una trama sin fisuras que gira en torno al accidente
que sufrió un fabuloso dirigible antes de la
II Guerra Mundial.
Sin perder un ápice de ese talento del que hiciera
gala en sus días de máximo esplendor,
cuando nos brindó títulos como Ultimatum
a la Tierra (1951), Marcado por el odio (1956) o Quiero
vivir (1958), Robert Wise jalonó el otoño
de su filmografía con algunos títulos
notabilísmos, tal es el caso del que nos ocupa.
No en vano considerada la mejor cinta de cuantas podemos
adscribir a ese subgénero, tan execrable como
fecundo en los años 70, que es de las catástrofes.
La trama gira en torno al accidente que sufriera el
fabuloso dirigible a cuyo nombre alude el título.
Corriendo a la sazón los días anteriores
a la II Guerra Mundial, las autoridades alemanas tomaron
el accidente como un acto de sabotaje puesto en marcha
por los servicios secretos británicos.
Mientras el espectador descubre quién fue el
verdadero culpable de la caída de la nave, una
trama sin fisuras le va envolviendo paulatinamente.
/ J. M.
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