques de viajes robados en Londres, que viajaba con un falso pasaporte belga.
Los falsos pasaportes belgas son los más apreciados en el mercado negro, donde cotizan hasta 7.500 euros por unidad, y de los que en agosto de 1999 desaparecieron 506 del consulado belga en Colonia (Alemania), que posteriormente fueron encontrados por medio mundo.
Los dos hermanos estuvieron en la misma celda casi un año, pero Samu quedó libre en octubre de 2000 y hoy se ha perdido totalmente su pista.
También se ignora ahora el paradero del griego Toilos, de 33 años, que de Silves fue transferido al penal de Funchal, en la isla de Madeira, donde consiguió la libertad por buen comportamiento.
La región portuguesa del Algarve, con fuerte tradición árabe, es una de las preferidas por un buen número de norteafricanos de posición acomodada para poseer residencias de vacaciones, como explicó un responsable regional de Policía, aunque no hay pruebas de que algunos tengan vínculos con tramas integristas.
Localidades del Algarve (que en árabe quiere decir "la tierra del oeste") como Tavira, Albufeira o Faro son las preferidas por los norteafricanos acaudalados, que pueden llegar fácilmente en automóvil a través del Estrecho de Gibraltar, pero también en barcos de recreo, de los que hay un buen número amarrados en los puertos algarvíos.
