A
40 años vista, todo parece indicar que la crisis
desatada por la colocación en Cuba de misiles
soviéticos apuntando a Estados Unidos estuvo
a punto de acabar no sólo con la política
de coexistencia pacífica impulsada por las dos
grandes potencias, sino también con la existencia
misma de nuestro planeta tal y como lo conocemos.
Fue a finales de los años 50 y a principios
de la década siguiente cuando uno de los principales
temores de aquella época Ðel holocausto atómicoÐ
alcanzó el paroxismo. Desde entonces, el cine
norteamericano Ðde lo que hayan hecho los realizadores
soviéticos y cubanos no tenemos noticiaÐ
le ha dedicado un buen número de títulos.
Casi puede decirse que, de aquella crisis, nació
un género que los cinéfilos conocen como
políticaóficción, al que pueden
adscribirse producciones como Punto límite (1963),
de Sidney Lumet, Telefono Rojo, Ávolamos hacia
Moscú!, dirigida por Stanley Kubrick ese mismo
año, y, ya casi al final de la amenaza nuclear,
Cuando el viento sopla, cinta de animación dirigida
en el año 1986 por el inglés Jimmy T.
Murakami.
Trece días, la última realización
hasta la fecha de Roger Donaldson, aunque en un primer
vistazo pueda parecer un thriller, entra de lleno en
ese género de políticaóficción
al que aludimos.
La acción está situada a lo largo de
dos semanas de octubre de 1962, cuando la "crisis
de los misiles" entró en un callejón
sin salida. Mientras el presidente John Fitzgerald Kennedy,
interpretado por Bruce Greenwood, y sus asesores manejan
la difícil situación, ésta nos
es mostrada a través de la familia O'Donnell,
prototipo de la familia norteamericana media. / J.M.
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