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Sesgos y errores lastran las revistas científicas clásicas

RAQUEL BARBA

El Mundo
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Las publicaciones clásicas no sólo han de cambiar ante las nuevas tecnologías, sino que además han de cuestionarse la calidad de las investigaciones que publican. Al menos, así lo sugieren algunas investigaciones, que dejan patentes los errores estadísticos y los sesgos en favor de estudios positivos que aparecen en algunas de las publicaciones más prestigiosas.

Y es que resulta mucho más satisfactorio publicar un resultado de un estudio cuando este ha sido positivo, es decir, cuando se ha demostrado que un tratamiento o una prueba diagnóstica son mejores o peores que otros. Por el contrario, parece que existe cierta reticencia a contar una investigación en la que no ha salido nada.

Un trabajo publicado en el último número de la revista 'JAMA' pone esto de manifiesto, algo que ya se sospechaba hace mucho tiempo: se publican sobre todo los trabajos que demuestran diferencias respecto a lo que se está comparando, y tienden a evitarse estudios en los que no hay diferencias.

Pero hay más: los datos se ocultan incluso dentro de los estudios que se llegan a publicar. En una investigación suelen valorarse diferentes aspectos. Pues bien, por lo general los autores sólo cuentan los resultados de aquellos aspectos en los que encuentran diferencias (tanto positivas como negativas), y obvian los que no demuestran cambios, impidiendo que los lectores puedan hacer los cálculos que los investigadores no han aportado.

Las consecuencias

El problema de este 'sesgo' de publicación es que no tenemos todos los datos, y si sólo nos cuentan lo que ha salido, podemos sobreestimar efectos beneficiosos o perjudiciales.

Hoy en día se publican numerosas revisiones sobre artículos que hablan de un mismo tema. El objetivo de estos 'meta-análisis' es poder calcular, sumando muchos más pacientes (los que provienene de diferentes trabajos), con mayor precisión si un tratamiento o una prueba aportan algo respecto a lo considerado como habitual.

Si el revisor sólo encuentra trabajos en los que los tratamientos han mostrado diferencias y no ve aquellos en los que el nuevo tratamiento no aporta nada, por esta tendencia a no publicar lo que 'no sale', los cálculos le saldrán diferentes a si tiene en cuenta todos los estudios realizados.

¿Cómo evitar esto? Se deberían publicar los trabajos en los que salen resultados llamativos, pero también aquellos en los que no encontramos ninguna diferencia. Los estudios que se ponen en marcha deberían estar disponibles en la red para que todos los investigadores tuvieran acceso a ellos y supieran cuando se consiguen resultados y cuando no.

Pero a la hora de tomar sus decisiones, el médico se encuentra con un problema añadido: además de no contar con todos los resultados, confía en unos los resultados estadísticos que no siempre parecen correctos.

Resultados equivocados

Así lo deja patente otro estudio, realizado por un grupo de investigadores de la Univesidad de Gerona. Con frecuencia los 'números mágicos' que se publican en las revistas y que permite a los facultativos tomar decisiones sobre tratamientos o pruebas diagnósticas están equivocados. En ocasiones los errores son mínimos, pero otras veces pueden hacer que el sentido de las conclusiones sea el diferente.

El trabajo, publicado en la revista 'BMC Medical Research Methodology' ha revisado resultados publicados en revistas de alto nivel. En una revista como el 'British Medical Journal' uno de cada cuatro artículos tiene un error, cifras que se elevan hasta un 38% en 'Nature'.

Los autores del estudio, Emili Gracía-Berthu y Carles Alcaraz, creen que “la calidad de los artículos científicos necesita mejorarse y hay que tener más cuidado cuando se escriben los artículos y cuando se corrigen”.

En la actualidad para publicar un artículo científico es necesario que este sea valorado por un comité editorial, que a su vez remite los trabajos a al menos dos expertos en la materia que valoran la calidad del estudio. Cuando hay una parte estadística muchas revistas tienen además expertos estadísticos que revisan si los cálculos son los adecuados y si están bien hechos.

Las causas

Parece que a pesar de este sistema de corrección, que logra evitar errores importantes y evita que lleguen a publicarse de artículos de baja calidad, se siguen viendo errores.

Muchos de los errores son debidos a problemas de transcripción, o a cambios entre algunos números similares (4 por 9 por ejemplo). Otros errores son por hacer el 'redondeo' de forma incorrecta (cuando el resultado es 2.38 se debe redondear a 2.4 y no a 2.5).

No siempre las confusiones hacen que las conclusiones de los estudios cambien, pero sí indican una falta de atención que podría conducir a errores más graves. Incluso puede estarnos mostrando que se han cometido fallos previamente.

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