Uno de estos patrocinadores es una marca de ropa, nada más oportuno para los grandes cambios que se avecinan después de que la escudería británica McLaren anunciara este lunes, a través de un comunicado oficial, la contratación de Fernando Alonso como piloto para la temporada 2007. El español estará preparado para ello, claro está, pero el cambio de colores, del azul de Renault al negro y plata de McLaren, tendrá mayor trascendencia de la que parece. Y es que en la Fórmula Uno, nada es casual, todo gesto está medido y todo tiene un precio. Los colores, también.
Porque la batalla de tonalidades también se libra en los despachos. Hasta ahora, el azul de la escudería francesa y de la bandera asturiana era un reclamo ineludible para los aficionados y para el que ha sido tal vez el mayor apoyo del piloto en su aventura en el automovilismo: Telefónica, cuyos colores corporativos coinciden con los de la "marea azul", y que en 2005 pagó cerca de 12 millones de euros a Renault (dos de ellos para el piloto) para tener su espacio. La cifra, por elevada que parezca fue y es una buena inversión teniendo en cuenta los índices de audiencia de las carreras y la cobertura posterior por parte de los medios de comunicación de todo lo relacionado con el deportista.
Del azul al rojo
Pero aunque el piloto, en pleno éxtasis de alegría por el campeonato, pidió a su gente que no dejaran de vestir el color del cielo, la realidad en 2007 puede ser diferente. Porque Alonso correrá en McLaren, pero en su contrato figurará "Vodafone McLaren Mercedes", un matiz demasiado importante como para que en el mono del piloto se lean dos empresas de telefonía. O una u otra, y Telefónica tiene todas las de perder en este duelo de intereses.
Las cláusulas en este caso le han jugado una mala pasada a la empresa española. Telefónica tenía atado al asturiano hasta 2008, pero su mecenazgo estaba supeditado a la continuidad en Renault de Alonso hasta esa fecha. Se va Alonso, se va Telefónica y sin que quede claro si es causa o consecuencia, también se va Renault, cuyo camino en el futuro parece ser el de mero suministrador de motores al resto de escuderías.
PSG llevó a Fernando Alonso al partido Getafe-Málaga. (Foto: REUTERS) |
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Y es que mientras Telefónica deberá pensar su política para ese año, Vodafone cambia Ferrari y Schumacher por la escudería anglo-germana y Alonso, siendo trascendental su concurso económico para que McLaren echara el resto para fichar al actual número 1, según el Servicio de Información Deportiva. La estrategia parece acertada, máxime cuando la firma española dejará el próximo año de tener presencia en el motociclismo, otro de sus bastiones hasta el momento. Se acaba así una relación de conveniencia que supuso un porcentaje importante del éxito y progresión del piloto y que deja huérfana de ídolos a la compañía de telecomunicaciones.
Nuevas oportunidades para todos
Por lo demás, el cambio de escudería ofrece más oportunidades que las que resta a los demás sponsors, a saber, Guru, Sandoz, HeroMuesly, PlayStation, LeasePlan, PSG y Mutua Madrileña, la última en llegar y que aporta a la causa cerca de dos millones de euros. Ellos, o cualquiera de los que están a la espera de asociar su marca con el campeón, saben que como mínimo tendrán que aportar 300.000 euros por colocar una pegatina en su mono.
El cambio ayuda a que el precio suba porque el nombre de Alonso, haga lo que haga en 2006, ya estará en boca de todos en marzo de 2007, cuando el español afronte esa temporada. Imaginen: nuevo coche, nueva marca... que se traducirán en nuevas fotos, nuevos anuncios y nuevo merchandising. Todo (o casi todo), a beneficio del piloto, que para eso es el que corre.
De esos ocho patrocinadores, hoy por hoy siete colocan en un lugar bien visible de sus páginas web, por lo menos en la versión española, algún tipo de especial sobre el asturiano, felicitación o referencia a su contacto con la Fórmula Uno. La cuestión es importante porque sin que nadie en las empresas quiera confirmar la relación causa-efecto, el 'boom' Alonso ha coincidido con los incrementos de ingresos o de ventas. De hecho, de la mano del asturiano, España ya es el segundo mercado mundial de Renault.
Todos ellos tienen al menos ya ganado estar entre la nómina de apoyos del asturiano. A partir de ahora, con un título bajo el brazo y con un cambio de escudería que abrirá nuevos horizontes, el representante de Fernando Alonso va a tener mucho trabajo para que sea cual sea el color del mono o del coche, la cuenta corriente del español siga tintada de un verde reluciente. Es lo que tiene ser Campeón del Mundo.