Las negociaciones de paz entre el Gobierno de Álvaro Uribe y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) han quedado formalmente inauguradas en la 'zona de ubicación' en Santa Fe de Ralito, al norte del país. El objetivo último es lograr la desmovilización y reinserción a la vida civil de unos 20.000 paramilitares antes del año 2006.
La Organización de Estados Americanos ha participado en el inicio de las negociaciones como supervisor internacional. Durante el acto de inauguración en la 'zona de ubicación', creada por el Gobierno para que en 368 kilómetros cuadrados se concentren los comandantes 'paras' y 400 hombres al servicio de su seguridad, intervinieron el jefe militar de las AUC, Salvatore Mancuso, y el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo.
En su mensaje, Mancuso pidió a todos los colombianos, así como a la comunidad internacional "respaldar y apoyar" este proceso de paz que no es para las Autodefensas, sino para Colombia.
Además, pidió que este "paso fundamental" de los paramilitares tenga "reciprocidad" de las guerrillas y del Estado, tras unas palabras de autocrítica en las que pidió "perdón por lo que no supimos hacer bien, y también perdón por lo que pudimos haber hecho mejor".
"El fin de este proceso no será únicamente lograr una firma en un acta simbólica, sino conseguir el seguimiento a una gestión político-social. Nos afianzaremos como facilitadores comunitarios, a través de un movimiento político en el que tendrá cabida todo aquel que desee construir un nuevo país", indicó el jefe paramilitar, que dejó entrever su deseo de convertirse en un partido, tras revelar una agenda de negociaciones con el Gobierno que incluye cinco puntos.
Agenda de cinco puntos
El primero abarca los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario y la redefinición y verificación del cese de hostilidades; el segundo la aplicación de políticas integrales de seguridad democrática, en las regiones de influencia de las AUC; el tercero la definición, ubicación y reglamentación de las zonas de concentración; el cuarto la erradicación y sustitución de cultivos ilícitos en sus zonas de influencia; y por último seguridad jurídica, derechos civiles, políticos y garantías de reincorporación a la vida civil.
Por su parte, Restrepo advirtió a los grupos paramilitares de que a partir de esta fecha "el grupo armado ilegal Autodefensas no puede cometer ni un solo asesinato, ni un secuestro, ni un otro hecho de violencia que ponga en riesgo la continuidad del proceso de paz". Ese cumplimiento, insistió, se mantiene como fundamental y precondición para continuar con las conversaciones.
"La aceptación a negociar con violencia estaría indicando que la vida humana y la libertad son negociables. El compromiso del cese de hostilidades debe ser reafirmado y renovado cada día, entendiéndose como absoluto respeto por la vida y libertad de todos los ciudadanos y el abandono total de las actividades de narcotráfico o relacionadas con el negocio de la droga", añadió Restrepo, quien confió en que la aprobación de este proyecto "abra mecanismos eficaces para avanzar en los procesos de paz tanto con los grupos guerrilleros como las AUC".
En representación de la comunidad internacional, el diplomático argentino Sergio Caramagna, que coordina una misión de apoyo de la OEA a los diálogos de paz, asiste como garante del proceso, quien consideró que de aquí en adelante "este histórico proceso no se puede tropezar", y pidió a las AUC que cumplan estrictamente el alto el fuego y cese de hostilidades.
Mensaje de Kofi Annan
En el mismo sentido se expresó el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, quien desde Nueva York urgió a las Autodefensas a respetar íntegramente el cese de hostilidades que prometieron al Gobierno para comenzar el proceso. "Las negociaciones deben dar como resultado el desarme y desmovilización de las AUC, con el objetivo último de acabar con el fenómeno del paramilitarismo en Colombia".
Asimismo, tras insistir en que este proceso no debe suponer una amnistía o impunidad de facto para los paramilitares, Annan reitera su creencia de que "el derecho a verdad, a justicia y reparación a las víctimas" no puede quedar al margen, añadió tras destacar el "importante papel" desempeñado por la Organización de Estados Americanos desde el comienzo del proceso.
También se encuentra en Santa Fe de Ralito Julio César Vidal, obispo de la ciudad de Montería, en el departamento de Córdoba, quien consideró "necesario aclimatar la paz, crear confianza en el interior del país y crear confianza al exterior", durante su intervención con una oración en la apertura del encuentro.
"Se necesita, además, la presencia de la comunidad internacional", agregó el religioso, quien fue 'pieza clave' en los acercamientos que llevaron a las partes a esta nueva etapa de contactos, que empezaron en diciembre de 2002. Saludó a "quienes acompañan al país, Colombia, en el inicio de este proceso y, como siempre lo hemos hecho, pedimos a toda la comunidad internacional que desde dentro estén apoyándolo, porque sabemos que de aquí se desprenderán otros futuros procesos".
El Episcopado colombiano, a través de la Comisión Nacional de Conciliación, ratificó su decisión firme de acompañar el proceso de negociación. Así, el presidente de la Conferencia Episcopal aseguró que la Iglesia tiene "muchas esperanzas" en el éxito de este proceso. En estos momentos, dos obispos forman parte de la mesa de negociación en calidad de acompañantes.
Obstáculos al proceso
La apertura de la negociación es el paso más importante desde que las AUC anunciaron una tregua, en diciembre de 2002. Sin embargo, el proceso ha estado rodeado de gran escepticismo entre los organismos internacionales y defensores de Derechos Humanos ante los reiterados incumplimientos de la tregua y la persistencia de algunos frentes paramilitares en el narcotráfico y el secuestro.
El portavoz de los paramilitares, alias 'Fernando', aseguró ayer que en la zona ya se encuentran 36 jefes paramilitares. Sin embargo, en número no concuerda con los datos que se tienen, pues si bien en principio son 36 -los 33 que figuran del Estado Mayor y los tres que se unieron el pasado 15 de junio- al menos uno no puede asistir: el jefe Carlos Castaño, que se encuentra desaparecido.
Con respecto a Rodrigo Tovar, alias 'Jorge 40' y Hernán Giraldo, responsables del secuestro del ex senador José E. Gnecco y de su familia, el ministro del Interior, Sabas Petrelt de la Vega, ha afirmado que tras la liberación del ex congresista el Gobierno decidió que forme parte de las negociaciones siempre y cuando se respete el cese de hostilidades para garantizar la vida de los colombianos.
Además, con respecto a las órdenes de captura en contra de los jefes paramilitares anunció que se levantarán. "La Ley 782 consagra que las personas que están concentradas en la 'zona de ubicación' para adelantar las negociaciones e ir hacia el cese de hostilidades, no serán sujetos de orden de captura. Por eso, quienes estén allí concentrados en la negociación, no tendrán orden de captura", añadió.
