Beatriz Seisdedos ha estado un año y medio en Darfur. Desde El Fasher, donde trabaja como delegada de la Cruz Roja, ha conocido el conflicto de la zona desde sus incios en 2003, cuando todavía los medios no se hacían eco de "la peor crisis humanitaria del mundo". Ahora, cuenta su experiencia a elmundo.es.
"Para mí una de las cosas más difíciles y que más dura me ha resultado ha sido ver cómo empezó a llegar la gente, antes de ir a los campos de refugiados. Veía una hilera interminable de personas que no paraba de llegar, con el niño en brazos, el burro y sus pocas pertenencias.
Llegaban deshidratados y hambrientos después de recorrer muchos kilómetros y se ponían en cualquier lado. Los primeros en la sombra y cerca del agua, el resto, donde podían. Para hacer las sombras las mujeres usan sus propias ropas, una especie de velo que las cubre, para proteger del abrasador sol a los niños y a los enfermos.
Y tú estas allí viendo todo aquello sin entender muy bien que está ocurriendo, y te preguntas de dónde llega toda esta gente. Era una cola sin fin, que no paraba, sólo por la noche. Te preguntas de donde han salido tantas personas, comunidades enteras. Vas viendo como todo aquello crece y piensas que no puede ir a más, pero lo hace.
La gente llega desorientada, desesperada, te preguntan ¿qué me va a pasar ahora? ¿Cuándo puedo volver a mi casa? Pero no pueden, porque no es seguro y porque su casa ya no existe. Sientes su desamparo, su miedo e incertidumbre ante su futuro y puedes ver en sus ojos como la situación les desborda.
En esos momentos se te despiertan muchos sentimientos. Vives todo eso y te implicas, sobre todo cuando compañeros tuyos, de la Media Luna Roja, son afectados. Algunos voluntarios sudaneses han sido atacados en sus comunidades, se han convertido en víctimas. Pero lejos de caer en la desesperación, han seguido ayudando. Me ha admirado mucho la reacción solidaria de los sudaneses.
En El Fasher se vive en una situación de emergencia, con toque de queda. .. ¿Miedo? yo creo que no tenía miedo, pero sí mucha tensión. Oyes disparos todas las noches y cuando viajas debe ser antes de que caiga el sol porque si no no sabes lo que te puede pasar, viven en tensión. Bueno, yo creo que es tensión, aunque quizá sí que es miedo...
Pero lo peor de todo, es ver la poca repercusión que ha habido hasta hace poco a nivel internacional. Es muy frustante estar allí y ver cómo no llega la ayuda. Estás viviendo todo esto y te parece mentira que no repercuta, que no se conozca a nivel mundial".
Beatriz, tuvo que regresar a España por motivos de salud, pero este mismo sábado regresa a Sudán "porque le merece la pena y ahora no desea estar en otro sitio".