¡Hala, a
gatear!
ELMUNDO.ES
Nueve meses de carga y un parto han de servir para algo antes
de que el niño se independice. Eso es lo que debieron de
pensar los inventores del bebé-mopa, respondiendo a los
criterios de utilidad y rentabilidad. Orientales tenían
que ser tan ingeniosos creadores.
El ama de casa podrá
disfrutar de una carga menos en el hogar al menos durante un año
(lo que tarde en aprender a andar el niño). Cuanto más
tiempo tarde, más rentable sale la nueva criatura. Y, todo,
sin dejarle secuelas en el subconsciente y sin crear cargo de
conciencia a los padres por explotación infantil.
Mientras el bebé
gatee, el suelo estará tan limpio como una patena. ¡Hala,
a gatear!
VOLVER
|