Unos 150 empleados del Museo Reina Sofía han salido a las puertas de este centro de arte contemporáneo con una gran pancarta que reproducía el cuadro del Guernica de Picasso, en protesta por la posible guerra contra Irak.
Sobre la reproducción del famoso cuadro de Picasso, quizás la obra más cargada de simbolismo de la colección del Reina Sofía, aparecía un "No a la Guerra" sobreimpreso en color rojo.
A las once de la mañana, y durante unos diez minutos, los trabajadores del museo salieron a la calle para realizar el acto de protesta, llevando todos ellos pegatinas blancas en las que podía leerse un "No a la guerra" en negro.
La iniciativa de reproducir en una gran pancarta, de unos cinco metros de largo, la obra de Picasso, partió del conjunto de trabajadores, y en su confección han contribuido desde restauradores hasta vigilantes.
El Museo no cerró sus puertas durante el tiempo que duró la protesta, aunque sí fueron desalojadas la mayoría de las salas, tras haber informado previamente a los visitantes que había en ese momento.
Permanecieron abiertas las de la planta cuarta y la exposición antológica del artista Pepe Espaliú, dado que el personal de seguridad que hay en ellas pertenece a empresas privadas, informaron fuentes del museo.
Durante la protesta, los trabajadores corearon consignas de "No a la guerra", y llevaban, además de la pancarta del Guernica, otras en las que se leía esa misma petición o la de "Aznar, vete tú y no vuelvas".
Según aseguró a Efe José Luis Blázquez, del departamento de Restauración, esta iniciativa "había sido solicitada con tiempo" a la dirección del Museo y partió "espontáneamente" del colectivo de trabajadores.