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Al volante

03 de Enero de 2003

GM HY-WIRE
El automóvil dice adiós a las conexiones mecánicas



Es el primer ejemplo real de lo que se puede desarrollar tomando como baser la plataforma Autonomy. Ha pasado del papel a la carretera en tan sólo nueve meses con un traje a la medida confeccionado por el diseñador italiano Bertone.

MANUEL DOMÉNECH


MÓNACO.-
Se llama Hy-wire y su carrocería ha sido diseñada por Bertone. Es el primer automóvil desarrollado a partir del vehículo Autonomy que General Motors presentó en Detroit a principios de año. A simple vista parece un coche normal, aunque de aspecto futurista, pero en detalle es mucho más que eso. Es el automóvil del futuro por muchas razones, la principal, o mejor dicho, la más próxima a convertirse en realidad, es la de la conducción by-wire, es decir por cable. Desde las dos empuñaduras que conforman el volante se manejan todas sus funciones: dirección, frenos, aceleración y deceleración. No hay la menor conexión mecánica entre la carrocería y el chasis, sino sólo un simple cable eléctrico. Este sistema permite una gran libertad de diseño y de aprovechamiento del espacio interior. Su motor, eléctrico, funciona mediante una pila de hidrógeno.

Todavía faltan por lo menos seis años para que el Hy-wire sea un coche más de los que se ven todos los días en nuestras carreteras, pero las bases para que llegue ese momento ya han sido puestas.
Los responsables de General Motors están seguros de ello, tanto que no dudaron en empezar el desarrollo del primer vehículo completo derivado de la plataforma Autonomy muy poco después de que ésta fuese presentada oficialmente en el Salón de Detroit, en enero de 2002.
Recuerden que el Autonomy era un vehículo muy especial, una especie de monopatín con ruedas de tan sólo 16,2 centímetros de grosor, en cuyas entrañas latía lo más innovador de la tecnología aplicada al automóvil: sistema de conducción por cable drive by-wire, pila de combustible y depósito de hidrógeno, la energía más limpia e inagotable capaz de poner en funcionamiento cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, lo que, además, le permitía gozar de un interesante sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Ya entonces General Motors presumía de que con su invento estaba ante el coche del futuro, un vehículo capaz de cambiar de carrocería de manera rápida y sencilla según la necesidad de su propietario. Pero la plataforma Autonomy no tenía cuerpo, y había que ponérselo.

REINVENTAR EL AUTOMÓVIL
General Motors pensó acertadamente que con la asociación de la tecnología by-wire y de la pila de combustible se tenía una oportunidad única de reinventar el automóvil, de crear un vehículo en el que se combinasen el diseño, la seguridad, la economía de combustible, el placer de conducir, las prestaciones y la máxima adecuación al medio ambiente. En ese sentido, el GM Autonomy representaba la visión del concepto, y el GM Hy-wire, la prueba práctica del mismo.
Por eso, lo que parecía algo muy cercano a la ciencia-ficción, ya es potencialmente una realidad. Una vez tomada la decisión de desarrollar el Hy-wire, sólo se necesitaron nueve meses para presentarlo oficialmente en el Salón de París, a finales del pasado mes de septiembre. Lo acabaron dos semanas antes, pero ya entonces era un coche capaz de moverse de forma autónoma utilizando todos sistemas en él empleados, incluida la pila de hidrógeno. Y mes y medio más tarde, en los alrededores de Fréjus (Francia), EL MUNDO pudo comprobar sobre el terreno cómo se conduce.
Durante el tiempo de su desarrollo, se encargó a Bertone que dibujara una carrocería que expresase todo lo que vehículo era capaz dar de sí partiendo de una plataforma de aluminio de 4,357 metros de longitud, 1,67 metros de anchura y 27,9 centímetros de grosor. Optó por la correspondiente a una berlina de lujo de volumen único, con cinco metros de longitud, realizada con acero y fibra de vidrio. De este modo ponía de manifiesto que, debido a la ausencia de elementos mecánicos que la unieran al chasis, es decir, ningún obstáculo en el habitáculo (pedales, túneles de transmisión, columna de dirección, etcétera), se podía optimizar el espacio hasta niveles hasta ahora nunca alcanzados. Y, al mismo tiempo, demostraba que este tipo de vehículos permite una libertad total de diseño, tanto exterior como interior.
A simple vista se comprueba cómo cualquier ocupante, independientemente de su talla, se mueve con total soltura en un habitáculo de suelo plano y con enorme capacidad de carga, incluso en la parte delantera del coche. La existencia de reposapies resulta obligatoria para que los pasajeros se puedan sujetar sin problemas.

PROPUESTAS DE FUTURO
Esa libertad ilimitada de diseño ha dado alas a los especialistas en estilo de General Motors, cuyo responsable, Ed Welburn, manifestó a EL MUNDO que el primer vehículo, aparte del Hy-wire, pensado para la plataforma Autonomy, era un todoterreno por las ventajas que supondría la pila de combustible –que no contamina ni emite sonido alguno– y la inexistencia de conexiones mecánicas. Además, se podría acampar en el propio vehículo, que contaría incluso con iluminación. Pero en el futuro, esta plataforma serviría para muchos otros usos, de los que Welburn mencionó aquéllos que tendrían mayor incidencia social. Así, sería muy útil para los minusválidos, que podrían conducirlo desde su silla de ruedas. El resto de los ocupantes minusválidos también accederían al coche en sus propias sillas. El taxi y otros vehículos de transporte público supondrían otras de las aplicaciones prácticas. Se llegaría incluso a poder suministrar energía desde el propio vehículo a la casa de su conductor.
Y como vehículo comercial o industrial añadiría, a la sencillez de manejo y a la economía de mantenimiento, la ventaja de tener un espacio mayor y más diáfano para la carga, que incluso se podría introducir por la parte delantera del coche.
Todo esto, unido a las posibilidades de realizar carrocerías de todo tipo: berlinas, coupés, familiares,monovolúmenes, todoterrenos, deportivos, descapotables, convertibles, pick up, etcétera.

CÓMO ES
Pero antes de que esos futuros coches vean la luz, General Motors quería disponer de un turismo completo que, asociado a la plataforma Autonomy, sirviera para hacer pruebas, tanto con los ingenieros como con los periodistas, para sacar conclusiones sobre su utilidad. Por eso nació el Hy-wire.
Las diferencias con la plataforma Autonomy original son muchas, empezando por el hecho de que el Hy-wire dispone de un solo motor eléctrico y, por lo tanto, de tracción a las ruedas delanteras. Para colocarlo en la plataforma, ésta tuvo que hacerse más gruesa, pasando de tener 16,2 centímetros a alcanzar los 27,9.
Se trata de un generador eléctrico trifásico y asincrónico que lleva integrado un cambio de tipo planetario. Opera con un voltaje entre 250 y 380 voltios y desarrolla una potencia máxima de 60 kilowatios, equivalentes a 80 caballos. Su régimen máximo de giro es de 12.000 vueltas y tiene un peso de 92 kilos.
También son distintos los depósitos de combustible. En este caso se trata de tres tanques cilíndricos realizados con fibra de carbono y materiales compuestos –de 1,116 metros de longitud y con un diámetro de 241 milímetros–, para almacenar hidrógeno comprimido a una presión de 350 bares. Su capacidad total es de dos kilos y pesan 75 kilos. Están ubicados en el centro de la plataforma y por su capacidad permiten que el Hy-wire tenga una autonomía de funcionamiento de 90 kilómetros.
En cuanto a la pila de combustible, está formada por 200 células simples conectadas en serie que trabajan con un voltaje de entre 125 y 200 voltios y a una presión máxima de 2,7 bares. Su potencia continua es de 94 kilowatios.
En cuanto a la carrocería, que tarda en soldarse a la plataforma 12 minutos empleando un sistema especial, esconde un enorme habitáculo –la distancia entre ejes del coche es de 3,114 metros– capaz para cinco pasajeros que se ubican en amplias y estilizadas butacas. No existe un salpicadero a la manera tradicional, sino una barra transversal que soporta el volante –que se puede usar en el lado derecho o izquierdo a voluntad–. En su parte central, una consola vertical incluye la pantalla multifunción. Las puertas llevan en los paneles internos bolsas portaobjetos y apoyabrazos escamoteables. El Hy-wire pesa 1.900 kilos.

CÓMO SE CONDUCE
Una vez acomodados en el asiento del conductor, y con el reposapies ajustado a nuestra estatura para evitar movimientos de las piernas, lo primero que se aprecia es una sensación infinita de espacio, una visibilidad ilimitada debida al diseño de Bertone. El volante que se presenta ante nuestros ojos no da miedo a pesar de lo extraño que es. Por el contrario, incita a manejarlo. El coche se arranca por medio de un botón, y una vez insertada la marcha de avance del cambio, se inicia la marcha. Las manos se ciñen a las empuñaduras laterales del volante y lo controlan todo. Moviendo esas empuñaduras hacia el exterior se acelera, haciéndolo hacia el interior, se decelera, y apretando los puños se frena. El movimiento de los brazos dirige el coche en la trayectoria correcta. Eso es todo, así de fácil. El Hy-wire tiene una velocidad limitada a 65 kilómetros por hora, que se alcanzan en 10,5 segundos.

 

 

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