EL BOSCO Y EL ESPERPENTO
Escribió 'El carro de heno o el inventor de la guillotina'
en 1968. Enlaza con el universo pictórico de El Bosco,
un singular homenaje al espíritu, y a la evidencia
expresiva, del autor de 'El jardín de las Delicias'.
No ha faltado quien relacionase la escritura dramática
de Cela con el teatro de la crueldad de Antonin Artaud, con
el esperpento valleinclanesco y con el surrealismo; pero lo
cierto es que no alcanzó, ni de lejos, los niveles
de su narrativa; él mismo confesó que lo de
escribir teatro fue como "la necesidad de perder la virginidad,
que la daba por perdida gustosamente" y que ahí
quedaba todo. Este homenaje al Bosco tuvo su prolongación
en l999: 'Homenaje al Bosco II; la extracción de la
piedra de la locura o la invención del garrote'.
Para no traicionar la costumbre, también aquí
saltó una ácida controversia. La obra le había
sido encargada a Cela por Ruiz Gallardón, presidente
de la Comunidad Autónoma de Madrid, para conmemorar
el centenario del 98. Fuera porque a los políticos
les pareciera excesiva la cantidad de 100 millones que pidió
Cela, fuera porque los productores consideraran esta invención
del garrote imposible de escenificar, el proyecto quedó
parado. El coste de producción, para un elenco de casi
100 actores y una tramoya escenotécnica desmesurada,
fue fijado por Francisco Marsó, en unos 200 millones
de pesetas. A cambio de los 49 que se le entregaron a Camilo
José Cela, la Comunidad retuvo los derechos de 'La
extracción de la piedra de la locura o la invención
del garrote' por un plazo de cinco años, que debe de
estar a punto de prescribir. Alicia Moreno, sustituta de Gustavo
Villapalos, aceptó el compromiso de considerar esa
posible escenificación en tiempos más propicios.
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FOTO: CHEMA CONESA |
No acaban aquí las relaciones, o las tribulaciones
de Cela, con el teatro. En 1974 hizo la versión de
uno de los textos claves de Bertold Brecht, 'La resistible
ascensión de Arturo Ui', que cuenta cómo el
ascenso de Hitler al poder pudo haber sido frenado; es decir,
que no fue irresistible ni inevitable. De nuevo, las embestidas
del fascismo celtibérico y residual, y pese a todo
emergente, se estrellaron en Cela, el adaptador. Los guerrilleros
de Cristo Rey reventaron la función, asaltaron el teatro
Lara y 'La resistible ascensión de Arturo Ui' tuvo
que ser suspendida, creo recordar que transitoriamente.
Mejor suerte tuvo el escritor gallego con la adaptación
de obras suyas al cine, como 'La Colmena', dirigida por Mario
Camus con un gran reparto de actores, entre los que figuraban
José Sacristán, Paco Rabal, Ana Belén,
Concha Velasco, Luis Escobar, marqués de las Marismas,
y el propio Cela; y La familia de Pascual Duarte,dirigida
por Ricardo Franco e interpretada por José Luis Gómez,
o sus guiones sobre 'El Quijote', llevados al cine por Manuel
Gutiérrez Aragón.
RELACIONES CULTURALES
De una manera o de otra, aunque reprochara a sus colegas escritores
la excesiva atención que prestaban a la política
y a los políticos, la vida de Camilo José Cela
siempre ha andado fronteriza, e incluso decididamente inmersa
en la política.
Presidió la Sociedad de Amistad España-Israel,
constituida en los 70 con el fin de ayudar al establecimiento
de relaciones diplomáticas entre los dos países.
Normalizadas éstas, la Sociedad se dedicó a
fomentar las relaciones culturales, bajo la idea de los elementos
constitutivos judíos de la cultura española.
Camilo José Cela también aceptó, años
más tarde, la presidencia de la AEPI (Asociación
de Periodistas Independientes), posteriormente bautizada por
los afines al polanquismo y el felipismo como el Sindicato
del Crimen.
En l986 Camilo José Cela publica 'Nuevo viaje a la
Alcarria', una nueva aventura sobre los caminos que colmaron
sus afanes viajeros de juventud y que le dieron merecida fama
de caminante. El primer 'Viaje a la Alcarria' se publicó
en 1948. La crónica de esta andadura solitaria es uno
de los libros más hermosos de Camilo José Cela:
lirismo, sentimiento del paisaje, comunión con las
gentes de una España rural pobre, solidaria y postrada.
Cuarenta años después, Camilo José Cela
se echó de nuevo al camino; pero ya nada fue igual.
Iba en un gran coche descapotable y con choferesa negra, Viana
Oteliña Gordón, que, a la postre, suscitó
más interés y regocijo que el viajero. Las crónicas
de este viaje en Rolls Royce se publicaron posteriormente
en Cambio 16; no causaron la misma impresión de aquella
vieja joya de la literatura celiana, el 'Viaje a la Alcarria'
que, por lenguaje, poesía y capacidad descriptiva la
pusieron a la cabeza de la literatura de viajes por las tierras
de España.
Tras aquellas peripecias de 1946, editadas dos años
después, Cela persistió en su afán viajero.
El resultado fueron títulos como 'Del Miño al
Bidasoa' (1952), 'Judíos, moros y cristianos' (1956),
'Viaje al Pirineo de Lérida' (1965) y otros varios
de menor entidad. En todos ellos resplandece la pasión
celiana por el lenguaje popular que le llevó, en otra
etapa de su vida de escritor, a grandes aventuras de tipo
lexicográfico como 'El Diccionario Secreto' (1978-1979).
Con esta investigación en el terreno del erotismo,
la escatología y las palabras "nefandas",
Cela dio carné de respetabilidad y propició
la entrada en sociedad de palabras repudiadas por el academicismo
y las buenas costumbres. En buena medida, Camilo José
Cela abolió la separación de los lenguajes con
esta magna obra de indagación filológica, clasificación,
búsqueda de vocablos, documentación etimológica
de los mismos, etc... Por su envergadura, El Diccionario Secreto
no es una rareza sicalíptica: es una investigación
en el lenguaje de alcance sociológico. Las palabras,
vino a demostrar Cela, no tienen conducta, tienen significados.
El gran momento de Camilo José Cela, su exaltación
definitiva llegó en l989 con la obtención del
Premio Nobel de Literatura, que la Academia Sueca apuntaló
"en su rica e intensa prosa, que muestra una visión
provocadora de la realidad humana". En 1987 había
obtenido el Príncipe de Asturias de las Letras por
"la elevada calidad literaria de su abundante y universalmente
conocida obra". Poco podían añadir al galardón
máximo de la Academia sueca, otros premios. No obstante,
en l992 obtuvo el Mariano de Cavia gracias al artículo
'Soliloquio del joven artista' publicado en El Independiente,
periódico del que, mientras duró, Cela fue colaborador
de lujo. El Premio Planeta de 1994 a su novela La cruz de
San Andrés, no le aportó ni más fama
ni más prestigio del que ya tenía. Literariamente
fue un acto innecesario. Además ha tenido que afrontar
el disgusto de una demanda de plagio por parte de una de las
concursantes.
El Premio Cervantes, considerado el Nobel de la Lengua Española,
no le llegaría hasta 1995. Tras este galardón
que se le había resistido pertinazmente, Cela ya no
aspira a más. Declaró que su "oficio era
escribir, no ganar premios, los cuales vienen por añadidura".
En 1999 publicó una novela en la que venía trabajando
hacía años, 'Madera de boj'. Por su estructura
libre y sin trabas, su difusa grandeza y la torrencialidad
incontinente y esplendorosa del lenguaje, puede ser considerada
el verdadero testamento literario de Cela.
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