El síndrome del túnel carpiano es uno de los trastornos neurológicos más comunes (afecta a entre 3% y 5% de la población adulta). Como consecuencia de movimientos repetitivos, el nervio mediano queda 'comprido' a la altura de la muñeca, causando entumecimiento y dolor. De ahí que sea habitual en trabajos de mecanografía, manejo de herramientas, etc.
Pese a esta prevalencia, lo cierto es que no existe un tratamiento 'ideal' del trastorno. Los autores del nuevo estudio decidieron comparar uno de los más antiguos (la cirugía) con una técnica no invasiva (las inyecciones de corticoides). Durante 20 semanas, han seguido a una cincuentena de pacientes que se sometieron a la operación o recibieron una inyección de corticoides.
"Nuestros resultados avalan los beneficios de la cirugía descompresiva sobre la inyección de esterioides en casos leves o moderados de síndrome del túnel carpiano en términos de alivio de los síntomas así como de respuesta nerviosa", concluyen los autores, neurólogos y neurocirujanos de la Universidad Politécnica de Hong Kong (China).
Los resultados
A las seis semanas de tratamiento, registraron una sustancial mejoría de los síntomas en ambos grupos, aunque fue mayor en los pacientes que recibieron cirugía (una pequeña incisión en el ligamento carpiano transverso para 'liberar' el nervio medio).
Cuando finalizó el tratamiento, la mayoría de los pacientes tratados con la inyección tenía síntomas, mientras que los intervenidos quirúrgicamente mostraban una mejoría sostenida o, incluso, mayor. De hecho, 19 pacientes de este último grupo dijeron que no sufrían ningún dolor por las noches (frente a cuatro de los que recibieron las inyecciones).
Ante estos resultados, los investigadores chinos cuestionan las inyecciones como tratamiento a largo plazo. El trastorno "se debe a la compresión del nervio mediano dentro del tunel carpiano. Los esteroides alivian la isquemia [falta de riego] local y reducen la hinchazón sinovial o la congestión vascular en el túnel carpiano. (...) Teóricamente, las inyecciones sólo pueden proporcionar un alivio a corto plazo pues la restricción mecánica persiste, mientras que la división del retináculo flexor [es decir, la cirugía] resolvería esto", comentan.
"Actualmente, la inyección local de cordicoides puede estar sobreutilizada en la práctica clínica", coincide el editorial que acompaña a la investigación. Los autores de este comentario, Clifton Gooch, neurólogo de la Universidad de Columbia y David Mitten, ortopeda en la de Rochester (ambas en Nueva York, EEUU), cuestionan la utilidad de esta técnica, dado que "terapias conservadoras más seguras, como colocar una férula en la muñeca, pueden ser de una eficacia similar".
Prudencia con la cirugía
Recientemente, un estudio español arrojaba unos resultados opuestos a los del nuevo trabajo. En aquel caso, las inyecciones parecían superiores a la intervención quirúrgica. Sin embargo, los autores del nuevo estudio y del editorial que lo acompañan recuerdan que la mayoría de los pacientes necesitaron dos inyecciones para aliviar sus molestias.
"Aunque la inyección de corticoides es menos invasiva que la liberación del ligamento carpiano transverso [es decir, la cirugía], sus efectos son temporales y todavía suponen un número de riesgos, como la exacervación de la compresión nerviosa, la inyección accidental en el nervio mediano y la ruptura del tendón flexor digital. Todas estas complicaciones son más probables cuando la inyección se practica repetidamente, como sucede en el tratamiento crónico del síndrome del túnel carpiano", advierten los autores del editorial.
Cuándo operar
De todos modos, los nuevos hallazgos no significan que la cirugía sea la panacea. "Aunque la cirugía fue más eficaz en aliviar los síntomas y producir una mejoría neurofisiológica, existe la posibilidad de complicaciones pososperatorias y un retraso en la reincorporación laboral. En general, nuestros pacientes operados sufrieron una pequeña disminución de la fuerza de agarre", reconocen los investigadores.
"Algunos pacientes mejoran espontáneamente. Estos casos pueden someterse a una cirugía innecesaria si la intervención se ofrece a todos los pacientes. Investigaciones futuras sobre qué factores predicen si el paciente va a recaer tras el tratamiento conservador clarificaría el papel de la cirugía", concluyen los autores.